CAPITULO 14

1.6K 123 6
                                    

***

-Any -Su voz me saca de un liviano sueño. Me estaba quedando dormida en la tina, seguro son los medicamentos que me tienen soñolienta aún -Quieres salir ya?

-Sí. Ya tengo mucho sueño

-Bien.

Me carga y me ayuda a salir envolviéndome en la toalla, me lleva hasta la habitación

- ¿Con quién hablaste? -No puedo reprimir la pregunta, mientras el me ayuda a secarme

-Con colegas

- ¿Zoraida? -Su mirada se vuelve turbia y frunce el ceño

-Sí. Pero sólo hablamos de trabajo, nada más. Mañana en la noche tengo una reunión importante.

-Una reunión con quien? - ¡Basta Anahí! Me regaño mentalmente

-Con el gobierno. Se organizó una reunión para que las personas con enfermedades graves y bajos recursos puedan recibir tratamientos, operaciones sin tener que pagar una fortuna -Explica mientras me pone una bata, termina y luego se sienta a mi lado.

-Está bien

-Ok, ahora sí, descansa -Deja un beso en mi frente -Yo volveré en un rato ¿Sí? Estaré en la sala

-Quiero que vengas a hora. No dormiré hasta que estés tú a mi lado. No estamos en el hospital Alfonso -El respiró profundo. Sabe lo tozuda que soy así que no discutió

-Ok, espérame aquí, iré a darme un baño yo también ¿Va?

Alfonso se va y me deja tan sólo con mis pensamientos. Está actuando tan extraño... Poncho nunca ha puesto resistencia para hacerme suya, de los dos, el siempre ha sido el que más está dispuesto siempre a hacer el amor, es insaciable prácticamente, desde ese día poco después de cumplir tres meses de novios cuando me hizo el amor por primera vez en su departamento, ahora más que nunca lo recuerdo, recuerdo los nervios revolotear como mariposas en mi estómago, el temor que sentía de hacer algo fuera de lugar, recuerdo las cosquillas que me provocaban sus besos en mi cuello y la forma me llevó tan cerca del cielo cuando lo sentí por primera vez, recuerdo que por primera vez vi sus ojos tomar ese verde oscuro, lleno de lujuria y deseo pero no dejó ni un momento de preocuparse por mí.

-No sabes cómo me complace ser el primero en tu vida -Susurro mientras acariciaba mi nariz con la suya y nuestros cuerpos semidesnudos rozaban en medio de la luz tenue de su cuarto -Me encanta saber que soy el primero y seré el único hombre en tener la dicha de hacerte el amor Any -Su voz estaba ronca y yo sólo moría de deseo y de nervios. El bajó nuevamente con sus besos hasta mi cuello y mi cuerpo se contrajo, luego comenzó a ir a lugares más íntimos haciéndome descubrir por primera vez un sinfín de sensaciones inexplicables, éramos todo besos y caricias y respiraciones agitadas, yo me sentía como una niña tonta mientras que él era el maestro, me cuido tanto, fue tan delicado que me hizo adicta a él de inmediato y él se convirtió en un adicto a mí, éramos un par de adictos que cada vez que teníamos la oportunidad nos perdíamos entre las sábanas totalmente llenos de amor.

Salí de mis pensamientos luego de unos minutos, aún escucho correr el agua de la ducha y estoy comenzando a sentir mucho sueño, pero quiero esperarlo, así que para no quedarme dormida, me levanto de la cama con esfuerzo y me siento en la silla de ruedas y recorro un poco la habitación, termino llegando al vestidor y miro la ropa ahí colgada, hay muy poca ropa de Poncho ¿Dónde está toda su ropa? Frunzo el ceño ante la idea pero le evado, no quiero seguir preocupándome tanto por cada cosa, abro los cajones, mirando a ver que encuentro, sólo quiero saber si hay algo más que olvidé, o algo que me de una pista del comportamiento tan frío de mi esposo, no sé en realidad que busco. En el último cajón, encuentro como una especie de cofre de cartón, de forma cuadrada y cubierta de terciopelo blanco, frunzo el ceño y despierta mi interés al instante. ¿Qué es? ¿Será mío y no lo recuerdo? La saco y la agito un poco, escucho alhajas, supongo, pero debe tener algo más, pesa. No puedo resistirme más y abro la tapa... y mi corazón palpita fuerte al ver lo que hay dentro. Son objetos, lo primero que alcanzo a ver es el portarretratos que hace falta en la sala, ese mismo que tiene la foto de nuestra boda. ¿Qué hace aquí? ¿Por qué está escondido en esta caja? Miro la foto un segundo, estamos ambos tan sonrientes que me roba una pequeña sonrisa a mí con sólo verlo.

Lo dejo de lado y sigo sacando, hay unos papeles, parecen cosas escritas por mí, los dejo a un lado, ya que algo me llama más la atención, un pequeño objeto que sólo logro ver a medias debido a que está cubierto por hojas pero mi corazón se acelera demasiado al verlo, lo libero de entre los papeles y ¡Oh por Dios!

Es mi anillo...

*Hola!!! Traumadas!! Hoy bueno ya estamos otro dia, pero igual aca estoy dejandoles mas capitulos sobre La Memoria Del Corazon y ojala hayan estado pendientes del #1DecadaAyA #PonnyDay Luego dejar mas caps en el resto de historias!! Gracias.

La Memoria Del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora