Capítulo 10.

174 9 0
                                    

Dejé a Jesús ahí dormido tan mono y le di un beso en la mejilla. Bajé entré en la habitación y me tumbe en la misma cama que Pablo, por suerte las dos camas que habían eran anchas, y Laura y Patri estaban juntas.

Yo seguí durmiendo.

Me levanté y Laura, Patricia y Dani ya se habían ido. Pablo estaba llamando a su padre para que viniera a por él, pero no podía y se quedo ayudándonos a limpiar conmigo y con Leti.

De repente bajo Jesús diciendo:

-Que dolor de cabeza.

-Eso es porque ayer te lo pasaste bien -le dijo mi hermana sonriendo.

Jesús me miró y sonrió.

-Bueno, ¿y mi hermano?

-Se ha ido esta mañana al levantarse, porque ha vomitado.

-Ayer tú y Dani también hos lo pasasteis bien, ¿no? -insinué riendome.

-Calla subnormal - dijo enfadada -no le digas nada a mamá y papá, por favor.

-Bueno... vale.

Leti y Pablo se fueron a limpiar el jardín, y Jesús y yo a hacer la camas.

-¿Le has dicho algo a Pablo?

-¿De qué? -dije pensativa.

-De lo que pasó a noche.

-No.

-¿Y se lo vas a decir?

-Pf... no sé, ¿qué hago? -dije con la cabeza agachada.

-No te rayes.

-¡¿Cómo que no me raye?! -dije dándole con una almohada, él me devolvió el golpe con otra almohada, y así varias veces. Hasta que se acercó mucho a mí.

-Te quiero pequeña.

-Yo no lo sé, en verdad sí, se que siento algo por ti, pero no lo mismo que tú por mí.

-Ya... -dijo agachando la cabeza triste.

-Que mal me siento...

-¿Por qué? -dijo mirándome fijamente.

-Por todo el daño que te estoy haciendo.

-No te preocupes por mí, princesa.

-Pues sí me preocupo porque te quiero.

Nos besamos, nos tumbamos en una cama. Seguimos besándonos.

-Jesús basta, van a venir al final y nos van a pillar.

-Tienes razón -dijo volviéndonos a besar.

-Ya enserio.

Empezamos a reirnos. Vino Pablo y nos vio riéndonos y me miró raro.

-¿Que pasa, amor mío?

-Que ya emos terminado de recoger todo y tu hermana está llamando a tu padre para que venga a por nosotros.

-Vale, voy a ponerme unos zapatos.

-¿Y los tacones que llevabas ayer? -me preguntó Jesús mirándome a los pies.

-En la habitación de cuando acompañé a Pablo.

-Y después salistes y... ¡estabas descalza!

Yo me asusté antes de que dijera lo último, por si decía lo que pasó. Me miró, me guiñó un ojo y me sonrió.

-¡Niños! ¡Vámonos!

Fuimos hacia el coche. Dejó a Pablo en su casa y nos llevó para casa.

-¿Y Jesús? -pregunté extrañada.

-Se van a quedar él y su hermano a dormir dos semana en casa, mientras sus padres y nosotros nos vamos a Mallorca otra vez.

- ¿Sí? ¡Que guay! -dijo saliendo del coche muy feliz.

-Que bien -dijo mi hermana. Me miró y las dos nos reimos

Entramos a mí casa y subí a mí habitación y vi una maleta llena de ropa de niño.

-¡Mamá! -grité enfadada.

-¿Qué? -dijo desde la cocina.

-¿De quién es esto?

-De Jesús, va a dormir en tú habitación.

Jesús lo escuchó y subió a mí habitación.

-¿Enserio voy a domir en tu habitación?

-Eso parece, pero en diferentes camas, vaya a creerte.

-Me da igual, pero con estar contigo me basta.

Miré al suelo y sonreí.

-¿Por qué te ríes?

-Por nada, oye pero si alguna noche quieres dormir conmigo me lo dices.

-Por mí todos.

-Solo algunos -dije sonriendo.

-Te ha gustado dormir conmigo, ¿no?

-Pues no, me a encantado.

Jesús se me acercó y me agarró de la cintura, nos miramos fijamente a los ojos y nos besamos apasionadamente y terminando tumbados en la cama. Yo paré.

-Basta, no puedo seguir así -dije levantandome de la cama.

-¿Qué pasa?

-Que no quiero hacerle daño a Pablo, pero sé que en estas dos semanas puede pasar de todo.

-Las mejores semanas de este verano -dijo sonriendo como un niño chico.

-Voy a por Laura, ¿te vienes?

-Claro.

-Voy a ducaharme, me me visto y vamos, espérate que no tardo.

-Vale.

Salí del baño ya preparada.

-Jesús, ya estoy, venga.

-Voy preciosa -dijo dándome un beso en la mejilla. Me miró y sonreímos.

Mi perfecta maldición. - [Gemeliers].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora