Capítulo 3

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—Hailey baja rápido —gritó Elena.

¿Qué esta mujer lo único que sabe es gritar?

—¿Qué pasa?

—Empaca todas tus cosas.

—¿Qué? ¿Por qué? —pregunté sorprendida.

Estos días he estado muy confundida. Elena ya no me ha golpeado, lleva dos semanas sin hacerlo y eso es sorprendente aunque me alegra. Me grita pero no me ofende ni me hace hacer las cosas varias veces, se ha estado comportando muy bien. Por otro lado, ya no han venido hombres a verme, vino uno pero Elena no dejo que me hiciera nada, dijo que si no era con ella que no; tampoco ha venido aquel chico y eso me alegra. Yo pensé que él era diferente pero regreso y me demostró que no, si lo vuelvo a ver, estoy más que segura que lo único que tendré es miedo.

—Tenemos que irnos —explicó.

—¿Irnos? —pregunté extrañada.

—No preguntes, ve rápido y empaca lo más importante —asentí y subí corriendo a mi habitación.

Después de empacar mis cosas más importantes me senté en la cama mientras miraba el portaretrato donde salen mis padres junto a mí. Los extraño tanto, si ellos siguieran aquí nada de esto me estuviera pasando; la vida con ellos era completamente diferente, los necesito tanto en mi vida. ¿Cómo se aprende a vivir sin ellos, cómo se supera el quedarte completamente sola, cómo se aprende a vivir sin que nadie te quiera, que nadie se preocupe por ti por cómo estás, que nadie te ayude cuando estás en los peores momentos de tu vida? ¿Algún día podré ser feliz?

—Hailey trae tus maletas, anda —gritó Elena interrumpiéndome de mis pensamientos.

Limpie las lágrimas que habían caído y baje las maletas con cuidado. Una vez llegue abajo vi a aquel hombre de nuevo.

—¿Qué, qué haces aquí? —tartamudee.

—Vengo por ti.

—No, yo no me iré contigo —dije asustada—. Elena dile que yo no me iré con él.

—Si te iras con él niña, él te compro por mucho dinero —dijo muy feliz mientras se abanicaba con muchos billetes.

—¿Qué? No, por favor Elena —comencé llorando—. Yo puedo trabajar y pagarte lo que él te va a pagar pero por favor no me dejes ir con él.

—No mi reina, ni en un millón de años podrás pagar lo que él me pagara por ti.

—Por favor Elena, hago lo que quieras pero por favor no dejes que me vaya con él.

—Ya niña, ya te vendí ya no molestes y lárgate —dijo con desprecio.

Aquel hombre tomó mis maletas y ya estaba dispuesto a salir con ellas de la casa—. Deja mis cosas porque yo no me iré contigo —le grite mientras lloraba.

—Te iras conmigo quieras o no.

—Por favor Elena —me hinque ante ella.

—No te hinques, no seas estupida —dijo él enojado. Salió de la casa con mis maletas en la mano y luego regresó—. Vámonos Hailey —tomo mi brazo.

—No suéltame, no quiero irme contigo, Elena por favor —decía llorando.

Él me tomo de la cintura haciendo que me levantara del piso, luego me cargo en su hombro y salió de mi casa mientras yo solo pataleaba.

—Deja de patalear, me vas a golpear.

Eso es lo que quiero.

—Por favor suéltame —decía llorando.

Pensé que sería peor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora