Primer dia en el nuevo instituto, nuevas amigas, nuevos profesores, ¿emocionadísima? Pues no, estaba más cagada que nunca, no por el simple echo de no conocer a nadie, si no porque la mayoría de veces suelo caer mal a simple vista, pero bueno...No había vuelta atrás, ocho y veinticinco de la mañana, cinco minutos para entrar por esa pequeña puerta y no salir definitivamente hasta dentro de nueve meses.
-¿Estás lista? -preguntó Christian desde la ventana.
Sonreí y asentí con la cabeza y sin más bajé, había demasiada gente, entre ella Christian con Edgar, Sergi e Iván. Me hizo un gesto para que me acerqué con ellos y fui, evitando mirar alrededor para ver lo que la gente iba diciendo.
Christian me agarró de la mano y me llevó hasta un grupo de chicas, muerta de vergüenza no podía ya quitarme de su lado.
-Chicas está es Elena.
-Hola. -dijeron mirandome de arriba a bajo, todas excepto la más morena del grupo, una chica alta con el pelo corto y los ojos cafés, ella fue la única que me sonrió, la verdad es que a las otras parecía haberles caído mal, pero bueno...¿Que iba a hacer? La verdad me daba bastante igual. Empezaron a entrar todos por la puerta y sin dejar de mirar el suelo empecé a subir las escaleras, deseaba estar de una maldita vez sentada, los cuchicheos cada vez iban siendo más. ¿No habían visto nunca a una nueva? Me intimidaban bastante, sobre todo los chicos de detrás a los que Christian no dejaba de mirarles mal. Por fin entré a clase y mirando a todo el mundo que ya estaba sentado, vi una mano alzada diciéndome que me sentará con ella. Era la chica morena que me sonrió, estaba sentada junto dos del grupito de antes, una bajita con el pelo rizado y otra morena de mi estatura más o menos. Me senté sorprendida y enseguida empezó a hablar conmigo.
-¿Elena no?
-Ajá. -respondí tímidamente.
-Yo soy Margarett, llamame Maggie, y estas dos son Janeth y Clara. -añadió señalándome quien era quien, sin quitar su sonrisa de la cara.
Janeth era la morena de mi estatura y Clara la bajita.
Sonrieron y devolviendole la sonrisa empecé a mirar toda la clase, era bastante grande, con terraza incluída. Desde fuera parecía ser muy pequeño pero ya veo que desde dentro para nada.
Christian estaba detrás del todo con Edgar e Iván, supongo que serían los gamberros de la clase y se ponían atrás para liarla.
-Bueno, así que ¿tu eres la novia de Chris verdad? -me preguntó Maggie mirándonos a los dos.
Afirmé con la cabeza mientras bajaba la mirada y sonreía sonrojada.
Ella devolvió esa sonrisa tan noble, y en ese momento apareció una señora rubia bastante bajita y aparentaba cerca de unos 45 años, nuestra profesora me imagino.
-Bueno, veo que somos los mismos de siempre. Eh, no no esperad hay una nueva, tú ¿como te llamas? -me preguntó sonrientemente mientras me señalaba.
En ese momento se me paró el corazón y mientras contemplaba como toda la gente me miraba, respondí "Elena".
De repente empezó a oírse un "uyyyyyy" que veía de la zona de atrás, iba para Christian. ¿Es que todo el mundo sabía que salíamos?
-Bueno yo soy Yolanda, puedes decirme Yoli ¿y de donde vienes? -preguntó la profesora.
-De Madrid, me mudé aquí hace cerca de cuatro meses. -respondí un poco más relajada.
En ese momento alguien empezó a picar la puerta, se asomó una chica morena, diciendo sonrientemente:
-Hola, ¡Soy Samara!
Noté que era dominicana por su acento, y además lo parecía físicamente.
-¿El primer día y ya llegando tarde? -bromeó la profesora. -Siéntate aquí. -señaló indicando la mesa que estaba a mi lado.
