The art of love [Yaoi]

IX

Antonio

Noel… el nuevo profesor de Artes, si lo ves por detrás parece una chica, con buenas piernas, trasero grande (y perfecto), pelo totalmente liso y largo, carismático, activo y alegre. Llevo un mes conociéndolo y cada día me sorprende más, pero hoy aparte de sorprenderme me impactó. ¿Por qué?

Las clases ya habían acabado, todos se habían ido a sus casas excepto algunos profesores que querían terminar su trabajo, como yo. Al finalizar de calificar los trabajos de mis alumnos, me dirigí al salón de artes para ver si había señal de Noel, antes de abrir la puerta escuché un ligero gemido, un gemido de placer. Curioso, abrí la puerta viendo una escena que nunca el mi puta vida creí que llegaría a ver.

Noel siendo penetrado por uno de mis alumnos, Alejandro Rojas.

En ése momento, no sabía que hacer, lo único que hice fue cerrar nuevamente la puerta e irme a analizar la situación en el laboratorio. Terminando, le mandé un mensaje a Noel diciéndole que cuando terminara me buscara en el laboratorio. Y aquí estoy, viendo los pupitres desordenados, esperando ver entrar a Noel por esa puerta.

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Antonio jugaba con una pluma mientras esperaba al castaño, los segundos pasaban lento y el barbón trataba de comprender que mierda había pasado. Más bien, qué mierda había visto.

Cuando por fin llegó la hora, el castaño claro se apareció, con las mejillas sonrojadas y las manos temblorosas.

—¿Pue-Puedo pasar?— preguntó, tímido Noel.

—Pasa…

Noel entró al laboratorio, jugando con sus dedos mientras se acercaba al escritorio, se sentó con cuidado y no hizo contacto visual.

Para romper el silencio, Antonio le dio un golpe fuerte al escritorio, acelerando mas el corazón de Noel.

—¡¿Qué carajos, Noel?!

—¡Aaaaaah, lo siento, lo siento!

Antonio acarició su frente irritado y miró al castaño. —¿Sabes lo grave que es esta situación?

Noel asintió con la cabeza mientras ocultaba su boca.

—¡Es un alumno!

—¡Y-Ya sé! Y sé que está mal…

—Entonces, ¡¿por qué lo haces?!

—Y-Yo no quería… él tocó mis puntos débiles y… pues, ya sabes.

Antonio suspiró, se levantó para quitarse la bata de laboratorio y guardarla en su locker. Volteó a ver al castaño que estaba encogido de hombros y con la mirada hacia abajo

—¿Y si lo hubiera visto Manuel?

—Sé que me iría muy mal. ¡Por favor no le digas nada!

—No lo haré… ¡si tú no lo vuelves a hacer!

Noel asintió con la cabeza y miró los ojos cafés miel del barbudo.

—No lo volveré a hacer aquí— sonrió.

Antonio volvió a suspirar y se acercó al castaño para desacomodar su largo cabello y jalarlo un poco por el enojo, sacando unos gemidos de dolor por parte de este.

—A veces me dan ganas de golpearte…

—¡Por favor no lo hagas! Mis brazos son débiles y los tuyos… bueno los tuyos…— Noel apretó el brazo izquierdo de Antonio, sintiendo la musculatura de este. —… son rompe huesos— rió dulcemente el castaño.