¡Ey chic@s vuelvo a ser yo!
Lo que os voy a explicar hoy fue el mismo dia de mi cumpleaños, ya tenía por fin los quince, tres años más y adiós reglas, adiós explicaciones, adiós niñez, ¿a quien quiero mentirle? Sabía perfectamente que a los dieziocho seguiría viviendo donde mis padres, pero ¡eh! Estudiando, no me vengáis con ''que vaga la niña''. Bueno al grano, me voy del tema.
Hace una semana que fue mi cumpleaños, ¡por fin tenía quince años! Tres más y adiós a todos aquellos que me mandan, y hola libertad. ¿A quien quiero engañar? Lo más seguro es que a los dieziocho siga estudiando viviendo donde mis padres.
¿A que no sabéis quien es la nueva parejita del mes? Bueno, según ellos no lo són, pero vamos que o lo serán o lo son a escondidas. Resulta que el día de mi fiesta sorpresa, al enfadarme con Chris después de que estuviese con sus amigos, me dirijí hacia el baño, y mr. Tonto y mr. Tonta se dejaron la puerta abierta. Y, ¿a que no sabéis a quienes me encontré? Nada más ni nada menos que Maggie y Victor, supuestamente hablando en mi baño. Ajá, es muy creible que dos personas estén supuestamente encerrados hablando en un baño, pero es aún más creible si los dos estan a dos centimetros de sus bocas. No quise interrumpir el momento pero soy demasiado chismosa en estos temas del amor así que me acerqué a la puerta a ver que hacían, pero...
-¡Elena! ¿Que coño haces aquí? -preguntó Maggie mientras se alejaba rápidamente de Victor.
-Eh...Iba a el baño, ya sabes mi baño, en mi casa...-respondí irónicamente. - Mi turno de preguntas, ¿que hacéis vosotros aquí?
-Ya, esto...Nosotros estabamos hablando...-respondieron los dos al unísono.
-Ajá...Bueno parejita os dejo ''hablando''. -añadí moviendo los dos dedos principales de las manos arriba y abajo.
-Eh, no pienses mal, sólo estábamos hablando...-dijo Victor mientras yo iba caminando hacía donde estaban mis amigas.
-Si, por eso seguid hablando chicos. -respondí girando mi cara sonrientemente.
Estaba clarísimo, estos dos estaban saliendo. Digo, a ver en una fiesta sin alcohol ni drogas ni ninguna substáncia rara, no creo que esten ni borrachos ni drogados para estar en un baño ''hablando''. Lo que me extrañó era que Maggie nunca me hubiese dicho nada, se había vuelto muy importante para mi, y nos contabamos todo, o eso creía...
No sé porque nunca sospeché, estos dos tenían muy buena relación desde que los conocí siempre estaban juntos pero bueno ellos decían ser mejores amigos.
Vamos ir adelantando los días un poco, ya iremos analizando el tema del noviazgo de Maggie y Victor.
Una semana después...
-¡Bienvenido a casa! -gritamos mi hermana y yo al ver a mi padre entrar por la puerta de casa, claramente con la silla de ruedas que llevaba mamá.
-¿Como estáis? -preguntó mientras nos abrazaba.
-Bien, y tu ¿que tal?-añadí mientras me despegaba para ir a buscarle algo de beber. -¿Te apetece una Estrella? -le pregunté abriendo la nevera.
-Como conoces a tu padre jaja. -respondió riendo.
¡No penséis que mi padre es el típico alcoholico que se pasa viendo la tele con dos cervezas en cada mano eh!
Era un sábado por la tarde, había quedado con Maggie para dar una vuelta y de paso aprovechar para ver si me contaba algo de ella y Victor, sonó el timbre.
-¡Voy yo! -grité mientras corría a abrir la puerta. -¿Quien? Ya bajo. -añadí. -¡Mamá me voy con Maggie a dar una vuelta!
-¡No vengas tarde! -gritó desde la cocina.
-Vale. -dije cerrando la puerta.
-Holi. -dijimos las dos a la vez.
Empezamos a caminar mientras hablabamos de distintos temas, pero dentro de uno de esos temas iba mi relación con Chris.
-Bueno, a mi me va bastante bien con él, ¿para que te voy a mentir? Pero bueno, y a ti que tal te va con...
-Elena, antes que digas nada Victor y yo solo somos amigos, mejores amigos. -interrumpió.
-¿Segura? -pregunté.
-No puedo estar más segura de ello...-respondió, aunque no lo decía del todo segura.
-Ya claro, podrás engañar a todos pero a mi no. Vosotros dos tenéis algo.
-¡Que no pesada!
-Me da mucha rabia que yo deposite toda mi confianza en ti y tu no me cuentes nada. Estoy un poco arta de que siempre sea yo la que te cuenta todo a ti.
-¡Ufffff! -resopló. A ver...No somos nada como quieres que te lo diga, ¿en chino?
-Estaría bien decir una mentira en chino, a ver si así quizá suene más realista lo que dices.
-¡Joder Elena! ¡Cuando se te mete algo en la cabeza no paras eh!
-Así soy yo, bueno vale...En el caso que sea cierto lo que tu me dices, ¿a ti te gustaría que fuéseis algo?
Se quedó callada mirando el móvil, ignorada cien por cien, primer síntoma de que le molaba.
-¡Ohhhhhh! ¡No lo has negado! -grité dandóle golpes con el dedo en la costilla.
-¿Negar el que? -dijo aún mirando el móvil con los auriculares puestos.
-Pues negar que a ti te mola...
-¡Love me like you do, lo lo love me like you do! -interrumpió.
-¡No me ignores!
-¡¿What are you waiting fooooor?! -volvió a interrumpir.
Arta de que me ignorase de tal manera me acerqué a ella y le quité los auriculares gritándole en la oreja.
-¡¿Te mola Victoooooooor?!
-¡LALALALALALALALALA! - gritaba mientras corría tapándose las dos orejas.
Empecé a correr detrás de ella, ¡muajaja la cabrona no es más rapida que yo y lo sabe! No tardaría mucho en cansarse, en tres, dos, uno. Dicho y echo.
-Bueno querida, ¿vas a seguir ignorándome o vas a admitir que te mola? Sabes que yo no me doy por vencida, NUNCA. -añadí susurrandóle en la oreja mientras se aguantaba en sus rodillas del cansancio.
-Eres una perra, ¿lo sabías? -dijo mirándome mal.
-Mmm...Sí, suelen decirmelo. -le respondí tendiéndole mi mano ya que se había sentado en el suelo.
-Vale, si me gusta, ¿contenta? -admitió mirándome aún más mal que antes.
-¡Lo sabía, lo sabía, te mola Viiiiictor! -grité corriendo haciéndo que se avergonzara.
-¿Y si lo sabías para que cojones me lo preguntas?
-Porque soy muy cabrona y quería oírlo saliendo de tu boca.
-¡Serás perra! -gritó mientras me iba a pegar, así que empecé a correr mirándo cómo me perseguía.
Pero de repente...
-¡Auch! -grité mientras me choqué con un árbol, cayendo hacía el suelo.
-¡¿Estás bien?! -preguntó una voz que me sonaba familiar, esa voz ya la había oido alguna otra vez...Abrí los ojos y, si, mi sospecha era cierta, era él.