III

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— Joder… en verdad amo este lugar —exclamó Antonio mientras miraba la carta, aunque era obvio qué iba a pedir. — Pensé que serías de esos chicos que les gusta comer lechuga y paja.

Noel rió ante el comentario y rascó su mejilla ruborizada. — Bueno…también me gusta comer verduras y frutas, pero creo que nunca podría ser vegetariano o algo por el estilo.

— Te entiendo, yo tampoco podría —Antonio continuó mirando la carta.

— Apuesto que puedo comer más papas que tú —dijo el castaño

— Ay… no sabes de lo que hablas, mocoso.

Noel dio una risita tierna ante la respuesta del barbudo.

— Puedo comerme ese plato de papas y además la hamburguesa —sonrió el chico, retando más a su acompañante.

— Bien, haré lo mismo. El que pierda, paga el helado.

— ¡Trato hecho! —Noel golpeó la mesa y sonrió. — Disfrutarás el helado de la derrota, Antonio.

— ¡No! Tu disfrutarás el helado de la derrota.

Al instante, llegó la camarera para tomar la orden de ambos chicos. Ambos pidieron lo mismo, una hamburguesa con doble carne de queso y las papas tamaño grande. 

Mientras esperaban su comida, comenzaron a charlar, pero no era la típica charla de "¿y qué color te gusta?" O "¿qué música te gusta más?" ¡Para nada! Noel tuvo un par de preguntas interesantes para que Antonio pudiera responder. Cosas científicas que a Noel siempre le daban curiosidad y Antonio hizo lo mismo, preguntando sobre el arte y sus misterios, haciendo una charla más interesante, Antonio le estaba dando la oportunidad de volverse su amigo, sentía que Noel tenía algo especial, algo que no toda la gente tiene.

"¿Será su forma de pensar o su manera de hablar?" pensó el barbudo.

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— ¡No puedo creer que en verdad te acabaras eso! —exclamó Antonio mientras salían del restaurante.

— ¿Qué pensabas? ¿Que te mentía? —Noel soltó una risita tierna y miró a Antonio.

— Pensé que te quedarías a la mitad— Antonio le dio un leve golpe en el hombro al castaño y rió. — Ven, vamos por tu helado.

— ¡Conozco un lugar en donde están deliciosos! —Noel sonrió y comenzó a dirigirse al esa tal heladería.

Antonio caminó detrás de él mientras veía como se movía su largo cabello. Sin querer, bajó la mirada hacia sus glúteos, sus grandes glúteos. Antonio se sonrojó un poco y alzó la mirada, nunca pensó ver un culo tan perfecto como el del castaño, pero oh no ¡ESE CULO ES DE UN CHICO!

Antonio caminó un poco más rápido para quedar al lado de él y tratar de olvidar la inmensidad que Noel se cargaba.

— Así qué… ¿iremos por helados?

— ¡Sí! Hace poco descubrí ese lugar, tiene sabores ricos y variedad —Noel mordió su labio inferior, provocando a Antonio sin saberlo.

El barbudo apretó su puño y en su mente se golpeaba la cabeza contra la pared.

"¡ES UN CHICO, ES UN CHICO, UN CHICO!" Gritaba en su mente el pobre.

— Mmmm ¿Cuál has pedido tu? —preguntó el castaño mientras lamía la cuchara.

— Helado de galletas… es muy dulce y cremoso —dijo fríamente Antonio.

Mientras comían helado, hablaban ahora sobre la escuela, cosas que debía saber Noel, también cosas que le podrían ayudar a dar clase.

Al terminar los helados, ambos chicos se despidieron en la parada de autobús.

— ¿Ya no me odias? —preguntó el peli-largo.

— No mucho, me estás cayendo bien —Antonio guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón y se recargó en un tubo. — No hagas algo estúpido o desearás cambiarte de escuela.

El castaño rió y jugó con sus dedos. — Lo tendré en cuenta —le sonrió.

El autobús llegó, Noel se despidió de Antonio cordialmente y se subió.

El barbudo se dio la media vuelta y comenzó a caminar en dirección a su casa.Tenía que admitir que el castaño se veía una persona inocente, agradable y confiable.

Pero, apenas es el primer día de estos dos juntos.

The art of love [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora