Capítulo XXI

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El domingo fue un día tranquilo por no querer decir aburrido, me la pase pensando en Danniel y cuando no pensaba en él estudiaba.

El lunes empezó como cualquier otro lunes, aburrido y sin ninguna sorpresa mañanera, a diferencia de los días pasados podría decir que este sería un lindo día (exceptuando el hecho de que era lunes, de que tenía examen y que estaba peleada con mi mejor amiga). El cielo estaba despejado, tal vez era una señal, de que ese día todo iría bien. Al llegar a la escuela, sólo estaba Demian esperándome, él vestía el uniforme de la escuela, un pantalón gris con una camisa blanca en conjunto de un saco y una corbata ambos azul rey, el uniforme de las chicas es similar, solo que nosotras teníamos una falda. Verlo a él solo parado allí, sólo podría indicar una cosa, que Valeria no ha llegado o que capto mi mensaje y sabia que aun estaba enojada con ella, pero a decir verdad comenzaba a extrañarla.

-Hola- el chico me saludo un beso en la mejilla -¿Lista para el examen?

-Algo- jugueteaba con un mechón de mi pelo, sólo me había puesto una diadema y lo había cepillado un poco. Entramos a la escuela, no faltaba mucho para que las clases y obviamente el examen comenzaran. –Por cierto ¿y Valeria?

-Aun no llega- respondió Demian acomodándose los lentes -¿ya no están peleadas?

-No estamos peleadas- hice una mueca –simplemente no le hablo, por el momento.

-¿No es lo mismo?

-No- hice una especie de ademan con las manos.

-¿Por qué no?- preguntó haciendo una expresión de no entender nada.

-Porque me oculto algo tan importante, como que estaba saliendo con un chico... que por cierto es tu primo, debería considerar enojarme también contigo, tú tampoco me lo dijiste.

-Sí, pero cuantas veces te tengo que repetir lo que ya te dije, no me correspondía a mí- contesto, con un tono parecido al de la molestia –además ya te dijo ¿no?, no debería haber razón para molestarse.

Entramos al salón de clases y nos sentamos, el examen estaba a escasos cinco minutos de iniciar y Valeria aun no llegaba... tampoco era que me importara... mucho.

-Claro que la hay- me acomode en mi asiento –no puedes ocultarle algo tan importante a tu mejor amiga durante tanto tiempo- chasquee los dedos –está en el código de chicas.

-Pff, código de chicas- hizo un gesto de desagrado – ¿esa cosa realmente existe?

-Sí, bueno no... realmente no sé- mire el reloj nuevamente, faltaban cuatro minutos y Valeria no llegaba, si no aparecía pronto Gerbrutis, no la dejaría hacer el examen de historia, lo que significaba que reprobaría la materia, en la cual por cierto no le iba tan bien. –Pero si existe o existiera debería de estar esa regla.

Valeria logro llegar a tiempo, con dos minutos de sobra y tras de ella, entraba nuestra verdugo la profesora Gertrudis. Valeria se dirigió a su asiento justo al lado del mío, saludo primero a Demian, a mí sólo me levanto la mano en forma de saludo al que yo respondí con lo mismo.

-Muy bien jóvenes- dijo la profesora Gertrudis poniendo sus cosas sobre la mesa y sacando un montón de folders, los cuales contenían sus instrumentos de tortura. –los moveré de lugar para evitar cualquier trampa.

Las bochos fueron las primeras (y las únicas) en quejarse, por lo cual fueron las primeras en ser cambiadas de lugar. Mientras ellas causaban alboroto, no podía dejar de pensar en Valeria, pero aun no me cabía en la cabeza, ¿Por qué no me había contad acerca de Sebastián?

El examen comenzó y obviamente a Demian, Valeria y a mí, nos movieron del lugar donde nos encontrábamos. Demian estaba justo delante de una bocho, y detrás de mi estaba otra. A decir verdad el examen no era tan temible como lo había pensado, ya que lo estaba contestando con cierta facilidad. Pude darme cuenta de que Laura (o bocho café como la llamábamos) me estaba copiando, me di cuenta de esto fácilmente, no es de las mejores personas disimulando en el planeta, rápidamente escribí un mensaje muy simpático en la parte de arriba de la hoja: ¡DEJA DE COPIARME!

Voltee disimuladamente y pude notar el enfado en su rostro y que borraba algo del mismo lugar donde yo había escrito mi pequeño mensaje, yo le dedique una sonrisa triunfal.

No podía creer que fuera tan bruta incluso para copiar el sutil mensaje que le había dejado. El timbre sonó indicando que el examen había terminado, estaba confiada de mis respuestas, no por nada me esclavice el domingo estudiando, aunque, también había estado pensando en Danniel y también en mi asunto con Valeria. El resto del día paso con normalidad, exceptuando el almuerzo, era la primera vez en años que cada quien estaba por su cuenta. Por una parte estaba Valeria que sabía que aun estaba enojada con ella y por el otro estaba Demian, que no quería estar en medio de nuestra pelea.

En una esquina del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora