• Capítulo : 10

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En este preciso momento estoy planteándome la pregunta seriamente de que si hice bien en venir hasta acá o no. 

Valentina, se ve hermosa. No, se ve asombrosamente espectacular.

–¿Y qué tal? ¿Como me veo?– pregunta mientras da media vuelta, algo tímida.

–¡Hermosa!– grita Miranda mientras la abraza.

Yo aun sin palabras, literalmente.

–¿Que dices Dylan?– pregunta mientras camina lentamente hasta mi. Trago gordo tratando de buscar en algún lado de mi cabeza señales de vida.

–Perfecta.– casi digo en un murmuro pero veo que lo ha escuchado. Sonríe haciendo que sus ojos se achiquen.

Me paro de la cama, y me dirijo hacia ella hasta tenerla cerca.

Que alguien me pellizque porque seguro que aún estoy durmiendo. O peor aún, Dylan me ha matado y estoy en el cielo.

Observo su traje floral y su cabello ahora ondulado. Ella baja la mirada cuando mi pecho choca con ella y tomó su mentón para hacer que sus ojos cafés choquen con los míos.

–Bueno.– carraspea Miranda, interrumpiendo. Que novedad. –Ya estás lista, sólo falta esperar.

–¿Esperar qué?– pregunto casi al instante.

–¿Que? Ah. ¡Nada!– contesta Valentina nerviosa, alejándose.

–No sabes mentir y tú lo sabes perfectamente.– digo arqueando una ceja y cruzándome de brazos.

–Sólo tal vez no se mentir.– dice acercándose un poco y cruzándose de brazos también –Pero sé guardar secretos.– al decir eso, pasa por mi lado y suspiro cuando roza su brazo con el mío. 

–Miranda, Miranda.– le llamo acercándome a ella –¿Puedes decirme dónde irá  Vale?– preguntó así en suplica. Esperanzado.

–No.– sonríe maliciosamente –Buena suerte.– da dos palmadas en mi brazo y luego se va también.

Me quedo solo en la habitación de Valentina y resopló rendido. Decido irme a mi habitación a ducharme.

Se escucha un fuerte "¿Que?" que proviene del primer piso. Podría ser Miranda, pero esta es ha sonado más a Valentina.

Apago la ducha y salgo de esta. Tomó una toalla tranquilamente, me seco y luego la enrollo en mi cuerpo para salir a mi habitación en busca de alguna ropa.

Se escucha habladuría fuerte que proviene de abajo también y unos fuertes pasos que suben las escaleras.

–Dylan.– se abre la puerta haciendo vista a una Valentina.

Valentina me mira con sus ojos hecho platos. Luego baja la mirada y rápidamente tapa sus ojos.

Se tapa sus ojos luego que mira mi pecho ¿enserio?

Rio en mi mente.

–¿Se te ofrece algo, Vale?– pregunto acercándome.

–Eh, si.– dice nerviosa y quita su mano de sus ojos para esperar la mirada a sus pies –Sólo quería hacerte una pregunta.

–Pregunte.– me siento en mi cama para observarle mejor.

–¿Puedes acompañarme al aéreo puerto?– frunzo mi ceño –Es muy importante para mí y sabes lo mucho que me ha costado arreglarme.– suplica.

¿Aéreo puerto? ¿Para qué? ¿Vendrán más primas y Dylan no me ha dicho nada?

–Bueno.– de pongo de pie aguantando mi toalla –No estoy seguro...– rasco mi nunca dudoso. Eso implica ir a solas con Valentina durante mucho tiempo.

–Por favor, te lo pido.– dice mientras entrelaza sus manos.

La miro y suspiro rodando mis ojos con una sonrisa.

–Claro.– me termina convenciendo aunque no le ha costado mucho. Ella emocionada corre hasta mi y me abraza como el primer día que la vi y de nuevo, no sé cómo corresponderle, así que no lo hago.

Rápidamente ella se aleja, percatándose que estaba técnicamente desnudo, solo con una toalla.

–Lo-lo siento.– dice ella nerviosa y caminando hasta la puerta –Te dejó para que te vistas. ¡No tardes!– dale dejándome sólo.

Después que me visto, bajo las escaleras en dirección a la cocina.

–Hey.– saludos a mis tíos.

–Querido sobrino.– dice el tío Robert mientras pasa su brazo por mis hombros –Tenemos un pequeño dilema.

–¿Cual es?– pregunto mientras siento como la tía Karen deposita un sonoro beso en mi mejilla.

–Valentina.– dice ahora la tía Karen –Quiere ir al aéreo puerto sola, ya sabes como es de lejos y no nos atrevíamos dejarla sola y menos con ese muchacho, aveces pierde la cabeza con tanta emoción- dice justificando a Valentina y frunzo mi ceño.

–No se preocupen, yo le haré compañía.– digo para que se tranquilicen y ellos sonríen complacidos.

Valentina y yo nos montamos en su auto y nos dirigimos al aéreo puerto. El camino fue silencioso, Vale a cada rato se miraba en su celular y/o mandaba mensajes de texto a alguien.

Cuando llegamos, nos bajamos de el auto y nos dirigimos adentro. Valentina tomo asiento rápido esperando.

–¿Y a quien se supones que esperas?– preguntó colocando mis manos en mis bolsillos.

–Chss.– me manda a callar.

–Oye niña, no me calles.– digo a la defensiva.

–Niñita serás tú.– dice de nuevo sus mirarme.

–Hey, que..– tomó su mentón y hago que me mire –Que yo no soy niñita.

–Chss.– de nuevo.

–Chss tú.

Ella muerde sus labios aguantando la risa.

–¿Qué me miras?– pregunta ella y parece realmente feliz.

–¿Como puedo dejar de mirarte cuando estás tan mona?–digo obvio y veo cómo se sonroja.

Valentina abre los ojos y se levanta rápidamente, hago lo mismo y ella sonríe sin mostrar los dientes.

–Valentina.– dice un chico.

¿Y este de donde a salido?

–Ian.– dice ella casi en un suspiro y lo abraza

Yo carraspeo.

–Ian te extrañe mucho.–dice Valentina.

–Yo también.–dice el tal Ian.

Carraspeo de nuevo.

–Estás bellísima, Vale.– dice el.

–Gracias, Miranda me ha echado la mano.– dice mientras sonríe.

Carraspeo nuevamente pero esta vez más fuerte.

–Ah, Ian, el es Dylan, mi primo.– me señala .–Dylan, el es Ian.– dice ella.

–Su novio.– añade Ian.

¿Primos? | disponible hasta 31/dic/2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora