-Voy a conocer a tu familia- repetía Valentine una y otra vez
-Sí, mi vida, ahora guarda silencio que me pones nervioso, no me gustan los aeropuertos, y menos de noche- dijo Sebastian mirando alrededor
-¿No te gustan los aeropuertos?- dijo Valentine
-Me perdí cuando era pequeño, y aunque me digo a mi mismo que ya no soy un bebe y que soy lo suficientemente alto para mirar sobre la multitud, el trauma no se va
-Cuando era pequeña me caí de la escalera de mi casa y me golpeé la cabeza, me dieron tres puntos, ¿ves?- dijo apartándose el cabello de la cara
Había una cicatriz casi invisible en el lado derecho de la frente, junto a donde empezaba el cabello
-¿Te dolió?
-No, no lo sentí, me di cuenta cuando me cayó sangre en el vestido- dijo ella, demasiado tranquila
Sebastian la miró expectante
-¿Tienes algún trauma con eso?- preguntó
-Odio las cicatrices- dijo Valentine
-Eso es un tanto extraño- dijo el
Ella asintió
-Tu no tienes cicatrices, en realidad- dijo Valentine
-No, no tenía muchos amigos para hacer travesuras, no me creía Superman ni nada, me gustaba leer- dijo Sebastian recordando
-¿Leías a los tres años?
-Mi papá leyó Matar a un ruiseñor, y me sentaba en su regazo cuando leía el periódico, y un día me enseñó a leer, no es tan complicado- dijo
-¿Harás eso cuando tengamos hijos?
-No, a ellos los voy a dejar rasparse las rodillas hasta que dejen de notarlo- dijo el riendo
-Pero les va a dejar cicatriz- dijo Valentine
Sebastian suspiró
-¿Dónde esta tu maleta?- preguntó Sebastian mirando alrededor
-Esta... estaba aquí, junto a mi- dijo Valentine, pero esa no era su maleta
-Creo que el anciano que estaba junto a ti se la ha llevado- dijo el
-Oh no, ¿Y si ya se ha ido? ¡Es terrible! ¿Por qué todas las cosas imposibles me pasan a mi?- dijo subiéndose a una silla
Sebastian se levantó
-¡Busca al anciano!
-¡Allá esta!- grito Valentine
Sebastian empezó a correr tirando de su propia maleta, Valentine tomó la del anciano y corrió
-Permiso, permiso, disculpa, ¡Tengo prisa!- decía Sebastian
-¡SEÑOR, DISCULPE!- gritó Valentine
-¡Tiene la maleta equivocada!- dijo Sebastian tirando de su maleta, que estaba atorada entre la gente
El señor se giró lentamente
-Tiene mi maleta- dijo Valentine
-No, yo tengo mi maleta- dijo el anciano
-No, mire, su maleta era esta- dijo apuntando la negra
-Estoy seguro que tengo mi maleta- insistió el señor
-Pero mi maleta era rosa, la suya era la negra
El señor empezó a negar con la cabeza y a decir que llevaba la maleta correcta
-Si no nos da tu maleta vamos a perder el vuelo- dijo Sebastian
Valentine tomó su maleta lentamente y puso la negra en su lugar
-Corre- le susurró a Sebastian
Y eso hicieron
***
-No entiendo los cambios de horario, ¿significa que cuando lleguemos allá será de día o de noche?- pregunto Valentine
-Sea lo que sea, solo guarda silencio- dijo Sebastian
Valentine le mostró la lengua
El sonrió
-Te ves tan infantil cuando haces eso- le dijo
Ella no respondió
Llevaban en el avión tal vez media hora, Sebastian trataba de dormir, Valentine lo observaba para evitarlo
-¿Sabes que no te dejare dormir?
-Si, tristemente si, no sabes lo molesto que es
-¿Sabes que cuando duermes tus ojos parecen más grandes?
-Si, Bonnie me tomaba muchas fotos dormido
-¿Sabes que casi no te pareces a tu madre?
-¿Sabes que preguntas demasiado?
-Lo tengo presente
-Este viaje es aburridísimo- dijo Sebastian- Simplemente estaremos aquí sentados por horas
-¿Quieres que te deje dormir?
-Te adoraría si hicieras eso, aunque ya te adoro- dijo el
-El anciano estaba loco- dijo Valentine
-Pienso igual que usted, Señorita Merryweather
Ella rodo los ojos y giró la cabeza a la ventana
Ese viaje en realidad sería aburrido
***

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Una chica en Dalton?
FanfictionValentine Merryweather, la hija del director de Dalton, se ha cansado de McKinley, y le pide a su padre que la deje entrar a Dalton, pero no todo es como ella se lo espera, y mucho menos cuando conoce a Sebastian Smythe, y cosas que ninguno de los d...