-Bueno, ¿y tu de donde vienes? -preguntó aún con esa sonrisa en su cara.
-De Republica Dominicana. -respondió mientras se colocaba bien en la silla.
Para ser nueva, no tenía ninguna vergüenza, aparentaba ser una chica muy extrovertida, me empezó a caer bien nada más verla por la puerta, quizá pensara al principio que era un tanto rarita, pero al ir comenzando la clase, mi opinión cambió.
Pasando las horas, Yoli nos dijo que podíamos salir a la terraza, pues ya era la hora del patio.
Maggie me agarró de la mano, y me llevó hasta la terraza donde estaban sentadas las mismas de antes, pero había mas gente esta vez, un chico alto que parecía der dominicano, y uno catalán.
-Sentaros anda. -dijo sonriendo una chica de pelo castaño tirando a pelirrojo, llevaba unos aparatos rojos que alumbraban más su sonrisa, parecía gustarle Nirvana ya que llevaba una camiseta de ellos, acompañada de unos shorts claros y unas vans negras.
Empezamos a sentarnos en una redonda, Samara y Maggie al lado mío y empezaron a preguntarnos aleatoriamente a cada una nuestros gustos, aficiones, etc. Nos presentamos mutuamente todos, ya conocía de un par de horas a Janeth a Clara, Maggie y a Samara, pero faltaba por conocer a los demás.
Victor es el chico dominicano alto, Adri el catalán, aquella chica tan maja a la que le gusta Nirvana se llama María, la chica con el pelazo Pantene se llama Melanie, otra chica con el pelo largo negro se llama Nuria, y finalmente Rubén un chico bastante guapo moreno con ojos azules.
Aquella clase estaba dividada en grupos, la verdad, no parecían llevarse muy bien entre todos aún conociéndose desde tanto tiempo.
Empezamos a quedar casi todos los días, no pensé llevarme tan bien con un grupo de gente que no había visto nunca, a Maggie igual que a mi le encanta el fútbol, y eso fue lo que iba uniendonos cada vez más, y así cada vez íbamos siendo más amigas hasta el punto de volvernos inseparables, tenemos bastantes cosas en común y sin duda era con la que mejor me llevo del grupo.
Otras chicas del grupo con las que me llevo bastante bien es con María, Samara y con Nuria.
Samara igual que yo, comprendía lo que es ser la nueva de la clase, lo que era echar de menos a tus antiguos amigos, la família, etc. Tenemos bastantes cosas en común.
Con María tengo una confianza tremenda, compartíamos bastantes gustos, además ella y Christian son muy amigos, me contaba anécdotas de él y ella cuando eran pequeños, me lo paso súper bien a su lado, Nuria es un amor, es bastante tímida pero tiene su carácter, aveces era rebelde incluso hasta con los profesores, además era muy inteligente y me ayudaba de vez en cuando en matemáticas la asignatura más jodida del mundo, por lo menos para mi.
Una mañana al entrar a clase, vi a Christian con Delia en su regazo y me quedé bastante sorprendida, de las otras me daba igual, me caían bien y confiaba en ellas, ¿pero Delia? Es sin duda la única persona que me cae mal de la clase, ¿por que? Falsa, guarra, y no solo porque esté encima de mi novio, si no porque...¡Porque es guarra y punto! Tengo mil adjetivos más para describirla, además se notaba muchísimo que estaba loca por él y eso hacía que me enfadase todavía más.
En seguida me senté en mi asiento cabreadisima y al parecer Maggie era la única que lo había notado.
-¿Que te pasa? -preguntó mirándome preocupada.
-Nada, la muy guarra de Delia eso me pasa, ¡o se baja de ahy o te juro que pf! -exclamé cabreada.
Yoli, ¿por que no entras ya a clase?
-¿Delia?, si bueno ella es así con todos, pero la verdad es que con Christian siempre ha sido así, y el pues no sabe como reaccionar tampoco. -respondió Maggie mirandolos a los dos.
