Capítulo 23. Perdidos

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-¡Ya pasamos la cascada, Edmund!- grito Peter mientras le arrebatada de las manos el mapa a su joven hermano que gruño tan furioso que se sentía capaz de saltar sobre su hermano y matarlo -¡Si ya pasamos la cascada deberíamos estar llegando al desierto de Archenland en más o menos 30 minutos!
-¡Que no, Peter! ¡Mierda!- gruño Edmund como respuesta -Estamos viajando hacia el oeste lo que significa que vamos a rodear el desierto no atravesarlo.
-¡Claro que no Edmund! ¡Todo el día hemos estado viajando hacia el norte!
-¡Mierda Pet!- se desespero el más joven -¿Porque tienes que ser tan testarudo?
-¡Tu eres el testarudo!...
-¿Porque simplemente no admiten ambos que están perdidos?- pregunto entonces una voz femenina a su derecha y al momento de girarse ambos jóvenes se sintieron sinceramente avergonzados.
La chica de impresionante cabello rojo y de mejillas pecosas los miraba sentada a la sombra de un árbol de cuyas ramas colgaban unas extrañas cositas de colores que la chica levantaba del suelo cada cierto tiempo y se las llevaba a la boca degustandolas sin perder la sonrisa.
-Sí gustan puedo decirles en donde se encuentran- se rió ella tratando de molestar a los reyes que no supieron si enojarse o reírse de la insolencia de la chica que aún los miraba divertida con unos ojos tan verdes que parecían mentira.
-Te lo agradeceríamos- se apresuró a responder Edmund adelantándose a su hermano que lo miro molesto ya que a Peter jamás le había gustado admitir cosas como esas.
-Están en el árbol de caramelo- afirmó ella soltando una profunda carcajada antes de ponerse de pie y salir corriendo tan rápido que ninguno de los reyes tuvo siquiera la oportunidad de agradecerle.
-Pudimos deducirlo nosotros solos- gruño Peter que miraba la salvaje melena roja desaparecer en el bosque alejándose a toda velocidad de ellos.
-Igual yo agradezco que nos dijera- sonrió Edmund mientras buscaba en el mapa la marca donde se en encontraba el árbol de caramelo -¡Te dije que íbamos hacia el oeste!
-Ya está bien... ¿Y de aquí hacia donde?- pregunto Peter cortante haciendo que su hermano soltara un prolongado suspiro. Si Peter seguía así ese resultaría un viaje demasiado largo.
-Sí seguimos por el bosque llegaremos al terreno de los gigantes mañana por la tarde.

-Pues vamos antes de que ella vuelva- gruño Peter  y ambos comenzaron a andar a toda velocidad a traves del bosque.

La verdad era que ninguno de los dos estaba seguro de lo que estaba haciendo ya que la ultima vez que ambos habian viajado al norte para reclamar el terreno de los gigantes habian ido acompañados de un gran ejercito y ahora iban completamente solos.

Solos y sin una excusa que a los gigantes pudiera valerles.

-¿A donde van?- pregunto una voz desde la malesa del bosque haciendo que tanto Edmund como Peter, por mera inercia practicamente, desenvainaran sus espadas listos para atacar sin embargo ambos fruncieron el ceño y gruñeron al ver una vez mas una melena roja asomarse desde la oscuridad mostrandoles nuevamente a la chica de salvajes ojos verdes que los miraba curiosa.

La mirada tan curiosa y simple que la chica les lanzo los hizo pensar de inmediato en un venado, uno que no hubiese visto nunca un ser humano.

-¿Nos estas siguiendo?- pregunto Irritado Peter mientras guardaba nuevamente la espada.

-Eso da lo mismo- respondio ella simplemente mientras daba un par de pasos al frente dejando a ambos chicos ver la completa y aunque a ninguno de los dos les agradaba siquiera pensarlo notaron que la chica era bastante guapa.

Seria de la edad de Susan, sus ojos impresionantemente verdes estaban limitados por largas capas de pestañas negras, el cabello rojo largo y rebelde le llegaba casi hasta la cadera, su piel era blanca y era tan alta como Peter, ademas llevaba un vestido blanco que le llegaba hasta la pantorrilla que permitia a los reyes ver sus pequeños pies descalzos.

-En realidad si nos importa- respondio Edmund mientras daba un paso hacia la chica que retrocedio el mismo -¿Como te llamas?

-Wind- respondio ella y Edmund le miro dudoso un momento antes de asentir con la cabeza.

-¿Y de donde eres Wind?- pregunto Peter a la chica que nuevamente avanzo un par de pasos hasta quedar a solo unos metros de los hermanos.

-No lo se- respondio ella -Supongo que de por aqui y por alla.

-¿Y porque vienes con nosotros, Wind?- pregunto Edmund nuevamente y la chica volvio a apartarse como si el menor de los hermanos la asustara.

-Alguien me dijo que tu me necesitas- respondio Wind mientras señalaba a Peter que la miro completamente sorprendido.

-¿Quien te dijo eso?- pregunto el y la chica sonrio mas abiertamente mientras se adelantaba hasta quedar justo frente a Peter.

-Soy tu regalo de navidad- se rio ella mientras se inclinaba hacia enfrente y depositaba un suave beso sobre los labios del mayor de los Pevensie que mantuvo los ojos abiertos como platos al tiempo que de fondo escuchaba la risa de su hermano menor

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Las Cronicas de Narnia. El fin de los tiempos (#JustWriteIt)(#Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora