Capitulo 17

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Lo que se encontraba a mi vista por esa pequeña rendija era Marcos revolcandose con la pelirroja de piernas largas que conocí el día del partido de fútbol. Quedé completamente paralizada.

¿Por que estas cosas me pasaban a mi?

¿Que he hecho mal?

Cuando reaccione me encontré con los ojos tristes y avergonzados de Estefanie. Sin percatarme una lágrima se deslizó por mi mejilla.

-Y-yo tengo que irme- dije mientras me limpiaba la pequeña lágrima. Me dirigí al cuarto de Estefanie casi corriendo.

-¿A donde vas? Es muy tarde Mariana- dijo mirándome sorprendida.

-Yo m-me tengo que ir- agregue temblando de la rabia y tristeza. Tome mi bolso y me dirigí a la puerta- Llamaré a alguien que se que puede venir por mi- termine de decir saliendo de la habitación.

-Mariana...- escuche de Estefanie detrás de mi. Abrí la puerta para salir de la casa y me gire a verla- Lo siento.

Le conteste forzando una sonrisa y cerré la puerta detrás de mi, camine hasta un banco que quedaba un poco retirado de la casa y me senté. Saque el celular de mi bolso y con mis manos aún temblando sin pensarlo dos veces le marque. No pasaron más de dos pitidos cuando atendió.

-¿Hola?- dijo la voz desde la otra línea. Respire hondo para calmarme y me dispuse a hablar.

-Ho-hola, te llamaba para preguntarte si aún sigues por estos lados- pregunte mordiendome el labio.

-Si, estoy en un bar cerca. ¿Por que? ¿Te paso algo?- pregunto preocupado.

-¿Puedes venir por mi?- fue lo único que logre pronunciar.

-¿Te busco donde te deje?

-Si, por favor- pedí casi sollozando.

-En menos de diez minutos estoy allá- dijo para luego colgar.

En menos de lo que imagine vi como llegaba Santiago en su moto, se bajo y me miro preocupado.

-¿Que sucedió?- pregunto con ojos expectantes.

-Salgamos de aquí- conteste suplicante.

-Esta bien, pero me contarás todo- dijo pasandome el casco. Me lo puse y nos subimos a la moto.

En todo el trayecto no pude borrar esa devastadora imagen, las lágrimas se deslizaban por mis mejillas ante el recuerdo.

¿Que demonios había querido de mi?.

Que ilusa fui al pensar que cambiaría por mi.

Todos esos pensamientos vagaban por mi mente, me sentía extremadamente estúpida. Llegamos y me sorprendió ver que no me había llevado a mi casa, si no que me había traído a la de el.

-¿Que hacemos en tu casa? Tendrías que haberme llevado a la mía- reclame mientras me quitaba el casco.

-¿Crees que te iba a dejar así sin saber que te ha pasado?- pregunto mirándome incrédulo.

-No ha pasado nada, solo me he sentido mal- mentí. No quería más problemas.

-¿Tanta cara de imbécil tengo? Escupe la verdad Mariana.

-Te contaré arriba- dije presionando el botón del ascensor.

Subimos y se notaba lo impaciente y preocupado que estaba, fui a la cocina por un vaso de agua. Luego fui a la sala y me sente en el sofá, el solo se posicionó delante de mi.

-Habla- exigió mirándome fijamente.

-Tenías razón- comencé a decir con un nudo inmenso en la garganta- Marcos no era lo que pensé.

No te soltare jamás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora