— ¿Señora no va a bajar? —me pregunta Nana y niego.
— ¿Sabes algo? Primero me dice que quiere, que nuestra relación funcione y mira, trae de vuelta a la casa a esa. Es más, dudo que se haya ido... es un mentiroso —camino de un lado a otro molesta. —Lo odio —digo.
—Voy a buscarle algo de ropa —dice y se ríe como si fuera gracioso.
—Eso es otra cosa, odio esa ropa, no es de mi gusto. Es como si fuera para una camarera de bar y a mí no me gusta mostrar, bueno si pero no así. Odio esa ropa, odio esta casa, lo odio a él y odio a María, lo odio todo.
— ¿Y a mi señora... me odia? —me mira con tristeza y niego.
—A ti no —la abrazo y beso su mejilla —odio muchas cosas de este lugar, pero a ti no te odio, a ti te quiero —digo y ríe divertida. De verdad odio esa ropa, no son mis gustos, quien la haya comprado nada que ver —Nana se ve nerviosa — ¿Qué pasa Nana... estás bien? —la miro intrigada.
—Nada, no pasa nada —dice, me saca un vestido negro, lo miro y suspiro.
— ¿Para qué bajo? Si esa estúpida va a estar ahí atendiendo a Brayiam —remedo su tono de voz.
—Dé la pelea ¿Por qué tiene que irse usted? ¿Sentirse incómoda usted? ¡No! Que lo haga ella —sonrío, Nana tiene toda la razón.
—Tienes razón, haré que se sienta mal. Ella cree que me he olvidado lo del café —pienso.
—Que sepa que aquí hay una señora y esa es usted —dice segura, me gusta cómo suena.
—Pues sí. Sácame un vestido, por lo menos algo decente debe a ver ahí —asiente.
Me meto a bañar y me curo. Después me pongo unas bragas rojas que me quedan algo apretadas, ni siquiera compraron mi talla. Antes no me importaba pero ahora sí ya que voy a vivir aquí. Y ni hablar del brasier, me queda algo pequeño, se ven mucho mis senos, es como si los estuviera exhibiendo. Me aplico el perfume, crema, plancho mi cabello, lo dejo completamente liso, me maquillo y me pongo un vestido negro que se ajusta a mi cuerpo. Pero a quien le importa. Me pongo unos tacones negros y miro por el balcón. —Respira Michel, algún día todo esto acabará, solo trata de que este infierno sea más soportable —miro la cámara que me observa —por lo menos sé en qué parte de Inglaterra estoy. Entro y miro el reloj, son las seis de la tarde ¿Será que bajo a comer o no? Al final de cuentas no tengo porque esconderme.
— ¿Es ella? —Le pregunta un hombre a Brayiam.
—Si ¿Qué te parece? —Brayiam lo mira, se da cuenta de cómo me mira y no dice nada. Debe ser que no le importa.
—Es muy bella —escucho y me voy a girar.
—Acércate –me dice Brayiam y yo camino hacia ellos. —Quiero presentarte, él es mi amigo y mi hombre de confianza, "el perro" —dice con algo de entusiasmo y alegría, yo solo me limito a mirarlo.
—Mucho gusto señor —digo muy educada, no lo voy a llamar "el perro".
—El gusto es mío señora Somerlanders —dice de la misma manera que yo, asiento y veo que me mira directamente a los ojos tratando de descifrarme.
— ¿Estas molesta? No has sonreído —me pregunta Brayiam y yo lo miro sorprendida, apenas se va a dar cuenta, es un idiota.
—No para nada ¿Por qué... lo parezco? —Digo sarcástica, lo miro seria y sonrío. —Así está mejor —dice Brayiam. Camino hacia la mesa.
— ¿Crees qué está molesta? —escucho decir a Brayiam a mi espalda, es un idiota.
—Tu qué crees —escucho al hombre que ríe —ya me agrada —se burla.
ESTÁS LEYENDO
LA MUÑECA DE LA MAFIA 1 ( COMPLETA)
عاطفيةNO COPIAS. NO ADAPTACIONES DE NINGÚNA CLASE. ESTA NOVELA ESTA REGISTRADA. . michel una chica hermosa de tan sólo 18 años, toda su vida vivió en un internado religioso en Alemania. La chica perfecta, excelentes notas , graduada con honores. Empezó...