• Capítulo : 7

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POV : VALENTINA

–¿Pero qué haces aquí Vale? Aún tienes 17 años.– me pregunta bastante desconcertado.

–Ehh...– miro a mi alrededor nerviosa, pensándote en una explicación que no sea muy acosadora, pero antes una rubia le toma la mano a mi primo.

–Bebé, vamos a subir ya.– dice con una sonrisa muy coqueta y una voz muy seductora.

–Eh, disculpa?– le pregunto por instinto. ¿Quién es esta rubia y de donde salió?

–Vale, hablamos después, estoy bastante ocupado.– dice y sonríe pícaro al mirarla, cosa que no me agrada para nada.

El camina a no se donde y se pierde por la gente.

–¡¡Miranda!!– ahogo un grito eufórica y al instante me arrepiento.

–¿Que pasó?– pregunta y agradezco que ya está menos borracha que antes.

–¡Mi primo es lo qué pasa!– digo casi gritando por la música –Fue con una rubia a no se donde, y ella le dijo "bebé".– le cuento completamente disgustada y me siento como toda una niñata.

–Amiga, ya relájate, tal vez es una vieja amiga.– dice moviendo sus caderas al ritmo de la música, completamente relajada.

–Dijo que iba a ver un viejo amigo, no una vieja amiga.– recalco a la defensiva.

–¿Celos?– pregunta Miranda abriendo sus ojos.

Uhhhhhh, eso me toco.

–Claro que no, tss, solo me molesta que me mintiera, me podía decir "primita, me voy con una chica a pasar la noche y hacer cosas que no puedes saber" tss, claro que no me iba a enojar.– digo analizando mis palabras –Odio que me mientan, solo eso.– justificó –¡Y yo no se mentir!– me digo a mi misma. Es frustrante no saber mentir, enserio.

–Y encima hablas sola.– me dice Miranda mirándome como si fuera una loca.

–Tú cállate.– suelto.

Después de ver a Miranda bailando como caballo con problemas en las piernas, veo a DYLAN mi PRIMO, saliendo de una habitación de el segundo piso. Un Dylan bastante despeinado y su camisa estrujada, pensamos que solo estaban viendo película, si eso, solo una película.

–¡Dylan!– lo llamo –¿Quien era ella?– le pregunto tratando de parecer normal. 

-–Era solo una amiga.– dice confiado –¿Y que haces tu aquí? Eres muy pequeña para estos lugares.– dice mientras me observa con detenimiento.

–En un mes cumplo dieciocho.– digo triunfante, como si fuera un orgullo eso.

–Bueno, como sea.– me dice.

–Ay, no.

–¿Que pasa?– me pregunta preocupado.

–Cúbreme.– me aferro a el evitando que me vean –¡Tenemos que salir de aquí!– le grito.

Mi primo mira hacia atrás y entiende que el señor con esteroides me vio y esta buscándome. Eso no parece muy bueno que digamos.

–Salgamos entonces.– dice.

–¿Y mi amiga?– pregunto, buscando entre la multitud su cabellera castaña.

-–¿La loca gritona?– pregunta curioso.

–Si.– no podía describir mejor a Miranda.

Busco con la mirada hasta verla en la barra coqueteando con el barman.

–¡Ahí está!– la señalo y siento un alivio.

Rápidamente caminamos hacia donde esta ella y la halo por el brazo.

–¡Mi tacón!– dice ella –¡Se ha roto!– exclama mientras hace un puchero con sus labios pintados. 

–Maldición, lo que me faltaba.– dice Dylan y suspira –Ven acá, elefanta.– le dice y la coge como un saco de papas.

Buscamos la salida trasera pero nos percatamos que un guardia nos persigue.

–Ws mejor que corras, Vale.- dice Dylan agarrando mi brazo con autoridad.

–¿Correr en tacones?– pregunto obvia, eso es como correr en la esquina de un precipicio.

–Ya vasta de blah blah blah.– dice mi amiga claramente ebria, de nuevo –Un bessssiiiiitoooo.– me dice ella juntando sus dos manos formando un pico y frunzo mi ceño.

–Por favor, ignora eso.– le digo a un Dylan con cara de confundido. Lo entiendo, esas son las primeras reacciones cuando conocen a la que tengo por mejor amiga.

–Ve por aquí.– dice Dylan y me hala de el brazo con cuidado  –Escóndete.– me ordena.

Me escondo detrás de un basurero cuando ya estamos fuera y detrás de el club.

–¿Ahora me puedes explicar como entraron?– me pregunta y por su voz puedo deducir que está un poco cabreado.

–Ella tiene dieciocho.– señalo a Miranda quien está sentada en el suelo soñolienta –Y yo casi casi.

–Colores.– dice Miranda mirando sus uñas y me pregunto si en realidad lo único que consumió fue alcohol.

–Deja de ser tan inocente Valentina y date cuenta que si te pillan, me mataran.– dice y abro mis ojos llenos de confusión.

–¿Quién te matara, Dylan?– le pregunto y el parece tenso.

–Em...– se rasca la nuca, sinónimo de nervioso -Tu padre, es obvio.– dice ya más relajado.

–Ajá, y que me dices de ti, tus mentiras.– abre los ojos y frunce su ceño –Si, me dijisteis que ibas con un viejo amigo, no con una zorra.– espeto enojada. No tiene idea lo mucho que odio que me mienta y se supone que Dylan, mi primo que me conoce como nadie, lo sepa.

–Es mi vida, y soy mayor de edad para hacer lo que se me plazca, pequeña Vale.– dice a la defensiva y sacado de onda.

–¡Soy tu pri...– me tapa la boca y se acerca peligrosamente hacia mi, siento su respiración chocar conmigo.

–Cierra la boca, nos escuchan.– susurra en mi oído y siento unas raras cosquillas en mi espalda.

–Suéltame.– ordeno casi en un hilo de voz. El parece borrarlo.

–¿Y si no quiero?– me provoca arqueando una ceja.

–Eres un tonto.– le digo encontrándome con sus ojos.

–Y tú con ese traje a cualquier hombre le hace fácil imaginar.– suelta.

-Ew, suéltame, ya quiero ir a casa, SOLA, porque tu yaaaaaa ereeesss mayor y puedes hacer lo que se te da la gana.– salgo a la defensiva.

–Mira niñita- dice parándose al igual que yo.

–AGHH, en un mes cumpliré dieciocho, y haré lo que quiera como tu con la zorra.– le espeto completamente enojada.

No soy ninguna niña.

Con dificultad, tomó la mano de mi amiga y la pongo de pie para llevarla al auto. Tendré que manejar yo, ni modo. 

¿Primos? | disponible hasta 31/dic/2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora