Capítulo 11

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—¿Qué pretendes? —le pregunté preocupada.

—Nada —dijo calmado.

Un Dylan muy sonriente y solo en bóxers no me da muy buena espina.

—¿Qué estás tramando?

—Absolutamente nada.

—Pues ponte ropa.

—Tengo calor.

—Ponte ropa, por favor.

—Tengo calor.

Suspiré pesadamente y me resigne, fui y me senté en la cama a su lado. Volteo a verme extrañado por no seguir peleando, él quería molestarme, pero no lo logro.

—¿Sabes? Dos pueden jugar a este juego —le dije desafiante.

No estoy muy segura de lo que estoy a punto de hacer pero lo haré solo para molestarlo. Tomé el dobladillo de mi blusa y la fui subiendo lentamente de manera muy provocativa.

—¿Hailey q-qué estas haciendo? —preguntó.

—También tengo calor —dije inocente.

Pasé la blusa por encima de mi cabeza y me quedé parada frente a Dylan. Él me miraba, yo lo miraba. Pero su mirada estaba en mis ojos, no la había bajado por nada del mundo. Este tipo es todo un caballero, me tiene en pocas ropas y aún así no se atreve a mirarme. No esta cayendo en mi juego. Mierda. Tendré que pasar al siguiente nivel. Desabroché el botón de mis jeans y baje el cierre lentamente.

—Hailey —tragó saliva fuerte.

—Dylan.

—No hagas eso, por favor —cerró sus ojos tratando de no verme.

—¿Por qué? Hace mucho calor.

Se levantó de la cama y se puso enfrente de mi aún con sus ojos en los míos.

—No lo hagas —susurró.

No dije nada y seguí mirándolo a los ojos. Haz algo. Rápido. Sentí sus frías manos rozar mi abdomen, tenía sus dedos en el botón de mis jeans, me estremecí ante su ligero tanto. ¿Qué va a hacer? Estoy nerviosa. Sin quitar la mirada de mis ojos abrocho el botón.

—Tienes unos ojos muy bonitos —le susurré.

—Los tuyos también son muy bonitos.

Se separó de mi y fue a buscar algo, tomo unos jeans y se los puso lentamente. Podría observarlo mientras se viste todo el tiempo, lo hace de una manera muy sexy.

—Ponte la blusa —me ordenó.

La puerta se abrió de golpee y me asuste, más yo que Dylan pero él también se asustó un poco. Cam entró riendo a la habitación. Oh, gracias a Dios.

—Cam ¿en dónde te metiste? —escuchamos la voz de Chase.

Mierda.

Dylan se puso enfrente de mi para cubrirme mientras yo me ponía rápidamente la blusa.

—Papi, estoy con tío Dylan y Hailey —gritó la pequeña.

—Cam, no debes entrar así a las habitaciones, te lo he dicho —Chase la regañó.

—Papi, Hai no tenía busa cuando ente.

Oh mierda. Estoy segura que mis mejillas están demasiado coloradas. Bajé la cabeza para ocultarlas.

—Cam, creo que interrumpiste algo entre la princesita y el príncipe azul.

—¿Hai es una pincesa? —preguntó Cam emocionada.

Pensé que sería peor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora