Capítulo 19.

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Eran las 17:15h y mi tía me estaba esperando en la puerta de entrada.
Yo me despedí de todos y le di un largo abrazo a mi prima.
-Espero que las cosas no sean como parecen cuando llegues -me dijo Marta al oído en un susurro.
Se me escapó una lágrima me la sequé y salí de aquella casa. Me metí en el coche y a las 18:45h más o menos ya llegue. Me dejó en la puerta.
-Bueno adiós tita.
-Adiós cariño, portate bien con tu hermana. -Asentí.
Entré en mi casa y estaban Dani, Leti y por desgracia Jesús. Yo subía por las escaleras.
-Se dice hola -dijo mi hermana.
-Hola -dije en voz baja.
Mi hermana enseguida se dio cuenta de que estaba mal y me siguió. Entramos en mi habitación, solté las cosas en el suelo y corrí hacia mi cama. Me tumbé boca abajo con la cara pegada a la almohada y empecé a llorar.
-¿Qué te pasa? -dijo sentándose a mi lado.
-Ese estupido está ahí tan feliz y yo aquí.
-¿Jesús?
-Sí, lo odio -dije.
Me senté al lado de mi hermana.
-Tranquilízate.
-No puedo, según él me amaba y mira acaba en la cama de una.
Leti se acercó a mí y me abrazó -pequeña, no te preocupes no a hecho nada nos lo a dicho a nosotros -dijo secando mis lágrimas.
-¿Y qué? Se ha olvidado de mí por completo me a visto y ni a subido para saludarme, no soy nada para él.
-Si lo eres -suspiró -le importas más de lo que piensas.
-Eres la mejor hermana que existe -sonreí -me estas intentando animar, pero no puedo, sé que me ha traicionado.
-Para eso están las hermanas -me dio un beso en la mejilla -te vas a quedar con Dani mientras yo hablo con Jesús.
Dani escuchó su nombre y subió enseguida a mi habitación.
-¿Qué habéis dicho de mí?
-Nada -contesté.
-Quédate aquí con mi hermana por favor, haz que deje de llorar.
-Vale, lo haré.
Bajó enfadada a hablar con Jesús.
-¿Eres tonto?
-¿Pero qué he hecho yo ahora?
-Destrozar a mi hermana.
-¿Qué dices?
-Púes la verdad, eres un inútil y un imbécil, eres un estúpido niño que va de víctima, primero diciendo que la quieres y que la amas, y después tus sentimiento se esfuman de un día para otro -suspiró -a saber a cuantas más le has hecho esto, pero que sepas que mi hermana no es una chica cualquiera y si al menos tienes un poco de respeto sube arriba y pídele perdón, y no vuelvas a acercarte a ella ni para un abrazo, para nada, a ella no la vas a ilusionar más.
Jesús se quedó callado, bajó los pies de la mesa, se levantó enfadado y se dirigió a mi habitación. Nos miramos, yo desvié la mirada a Dani y me abrazó.
-A ver que...pero ¿por qué voy yo a pedirle perdon si no he hecho nada?
-Ayer te fuistes a la casa de Cristina con ella y su hermano a dormir y estuvisteis toda la noche tonteando -dijo Dani. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero me controlé; y apoyé mi cabeza en su hombro.
-Estás loco, en serio, yo no he hecho nada con nadie, yo quiero a Elena, y no he dormido con la niña esa, intentó besarme muchas veces y yo me aparté, yo estuve con su hermano no con esa.
Yo me levanté, me dirigí a Jesús y le abracé.
Bajamos todos abajo.
-Jesús voy a darme una vuelta ¿te vienes?
-Claro -sonrió.
Fuimos al muelle y estaban todos mis amigos y no sé, pero vi a ¿Lidia? Se acercó a Jesús y lo abrazó. Estaba claro que era ella.
-¿Lidia qué haces aquí?
-Que ya estuve un mes en Málaga y ya hemos vuelto.
-Ah, que bien -le sonreí.
-Joder que es Jesús Oviedo Morilla.
-Sí, soy yo.
-¿Y Dani? -preguntó Lidia.
-En mi casa -dije.
-Con Leti, su hermana.
-Yo lo quiero ver.
-Por la noche saldrán así que vamos y lo ves.
-¡Dios que emoción! ¡Mis ídolos!
Jesús y yo nos reíamos y Lidia se estaba secando las lagrimas de la emoción.
Nos sentamos y Pablo se acercó a mí.
-¿Puedo hablar contigo? -me dijo en voz baja.
-Sí.
-Pero a solas. -Asentí.
Me cogió de la mano y nos apartamos de donde estaban.
-Venga, dime.
-A ver, yo no quiero a Laura, ella a mí tampoco. Yo le dije que me ayudara a volver contigo y me dio la idea de salir con ella para que te pusieras celosa y así volver conmigo.
-Estás mal de la cabeza, yo te quería, pero al ver como os liabais lo único que sentí por ti fue odio, así que la pequeña posibilidad de que volviera contigo la has perdido.
Pablo suspiró y sus ojos se cristalizaron. Nos abrazamos y nos besamos a los pocos segundo me aparté y en ese momento noté la presencia de alguien detrás mía. Me giré y ahí estaba Jesús.
-Lo quieres -dijo enfadado.
-No.
-¿Y por qué os habéis liado? Eres una mentirosa y una falsa, lo quieres, se nota.
-Jesús tío que no, te quiere a ti.
-Y voy yo y me lo creo.
-Jesús yo te quiero a ti, te amo.
-Mentira, no te quiero volver a ver -se dio la vuelta y se fue.
Corrí detrás de él y lo agarré del brazo. Él se paró y me miró. Estaba enfadado se le notaba en la mirada.
-Déjame en paz.
-Escúchame, tengo que decirte una cosa, por favor -suspiré.
-¿Qué? -dijo borde.
-Volví por ti, porque te necesitaba.
-Ya no me creo nada más de ti.

Mi perfecta maldición. - [Gemeliers].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora