Capítulo XV "Con olor a brisa oceanica"

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«Ha pasado ya un més desde que descubrimos el mural que supuestamente relata algo que pasará en el futuro y me da la sensación de que Zed y yo cada vez estamos más y más unidos. Es gracioso, ¿Quien me diría a mi que yo terminaría escribiendo esto? Yo, que siempre he estado sola...ahora relato mi primer romance en un diario tal cómo hizo la abuela de Akali. Ciertamente me siento un poco tonta por estar escribiendo esto...es algo tan...extraño en mí.
Zed ha estado visitando cada cierto tiempo la orden, pero no suele tardar ni un día en volver al templo. Realmente se lo agradezco con toda mi alma. Me encantaría compensarle cómo es debido todo lo que...»
Syndra soltó la pluma con la que estaba escribiendo cuando notó un movimiento a su lado. Zed se había dado la vuelta, sumido en un profundo sueño y había pasado el brazo sobre la espalda de la soberana pegandola a el.
Una tierna sonrisa se dibujó en los labios de la soberana. Dejó a un lado el pequeño cuaderno y se acurrucó entre los brazos de su amado para quedarse dormida poco tiempo después.
***
-Syndra...-murmuró una voz suave cerca de su oido.
El cálido aliento de Zed sobre su oreja hizo que se estremeciera y entrabrió los ojos. Girando la cabeza hacía el.
-Hmm...¿Qué hora és..?-preguntó aún medio adormecida.
-Hora de irnos...-susurró antes de la posar un delicado beso en sus labios.
Aquello pilló por sorpresa a la soberana.
-¿Irnos a donde?-preguntó cuando el beso finalizó.
-Llevas toda la vida encerrada en este templo. No soporto que no salgas nunca, quiero enseñarte algo de mundo. Aunque no pueda sacarte de Jonia puedo enseñarte cuan bella es esta. Mereces algo más que vivir encerrada en este lugar tan frío y solitario, y más aún cuando Jonia esta llena de maravillas.
Syndra no sabía que responder a aquello. Se había emocionado y no le salían las palabras. El sonrió y la hizo levantarse.
-Voy a llevarte a uno de los lugares más bellos que conozco. Espero que esté a tu altura, soberana mía.-le dijo muy cerca del oído.
Los ojos de Syndra brillaban con una intensidad producida por una ilusión que nunca antes habían sentido.

***

La brisa marina revolvió su cabello blanco haciendolo ondear suavemente tras su cabeza. El olor a sal llenó sus fosas nasales provocandole nuevas sensaciones que jamás había sentido.
Aquella playa era lo mas hermoso que había visto jamás. Nunca se imagino como sería visitar el mar, ver las olas tan de cerca, disfrutar del fresco viento oceanico...
Y allí estaba, gracias a Zed. Se sorprendió la primera vez que pisó la arena. Suave y cálida. Descubrió que costaba avanzar por esta por lo que decidió flotar hasta que se detuvieron en la orilla. Allí la arena era mas dura y compacta y avanzar no resultaba tan complicado.
Los dedos de Zed se entrelazaron con los suyos y la miró a través del yelmo, ocultando una sonrisa cálida y sincera tras este.
Movida por la emoción y la curiosidad, la peliblanca no tardó en adentrarse unos pasos en el agua. La espuma le hacía cosquillas y aquello le gustaba. Todo aquello era tan extraño para ella. Zed disfrutaba viendo la felicidad marcada en su rostro, la sonrisa que no se borraba de sus labios y su angelical expresión. Quería hacerla sentir la mujer mas feliz del mundo.

***

Tumbados sobre la arena con la mirada fija en el cielo nocturno y los dedos entrelazados. Una idea cruzó fugazmente la mente de Zed e inmediatamente sus mejillas empezaron a arder.
Se colocó por encima de Syndra y le dío un beso tan intenso que a la soberana le costó seguirle el ritmo.
El corazón de la peliblanca se disparó, aquellos besos que Zed le daba la hacían perder momentáneamente la cabeza. Se abrazó al cuello de Zed entrelazando los dedos en su cabello y dejándose llevar por sus sentimientos. Zed se irguio, haciendo que Syndra se quedará sentada sobre su regazo y sin dejar de saborear sus labios y lengua deslizó suavemente los dedos por su espalda provocándole un agradable escalofrío. Se apartaron unos escasos milimetros para recuperar el aliento y tras otro largo e intenso beso, Zed fue bajando poco a poco sus labios por el suave cuello de Syndra dejando un rastro de besos y pequeñas marcas a su paso, hasta llegar a su clavícula donde se detuvo.
Leves jadeos se escapaban de los labios de Syndra a medida que su piel quedaba marcada por el maestro de las sombras.
Sus miradas se cruzaron y chocaron cómo espadas. Había un aura pasional a su alrededor que los hacía excitarse poco a poco. Se necesitaban el uno al otro mas que nunca.
Con una sola mirada, la soberana le dio el visto bueno y las manos de Zed empezaron a desprenderla del vestido que acostumbraba a llevar.
En nada, el torso de Syndra quedó al descubierto y su rostro se tiñó de rojo, pero no hizo ningún amago de cubrirse con los brazos. Si era Zed el que la veía no le importaba estar casi desnuda.
No era la primera vez que la veía así, pero aquella vez era distinto, la esta vez podía contemplar su perfecto cuerpo sin hacerla sentir incómoda. Pero su mirada permanecía fija en sus ojos que relucían cómo centellas por la excitación.
Sus dedos recorrieron su piel suave y bronceada sintiendo como se ponía de gallina a su paso. Sonrió un poco y volvió a besarla, esta vez con mas dulzura, sabía muy bien que ella estaba nerviosa y quería ayudarla a calmarse.
Cuando se aseguró de que su soberana se había relajado un poco llevó la mano a uno de sus pechos y empezó a masajearlo suavemente.
Un pequeño gemido por parte de la peliblanca consiguió prenderlo del todo.
Se apresuró a quitarse la armadura y la camiseta. Syndra se quedó quieta sin saber que hacer mirando como Zed se desnudaba ante ella.
Lo que ocurrió aquella noche en aquella playa fue algo que ninguno de los dos olvidaría jamás.

Uhm...hola :) La idea era escribir el acto SERSUÀ explícito, pero me di cuenta de que...yo no soy una lasciva cómo mi buen amigo Juvio xD (el sabe) y me da mucho corte :] Bueno, quería agradecer a Vi, Cassiopeia, Lulu y Gangplank por la ayuda xD (de nuevo, ellos saben) no hubo secso duro pero aún así espero que os haya gustado c:

La Soberana. [Zed x Syndra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora