capitulo 14

8.9K 411 2
                                    

—Dame la oportunidad —me pide y lo miro fijamente.

—Solo te diré que pondré de mi parte, después de todo lo que ha pasado entre tú y yo no estoy segura de nada... No esperes demasiado de mí —digo segura.

—Sé que te he hecho daño y que tal vez no merezca una oportunidad, pero sé que puedo hacer que cambies de opinión —asiento. Término de tomar mi café y me quedo dormida, el calmante hace su trabajo.

Al despertarme veo a Brayiam durmiendo en el sofá ¿Acaso no se fue? Camino con sumo cuidado, me duele al caminar, pero no como ayer, voy al baño y me doy una ducha, encuentro ropa de hacer deporte. Me la pongo y me miro en el espejo, estoy hecha un desastre y ni siquiera maquillaje tengo para tapar mi cara de enferma. Estoy pálida, me cepillo el cabello con las manos y me pellizco las mejillas para que tomen color, me muerdo los labios para que se pongan rosa, salgo y veo a Brayiam, sigue dormido. Abro la puerta y veo a todos esos hombres armados por todos lados, llamo a uno y pido que traiga algo de comer a Brayiam. Lo miro, es muy bonito y guapo, esta relajado — ¿Cómo una persona puede ser todo un amor y luego cambiar en un segundo y convertirse en un monstruo? —pienso. — Abre los ojos, me ve mirándolo y sonríe.

—Buenos días —me dice con amor ¿Acaso es bipolar? —pienso y lo miro extraño.

— ¿Te sientes bien? Estamos en un hospital, podemos llamar a un médico o a la doctora si quieres —lo miro y se ríe y yo también lo hago.

—No, me siento de maravilla ¿Acaso quieres que la doctora te vuelva a llamar monstruo? —Me río, parece asustado y niego — ¿Y tú... Cómo estás? —No sé en qué momento me quedé dormido —dice pensativo.

—Te quedaste dormido como a las cuatro y despertaste a las siete, por lo tanto dormiste tres horas y lo ideal son ocho —rueda los ojos — ¿Por qué no te fuiste? - le pregunto. Le había dicho que se fuera.

—No te iba a dejar sola en este hospital y aún más sabiendo que estas aquí por mi culpa —niego.

—Supéralo —digo sonriendo —yo ya lo supere —le sonrío y lo miro, esta todo despeinado pero se ve sexy. —Pasa la página, es un nuevo día, un nuevo comienzo. El pasado es sólo eso, así que olvídalo, estoy bien —le paso el desayuno. —Te mande a pedir algo de comer —me mira sorprendido.

—Gracias —dice sorprendido. —De verdad eres muy buena a pesar de todo lo que te hice, a pesar de que te lastimé —niego.

— ¿De qué hablas? Mira, estudio o estudié medicina, como sea, el punto es que como futura doctora te diré que estaré bien dentro de una semana y como yo, Michel, te diré que no es nada y que dentro de una semana estaré como nueva y será como si esto nunca hubiera pasado —le sonrió, se ríe y niega. —En una semana estaré como nueva, como si nada de esto hubiese pasado, todo fue un accidente —me acerco a él, camino muy lento.

—Fue un accidente, yo te hice daño — dice seguro mientras me mira a los ojos.

—No fue un accidente y punto, ahora desayuna —le digo y sonríe.

Mientras come me mira, yo como el desayuno que me trajo la enfermera, es horrible y pongo una cara de horror, no me lo como y Brayiam se ríe, está disfrutando de esto. Una enfermera me cura y me explica cómo hacerlo. Brayiam va por la orden de salida y yo me quedo en la habitación mirando las noticias. De repente veo a Aron, esta con una mujer, es su esposa y también tiene un niño en sus brazos, es su hijo. Trago en seco y siento una punzada en mi corazón, apago el televisor al ver que viene Brayiam.

— ¿Estás bien? estas muy pálida —me agarra de los brazos y me sienta en la camilla.

—Estoy bien —digo mirando a la nada.

—Llamare a un doctor —antes de que vaya lo sujeto del brazo.

—Bésame —se ve sorprendido, lo miro, lo agarro de la camisa y pego mis labios a los suyos, mi reacción lo tomó por sorpresa, no responde a mi beso. Voy a separarme pero mueve sus labios y me da un beso salvaje. Abro la boca y mete su lengua, me agarra del cuello, me besa con pasión, nos separamos por falta de aire. Se ve sorprendido y confundido.

—Eh... yo —digo confundida. —Lo siento, sé que no debí besarte es que... —niega y me toma de la mano.

—No te disculpes, me encantó —me jala y me besa pero ahora me da un beso más suave, lleno de dulzura y amor ¿Amor? —me pregunto. —Lo jaló hacia a mí y me besa con más intensidad, escuchamos una tos y nos separamos.

—Señor —dice uno de sus guardaespaldas, Brayiam lo mira molesto y yo estoy apenada.

— ¿Qué quieres? No te das cuenta que estoy ocupado —me mira y sonríe, yo miro hacia otro lado.

—Ve, no hay ningún problema por mí —le digo sonrojada —y podrías por favor buscar a la doctora, quiero hablar con ella, darle las gracias —le digo y asiente. Sale y respiro ¿Qué fue eso Michel? — Aunque me gusto —pienso.

—Señora de Grosbfiab —dice la doctora y me mira — ¿Quería verme? —Asiento — ¿En qué le puedo ayudar?

—Quería darle las gracias... por todo —le sonrío. —Es usted una persona muy valiente por enfrentarse a Brayiam. Usted me agrada y mucho. Usted no tiene pelos en la lengua para decir las cosas como son, es muy honesta.

—Muchas gracias. Espero que siga con sus estudios de medicina y poder verla muy pronto por aquí, no como paciente si no como doctora, como colegas —le sonrío.

—Eso espero. Sólo sé que no quiero volver de la manera en la que vine —se ríe. —Doctora ¿Podría aconsejarme sobre algún anticonceptiva?

—Claro ¿Cuál te gustaría usar? —yo la miro pensativa.

—Quizás la inyección anticonceptiva —le digo y asiente.

—Buena elección —dice — ¿Quieres ponértela ya? —me pregunta y asiento.

—Sí, pero que nadie se entere ¿Sí? – ella asiente.

—Claro. Sabes que la inyección anticonceptiva es cada mes y que tiene que ponértela exactamente el día que se cumpla el mes —asiento. —Manda a la enfermera a inyectarme — esta es su receta, son pastillas por si siente algún dolor, mareos o vómitos —asiento. —Fue un gusto —dice.

—Lo mismo digo —se va, me asomo a la puerta pero no veo a Brayiam — ¿Dónde estará? Mejor así.

La enfermera me pone la inyección y sale de la habitación, me miro en el espejo, me acomodo el cabello, luego miro por la ventana y veo autos pasar y gente caminar ¿Cuánto deseo mi libertad? —digo en voz alta, me giro y veo a Brayiam mirándome.

LA MUÑECA DE LA MAFIA 1 ( COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora