Fiesta de fin de curso ¿o algo así?

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Steven insistió e insistió más para acompañarme a casa, luego de la reunión en el café. Yo le decía que no. Que no se preocupara, porque mi madre vendría por mí. Pero el siempre insistía más, así que no tuve remedio. Era eso, o ir con mi madre escuchando música clásica.
Después de acabar nuestras bebidas, me fui con Steven a mi casa.
Todo el camino fue silencioso y abrumador. Yo miraba al suelo, y Steven me miraba a mí.
- No me mires así.
Dije yo, muy abrumada.
- Pero quiero hacerlo.

- no lo hagas.

- ¿por qué?

- porque no me gusta.

- oh, lo lamento. Es que eres hermosa. Como las estrellas en una noche despejada. Al igual que esta noche. Mira.
Dijo Steven, alzando mi cabeza delicadamente hasta que pude ver el firmamento. Asentí con un pequeño "wow" de asombro. Jamás había visto algo como eso. Siempre miraba al suelo o mis pies mientras caminaba. Así nos quedamos un rato. Mirando las estrellas sin saber ni siquiera que llevábamos ahí una hora. Seguíamos mirando hacia arriba cuando mi teléfono nos interrumpió. Era mamá.
- ¿dónde estás? He estado esperando tu llamada por una hora.

- lo lamento, mamá. Me entretuve hablando con un chico. Y cuando me di cuenta, ya había pasado una hora.

- está bien. Me tenías preocupada. ¿Te recojo?

- no, gracias. Un chico se ofreció a acompañarme.

- okay. Te veo luego. Adiós, te amo.

- adiós, mamá.

Colgué el teléfono, y bufé un poco. Es algo vergonzoso que tu madre llame porque te retrasaste una hora y porque está preocupada.

- creo que deberíamos irnos.
Dijo Steven adivinando por qué mi madre había llamado. Sonreí un poco y asentí.  
El resto del camino fueron risotadas, golpes amistosos, y conversaciones divertidas. Me agradaba Steven. No hay duda.

Cuando llegamos a mi casa, me despedí de Steven y entré a mi casa. Mi hermano Louis estaba en la cocina tomándose una coca-cola fría, y yo me antojé, así que me acerqué y hubiera querido servirme la coca-cola e irme, pero al parecer es de mala educación pasar indiferente por delante de tu hermano, así que obligatoriamente tuve que saludarlo.
- hola, Louis.

- hola, germen.

- ja, ja, ja.
Reí sarcásticamente.
- oye, ¿a quién llevarás a la fiesta de fin de curso?
Dijo Louis, recuperando su estilo de gay.
- ¿por qué? ¿Quieres que te lleve?
Dije yo, sarcásticamente.
- solo era por saber.

- lo se.

- ¿nadie te ha invitado?

- no.

- awwww, que triste. Pensé que llevarías a Caleb.

- ni me lo menciones. El y yo terminamos.

- ¡SIIII!

- ¿qué quieres decir con eso?

- que el tipo era un idiota. No te favorecía. En alguna forma, es bueno que hayan terminado. Mira Sabri, hay muchos peces en el océano. No puedes aferrarte al más idiota de todos.
Ese argumento me hizo pensar. Era verdad. Tenía que seguir mi camino. No podía quedarme con ese idiota para siempre. Debía invitar a alguien a la fiesta de fin de curso. Al fin y al cabo, sería divertido. Ir con un amigo o algo. Y también, en vez de quedarme con el rencor con Katey, debía agradecerle. Me zafó del pez más idiota de todo el océano. En la escuela le pediría disculpas.

- seh, tienes razón.

- siempre la tengo, Sabri. Siempre la tengo.

(...)

"COMO AMIGOS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora