Magnífico y muy odiado lunes por la mañana. Los pájaros cantaban y volaban, las alarmas sonaban para despertar a sus dueños, otros regresaban de hacer ejercicio, como nuestro querido profesor Antonio, que regresaba del gimnasio.
Quién diría que ese maestro flojo se mantiene en forma por las mañanas, pero siempre hablamos de Antonio, hoy le toca nuestra atención a Noel.
Eran las 5:40 AM, la alarma del celular de Noel sonaba, el chico, con los ojos cerrados, tomó su celular y la apagó. Abrió lentamente sus ojos para dar un gran bostezo. El castaño se estiró un poco y se levantó de la cama para darse una ducha. Al salir, amarró con una toalla su cabello para que se secara un poco, enrolló su cuerpo con otra toalla y salió para dirigirse a su habitación.
—¿Estás despierto tan temprano, mi conejito?— preguntó un chico que se encontraba en la cama de Noel.
—Sí, lo siento, tengo que dar clases— Noel sonrió y comenzó a elegir la ropa que se pondría. —¿Acaso no tienes que trabajar hoy?— preguntó mientras sacaba una camisa azul claro.
—Oh sí, pero recuerda que soy el jefe y puedo llegar un poco tarde— alegó, con un tono algo burlón, Scott.
—Tienes suerte, pero… si tú eres el jefe, deberías de llegar aún más temprano para poner el ejemplo— dijo el castaño mientras se ponía la camisa azul, con una sonrisa de oreja a oreja dibujada en su rostro.
Scott suspiró y se levantó de la cama, posicionándose detrás de Noel y enredando sus brazos alrededor de su cintura, plantando algunos cuantos besos en su cuello.
—De acuerdo, llegaré temprano hoy— susurró el chico de cabellos azabache en el oído del castaño.
Noel echó la cabeza para atrás, dándole más espacio a los labios del chico en su piel, aprovechando su posición para darle un gentil beso en la mejilla y luego sonreírle.
Scott continuó besándolo por otro rato, hasta que el castaño se apartó un poco para sacar unos jeans algo aguados de un cajón y ponérselos. El azabache elogió su apariencia y se acercó a besarlo en los labios.
—Scott, me tengo que ir— Noel apartó un poco la cara del otro mientras sus mejillas se volvían color carmín, soltando unas cuantas risitas al sentir sus besos.
—Yo te llevaré en mi auto— dijo, apartándose de el castaño y poniéndose la ropa que había usado la noche anterior.
—¿Ni siquiera te darás una ducha?— preguntó Noel mientras se ponía su corbata negra y se observaba en un gran espejo.
—Después de que te deje en el trabajo, iré a casa a arreglarme— alegó Scott mientras se acomodaba un poco el cabello con la mano.
Noel asintió y se puso los clásicos tenis azules que usaba para la escuela. Scott se dirigió a la puerta principal, abriéndola para dejar pasar al castaño primero. Noel salió, seguido por Scott, ambos bajaron las escaleras para llegar al garaje.
El azabache sacó las llaves de su bolsillo y abrió el auto. Ambos se subieron al automóvil y Scott los condujo hasta la escuela donde trabajaba Noel.
—Bien, ¡gracias Scott!— el castaño plantó un pequeño beso en los labios del azabache y bajó del auto.
—Hasta luego, Noel… por cierto, la pasé muy bien anoche— Scott le guiñó el ojo, cerró la puerta y se fue.
El castaño se sonrojó ante el comentario, entró a la escuela y se dirigió al salón de maestros, dónde ya se encontraba su amigo barbudo.
—¡Hola, Antonio!— Noel se le acercó rápidamente y beso su mejilla.
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The art of love [Yaoi]
RomanceEstamos acostumbrados a leer los típicos amoríos escolares, cómo la chica popular que se enamora del nerd que nadie quiere o el chico súper guapo que casualmente se enamora de la nerd, quién se vuelve una modelo sin esas gafas gruesas. ¿acaso nunca...