Me encontraba acostada en el piso retorciéndome del dolor a causa de los golpes de la noche anterior cuando escuché la puerta de mi habitación abrirse de golpe. Apareció la silueta de un hombre alto a quien no pude reconocer.
—Está noche no te escapas.
Fue lo que dijo antes de levantarme del cabello y lanzarme contra la cama. Poco a poco se fue acercando a mi y con mucha lujuria en sus ojos, arrancó mi playera. Fue acercándose a mi y restregándome su piel asquerosa contra mi torso desnudo. Se quito el cinturón y desabrocho el pantalón, me removí debajo de él intentando zafarme, y ahí estuvo mi error; con enojo tomo de nuevo el cinturón y comenzó a golpearme con fuerza, en el abdomen, brazos, piernas y cualquiera de las partes que se le cruzarán.
—Por favor —rogué.
Fue todo lo que pudo salir de mi boca, no tenía fuerza, ni siquiera para hablar. Sin ningún impedimento, terminó de quitarme los pantalones para así prepararse para complacer sus asquerosos deseos. Yo ya no tenía fuerza para luchar, ya no tenía fuerza para nada. Solamente podía llorar, lamentarme por esta vida tan injusta que me toco, esta vida que yo no pedí, sin embargo es la que me toco. Se quito finalmente sus pantalones y comenzó a besar mi cuerpo.
—Ya no más por favor —sollocé con fuerza.
—Hailey, bebé —escuché que Dylan me llamaba.
Abrí poco a poco los ojos para encontrarme que todo había sido una horrible pesadilla o más bien, un recuerdo. Dylan estaba moviendo mi brazo tratando de despertarme, observé a mi alrededor y aún seguíamos en el avión.
—Estás llorando ¿te encuentras bien?
—Sí, solo... estaba soñando —conteste confundida.
—Todo está bien, ya vamos a llegar.
—¿A dónde vamos?
—No preguntes, solo gózalo —dijo Chase mientras me tiraba un pedazo de comida a la cara.
Este hombre me cae bien desde que me entere que tiene una hija, pero me causa mucha tristeza la pobre que tiene que crecer sin sus dos padres; ya que Chase no la puede poner en peligro llevándosela consigo.
—Ya estamos llegando.
Mire por la ventanilla y aunque era de noche, se podían observar millones de luces de los edificios, no se que ciudad era, sin embargo esta era hermosa.
[...]
Estamos llegando al hotel el cual es simplemente precioso, la ciudad es hermosa aunque sigo sin saber cuál es. Con este hombre he conocido más ciudades que en toda mi vida.
—¿Ya vas a decirme donde estamos?
—Estamos en Moscú, ¿te gusta?
—Me encanta, por Dios.
—Dejen de charlar y subamos a la habitación que tenemos que hablar —dijo Chase en modo autoritario.
Subimos a la habitación, y yo no podía dejar de contemplar el lujoso hotel en el que nos encontrábamos. Dylan, Chase y Lenny se sentaron en la gran sala que está suite tenía. Ya que era como un departamento con 4 habitaciones. Los guardias de seguridad estaban esparcidos por todo el lugar.
—Bueeeno —dije alargando la e—. Iré a escoger mi habitación.
—No princesita, ven acá —dijo Chase mientras hacía señas con su dedo.
—No es necesario, yo puedo explicarles todo, ve a dormir mi amor.
Voltee a verlo y tome su palabra, la verdad no tenía muchas ganas de hablar de lo que acababa de pasar, todavía tenía mucho miedo de lo que el fantasma nos pudiera hacer, él es muy peligroso por lo que pude notar. Por algo tiene más de 50 hombres cuidándolo.
ESTÁS LEYENDO
Pensé que sería peor.
ActionHailey West es una chica de 17 años quien tiene una madrastra que la maltrata. Un día conoce a Dylan Smith, un narcotraficante que se disfraza por ser un heredero empresario de 21 años, él se enamora de ella tanto que no quiere que Elena su madrastr...