Nuestros ojos no se habían desconectado en ningún momento, pero a medida que se acercaba millones de pensamientos inundaban mi cabeza.
Oh Dios ¿Que hago?
¿Me alejo y pierdo la oportunidad de besar al chico más sexy que he conocido o me arriesgo y lo beso?
Oh vamos Mariana, recuerda lo desgraciado y mujeriego que es.
Pero es taaan sexy.
Pero no, no puedo perder mi dignidad otra vez.
Nuestras narices se rozaban y yo aún no había decidido si dejar que me besara o no. Cuando estábamos a milímetros de tocar nuestros labios llegó el bus, salvando mi pellejo. Me aleje y me subí al bus lo más rápido que pude dejándolo ahí completamente desconcertado.
Apenas llegué a mi casa y llame a las chicas contándoles lo sucedido a lo que las tres contestaron cosas como: "Tenlo como tu esclavo sexual." "Yo hubiera estado en tu lugar y le meto la lengua hasta la garganta." y "Solo echatelo y ya, quítate esas ganas."
Están locas. Además, que ese bus llegara fue lo mejor que pudo pasar por el bien de mi salud mental. Me di una ducha y me puse la pijama, hice mi tarea y luego leí un poco. Hice el intento de dormir pero no pude dejar de pensar en lo sucedido.
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Andaba deambulando como zombie por los pasillos del instituto ya que teniamos hora libre, había decidido ir al comedor a comprar una barra de granola cuando sin querer tropecé con alguien.
-Disculpa- dije luego de lo sucedido.
-¿Que estas ciega? Ve por donde caminas- me respondió esta persona con el ceño fruncido. Era un chico de cuarto año- O tal vez solo eres estúpida de nacimiento.
Me quede atónita con lo que me había dicho, solo lo tropecé un poco y el ya estaba insultandome. La sociedad cada vez esta peor.
-¿Quien diablos te crees para hablarle así?- dijo alguien detrás de mi- ¿Que no has escuchado sus disculpas?
Reconocí esa voz. El chico cambio su semblante enseguida cuando vio a quien le había dicho esas palabras.
-E-ella me tropezó haciendo que tirara mis cosas hermano- dijo el chico nervioso.
-Pero aún así te pidió disculpas por haberlo hecho, ¿Acaso no te enseñaron a respetar a las mujeres en tu casa?- soltó la persona detrás de mi- Es más, si no quieres que te saque los dientes de un puñetazo pídele disculpas ahora tu a ella.
-No voy a pedirle disculpas, ella fue quien me tropezó- contestó el chico con el ceño fruncido.
Vi como Santiago se aproximaba hacia el y agarraba su camisa con una mano, mientras que preparaba la otra para darle un puñetazo.
-Pidele disculpas- le exigió con la mandíbula apretada.
-Santiago no es necesario...- agregue ante la situación. Me ignoró.
-E-esta bien- dijo el chico nervioso- Disculpame- terminó de decir.
-¿Disculpas por que?- preguntó Santiago mirándolo con furia.
-Por ser un imbecil contigo- respondió el chico.
-E-esta bien- dije nerviosa por lo sucedido.
Santiago lo soltó y el chico se fue prácticamente corriendo.
¿Que carajos ha sido eso?
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Estábamos en plena clase de matemáticas y yo no dejaba de pensar en lo que había sucedido anteriormente. ¿Que pasaba con Santiago?
-Hey ¿Que te pasa?- preguntó Doris sacandome de mis pensamientos.
-Nada, es solo que cada vez entiendo menos la trigonometria- mentí.
-A mi no me engañas, a ti te pasa otra cosa- dijo con el ceño fruncido.
-No es nada Doris- contesté con cara de fastidio.
-Si no me dices publicaré tu video ebría bailando- dijo arqueando una ceja.
-¿Que video?- pregunté tratando de recordar.
-El de la casa de Estefanie- dijo con una sonrisa triunfal.
Recordé.
-Oh, no te atreverías- comenté viéndola de manera ofendida.
-Sabes que si - agregó cínicamente- Escupelo.
Le conté todo lo sucedido con Santiago y su respuesta fue: "¡Le gustas!" A lo que yo obviamente contesté con un: "Estas loca".
Estábamos ya en la última clase del día que por cierto pasaba bastante lento. Moría por irme a casa y dormir todo lo que restaba del día pero sabía que eso no se iba a poder ya que después del instituto las cuatro iríamos a la casa de Estefanie para hacer un trabajo de historia.
Cuando por fin la clase terminó nos dirigimos a la casa de Estefanie, estaba sentada en el sofá tranquilamente cuando se abrió la puerta de la sala dejando a mi vista a un sonriente Marcos.
-Hey- nos saludó a todas.
-Hola- contestó Anna.
-¿Que hay?- agregó Doris.
-¿Me trajiste algo de comer?- terminó de decir Estefanie.
Yo no lo saludé.
Marcos era el hermano de Estefanie, era egocéntrico y malintencionado e incluso creo que peor que Santiago. La verdad si tenía motivos para tener el ego tan alto ya que tenía un muy linda cara y un muy buen cuerpo, todas nuestras amigas morían por el mientras que yo lo odiaba por su traición. Antes de la traición Marcos y yo nos llevábamos muy bien. Siempre que íbamos al cine en grupo nos sentabamos juntos compartiendo la bebida, durabamos casi toda la madrugada riendo viendo videos graciosos y hasta dejaba que durmiera con Estefanie y conmigo. La verdad lo consideraba mi amigo aunque el en ocasiones se me insinuaba a lo que yo respondia rechazandolo, sabía como era el y no pensaba ser una más. Todo cambio entre nosotros cuando un día en el que yo estaba en estado de ebriedad el se aprovecho de la situación y terminamos besándonos. No sólo lo culpaba a el porque yo le seguí el beso, pero lo que más me molestaba de lo que había ocurrido era que el no aceptaba que yo no estaba consciente cuando nos besamos y siempre decía que yo solo había estado finjiendo.
-¿Y tu que?- preguntó refiriéndose a mi- ¿No saludas?
-Hola- respondí cortante.
-Aunque te comportes de esa manera conmigo sé que por dentro morías por verme- dijo mirándome con una sonrisa.
-Y yo sé que moría de ganas por NO verte- contesté fulminandolo con la mirada.
-Si claro, no sé hasta cuando te harás la difícil- agregó.
Las chicas estaban atentas ante nuestra pequeña discusión.
-Hasta que tu aceptes que no todas mueren por ti- solté irritada.
-Oh vamos, sé que estás loca porque se vuelva a repetir lo del otro dia- dijo mirándome con autosuficiencia.
-Vete al demonio Marcos- escupí con furia.
-Es más- agregó sonriendo- Te aseguro que te daré la repetición el día de la fiesta de bienvenida al último año- terminó de decir guiñandome el ojo derecho.
-¿¡Que!? ¿Estas invitado?- le pregunté abriendo los ojos como platos.
-Por supuesto- contestó con una sonrisa triunfal- Paulina se encargó de invitarme personalmente.
Paulina era la organizadora de la fiesta, una más de las sin dignidad que moría por Marcos.
-Maldición- susurre.
-Nos divertiremos mucho esa noche- dijo mirándome con cara de pervertido.
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Hola:3
Espero que les haya gustado el nuevo capítulo.
Adiós.