-Es que encima ni me ha saludado, ¿sabes? Esta más ocupado con la guarra esa...-añadí resoplando.
-Déjalo, cuando se acerqué a ti ignoralo y ya esta, así se dará cuenta de que no quieres que este así con ella.
En la hora del patio Christian se me acercó y mientras estaba ocupada sentada acabando el último ejercicio de ciencias, me susurró en la oreja:
-Hola nena.
-Ni nena, ni ostias, dejame en paz.- añadí continuando escribiendo.
-¿Que te pasa? -preguntó extrañado.
Me giré enseguida y le quedé mirando en plan "como si no lo supieras".
-Nada vete con Delia anda que te esta llamando. -dije mientras Delia le gritaba desde la otra punta de la clase.
-¿Delia? ¿Estás celosa de Delia? Jajajaj. -preguntó soltando una carcajada.
-No estoy celosa de esa zorra ¿vale?
-Dios mio Elena, Delia es amiga mia desde críos siempre hemos estado así, no sentimos nada el uno por el otro. -añadió poniendose de rodillas en frente mio, viendo como continuaba escribiendo.
-Me suda el coño lo que sea, te estoy diciendo que te vayas con ella, ¿como puedes estar tan ciego que no te das cuenta de que está loca por ti? -pregunté dejando bruscamente el boli sobre la mesa.
-¿Que dices? No le gusto.
-No que va. -añadí irónicamente.
-Ven. -dijo mientras me cogía de la mano intentando levantarme de la silla.
-¡No voy a ir! -dije intentando que no me levantara.
Fue imposible y finalmente me llevó hasta donde Delia, las dos nos miramos con cara de asco, mientras ella sonreía falsamente.
-Delia, mira esto. -añadió Christian mientras me agarró y me robó un beso.
Delia se quedó impactada, y intentando disimular la rabia que tenía al ver nuestro beso añadió:
-¡Oh que buena pareja haceis!
"Que falsa que eres hija, que falsa." pensé.
-¿Ves? A ella no le molesta que nos besemos porque no le gusto. -insistió Christian.
Delia impactada aún por el beso se dirigió con Edgar, Sergi e Iván, mientras Christian me sonreía en plan "te lo dije", yo continuando cabreada me dirigí a la terraza con Maggie y las demás, él sin embargo me siguió agarrandome de la mano, y yo intentando quitarme de él, pero se me hacía imposible.
-¿Elena no te das cuenta de que solo te quiero a ti? -me preguntó mientras de nuevo me robó un beso delante de todo el grupo.
-¡Ohhhhhh! -empezaron a gritar todos mientras continuamos con el beso, finalmente le perdoné advirtiéndole que como volviese a estar así con esa puta, no le volvería a dirigir la palabra en mi vida, quizá exageré un poco, pero bueno...
El asintió con la cabeza y dijo que no iba a estar más así con ella, y volviendo a sonreír fui yo quién le robó un beso mientras me ponía de puntillas, ese metro setenta y pico no paraba de crecer, mientras yo parecía quedarme cada vez más enana.
Finalmente el se dirigió con sus amigos y yo con las chicas que no dejaban de mirarme atrevidamente y haciéndome gestos guarros.
-¡Jajaja no seáis tontas anda! -añadí sentándome en la terraza mientras le daba un mordisco a mi bocadillo de frankfurt.
-¡La lengua hasta la campanilla eh! -exclamó María mientras me miraba con cara de pervertida.
-¡Tía jajaja! -decía con la boca llena a punto de escupir el trozo de bocadillo que me había metido en la boca.
Pasaron las horas y al acabar la clase Chris me llamó mientras iba bajando las escaleras, y al llegar abajo me dio otro beso, esta vez delante de todos los niños pequeños que iban bajando las escaleras junto a mi.
-¡Oh sois novios! -añadía una niña peliroja mientras nos señalaba riendo.
Y muerta de la vergüenza salí sonriendo dirigiéndome a casa para ir a comer.