CAPÍTULO 36

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Os pediría por favor que leyeseis la nota del final ya que es algo importante. Espero que disfrutéis de la lectura :)

FERGIE

A pasado un mes desde que vine a Italia y la verdad que desde ese día, no me siento agusto con Eiden.

"Hey" dijo entrando al living "¿que haces?"

Me hundí de hombros "ver la tele" dije sin ningún interés.

"¿Te pasa algo?" Con el rabillo de mi ojo vi a Eiden mirarme con el ceño fruncido. Negé con la cabeza "al menos mirame a los ojos"

Rodando los ojos lo miré a los ojos, sintiendo una descarga eléctrica por toda mi columna.

"Llevas un mes mal conmigo, no me trates de tonto" suspiró "¿hice algo mal?"

"No" negué "sólo.."

"Cuéntame, sabes que puedes confiar en mí" dijo cogiendo mi mano acariciandola.

Mirando nuestras manos, a los pocos segundos la quité "es sólo que aún no me acostumbro a estar aquí" mentí "no me siento agusto, no me siento con en mi casa, no me veo con la libertad de hacer lo que quiera aunque sé que tu familia me lo repite una y otra vez"

Eiden rió con ternura "es normal, llevas poco tiempo"

"Puede ser" dije hundiendome de nuevo de hombros "siento si e estado mal contigo, no era mi intención"

"Lo entiendo" asintió

"Gracias" dije asintiendo.

Mirando por la ventana del living, vi el hermoso reflejo del sol en el enorme lago que tenían detrás de la casa.

"¿En que piensas?" Dijo Eiden

"Estaba viendo el hermoso lago, realmente es precioso" susurré.

"Puedes bañarte si quieres" dijo con una sonrisa.

Pensando que podía ser buena idea para aclarar mis pensamientos, me levanté.

"Cualquier cosa que necesites hazmelo saber y iré ¿vale?"

asentí caminando hacia la parte de arriba. Me puse un bañador de color negro y me cogí un libro que me traje de California. Me dirigí al muelle de madera de la parte de atrás de la casa.

Es la casa que siempre hubiese deseado.

Me senté tocando con los dedos de los pies el agua, notando que tenía una temperatura buenísima.

Tirándome de cabeza, empecé a nadar de un lado a otro.

Puede que lo que dijo Eiden fue por nuestro bien, o puede que sea verdad y no le guste.

¡Arg todo era tan confuso!

Odiaba la idea de que me gustase ni siquiera un poco. ¿Que poco? Mucho, me gustaba demasiado, tanto que a veces dolia.

Nadando otra vez hacia el muelle me sumergí antes de tocar el muelle con mis manos.

"Te Olvidaste la toalla" dijo una voz que conocía perfectamente.

Levantándome y poniendome de pie, dejé que Eiden colocara la toalla al rededor mío.

"Gracias" susurré dandome la vuelta, estando a escasos centímetros.

"He venido porque está empezando a atardecer"

Mirando el cielo completamente naranja sonreí "si, es precioso"

"Precioso es lo que estoy viendo ahora mismo"

Mirando a Eiden a los ojos, me miraba serio, cogiendo de enseguida que se refería a mí.

EidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora