3.

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Justin.

Lo único que hacia era mirarla, esta chica era tan preciosa, tan hermosa, tan linda, tan perfecta Dios mio.

-Justin, ¿esta bien?-pregunto sacándome de mis pensamientos.

-Si, lo siento-dije algo sonrojado-¿que me decía?.

-Que se acueste en la camilla para revisarlo.

-Esta bien.

Le obedecí y me sente en la camilla con mis piernas colgando así como los niños pequeños.

-¿Que te paso?, ¿alguna enfermedad?, ¿algún dolor o algo parecido?-pregunto frente a mi.

-Tengo un dolor en mi abdomen-mentí.

-¿Has echo alguna fuerza?-me pregunto.

-Voy al gimnasio, hago pesas, abdominales y ejercicios relacionados con los brazos.

En cierto modo, no mentía, porque si iba al gimnasio, me preocupaba mucho de mi cuerpo.

-Necesito que te saques la remera para poder revisar-hablo.

Le asentí, retire mi remera y luego la deje a mi lado, Emma saco su estetoscopio de su cuello y luego lo acomodo en sus oídos, luego puso la parte circular en donde estaba mi corazón. Esta cosa si que estaba helada.

Estuvimos unos segundos en silencio hasta que ella retiro el estetoscopio de sus oídos.

-Tu corazón se escucha perfectamente-sonrió.

Amo su sonrisa, es tan linda.

-Ahora recuéstate para revisar tu abdomen.

Volví a obedecer recostándome en la camilla, puso su mano en mi estomago y comenzó a presionar alrededor.

-¿Te duele algo?.

-Si-le mentí.

-Bien Justin, bájate de la camilla y ponte tu remera-camino hacia su escritorio.

Me puse nuevamente mi remera, me baje de la camilla y camine hacia su escritorio.

-Siéntate por favor.

Me sente en una silla, veía como ella anotaba unas cosas en un papel blanco, aproveche para inspeccionarla rápidamente. Tiene unos ojos azules muy lindos, parecen dos perlas preciosas, una nariz respingada y unos labios totalmente deseables.

Sus manos son tan pequeñas, tan delicadas y amo la trenza que tiene en su cabello. Joder, parezco una chica hablando del chico del que esta totalmente enamorada, contrólate Bieber. Cuando termino de escribir, dejo el lápiz sobre la mesa y me miro.

-Bueno, note tu abdomen bastante bien-comenzó a hablar-pero como tu me dices que estas con dolores, vas a tener que dejar de ir al gimnasio por unas semanas.

-¿Usted cree?-le pregunte.

-Si, con dos semanas estarías bien, voy a anotarte una hora aquí en mi computador para volver a controlarte, ¿esta bien?.

-Si-le sonreí.

Ahora su vista estaba en su computador, vamos Justin,no puedes irte de la clínica sin haber hablado con ella otra cosa que no sea un tema medico. Bien, comencemos.

-Una pregunta, ¿que edad tienes?-le pregunte, ella me miro-digo, se ve que eres bastante joven para ser doctora.

-Tengo veintisiete años.

-Muy joven, ¿te gusta mucho ser doctora?.

-Si-dejo de escribir en su computador-desde que tenia 15 años, siempre me llamo el tema de estudiar algo relacionado con la salud.

Mentiras Verdaderas |j.b|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora