Dulce jueves por la mañana, los alumnos de la escuela se levantan con un poco de ánimos, ya que en unas cuantas horas será viernes. ¡Viernes de fiesta, sexo, alcohol y drogas! Otros alumnos realmente se quedarán en su casa viendo porno o una película. ¿Qué pensarán los maestros el día de hoy?

— A veces quisiera inventar una máquina del tiempo y adelantarlo para que ya fuera viernes —comentó Antonio mientras preparaba su amargo café.

— ¿Eso es posible? —preguntó curioso Noel.

— Por supuesto que sí, todo se puede en esta vida —bebió un poco de café y miro al castaño. — Me faltan las armas para hacerlo.

— Wow… pero por lo mientras tendrás que esperar como una persona común y corriente —Noel se paró al lado de él y recargó su cabeza en el brazo de Antonio, dando un tierno bostezo. — Hace un poco de sueño.

— ¿Aún no te acostumbras?

— No —Noel hizo un leve puchero y comió una galleta. — Al menos ya van a entrar los chicos para que les dé clases. —Noel dio un gran salto enfrente y se estiró.  — ¡Vamos Noel, tú puedes! —dijo motivándose a si mismo.

— Eres tan raro a veces.

— ¿Por qué lo dices? Sólo me estoy motivando para dar lo mejor de mi —Noel corrió hacia la ventana y la abrió. — ¡Buenos días señor sol! —gritó mientras saludaba al cielo medio nublado, saliendo todas las nubes que ocultaban el Sol. Antonio miró extrañado a Noel, revisando los ingredientes de las galletas que se había comido la criatura.

Sonó la campana, las puertas de la escuela abrieron, permitiendo entrar a los alumnos. Antonio y Noel tomaron sus tazas y se fueron a direcciones diferentes, para dar una nueva clase.

Era la cuarta hora, en los jueves la cuarta y segunda hora era de talleres. Antonio, para no aburrirse, fue con su nuevo y adorable amigo Noel, que se encontraba en el salón de Artes.

— Hey, ¿estás ocupado? —preguntó Antonio mientras tocaba la puerta.

— ¡No! Adelante —sonrió Noel mientras acomodaba las bancas. — Las horas se han pasado rápido —comentó el castaño.

— Supongo. Tengo que comprar 30 corazones de vaca para las prácticas de mañana —suspiró Antonio mientras se sentaba en una banca. Noel se sentó a su lado y sonrió. –Me he dado cuenta que casi no sé nada de ti.

— ¿A qué te refieres?

— Sí, no se que música te gusta ni que color te gusta.

— Oh…

— ¿Cuál es tu color favorito?

— Color mostaza. Supongo que debo preguntar el tuyo —Noel dio una risita e hizo círculos con su dedo índice en la banca.

—Me gusta el color vino. Bien, ¿tu comida favorita?

— Supongo que la pizza.

— ¿De pepperoni o cuatro quesos?

— ¡4 quesos! —Noel dio un ligero golpe a la banca y rió.

— ¡Tú sí sabes! —Antonio despeinó el cabello de Noel y le dedicó una sonrisa, cosa que Antonio no hace a cualquier persona.

— ¿Por qué tienes esta perforación pequeña? —preguntó Noel mientras tocaba la pequeña pieza negra que hacía parecer que Antonio usaba aretes.

— Bueno, siempre quise una, pero no con mucha exageración. La tengo desde que tenía 20 años —Antonio tocó su oreja derecha, moviendo algunos cabellos para que Noel la pudiera ver mejor. — ¿Tu nunca te hiciste una?

The art of love [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora