Justin.
Estábamos en el restaurante italiano con Emma, habíamos venido caminando ya que no quedaba tan lejos de la clínica. El restaurante era muy lindo y elegante, nos sentamos en una mesa al aire libre.
-Y Justin, háblame de ti-dijo Emma sonriendo.
-¿Que quieres que te cuente?-le pregunte.
Dudo unos segundos.
-¿Tienes novia?.
-No-sonreí.
-¿Alguna chica que te guste,estés conociendo o llame tu atención?-volvió a preguntar.
-La verdad es que hay una chica que llama mucho mi atención.
-¿Enserio?.
-Si, lastima que tenga novio pero, ¿sabes algo?-ella me negó-quiero luchar por ella,quiero que sepa que me importa y quiero estar a su lado.
-Que lindo-sonrió-¿cual es su nombre?.
Diablos,no me gusta que me haga tantas preguntas.
-Se llama Madison.
-Lindo nombre.
-Así es-sonreí.
Un chico que supuse que era el camarero, se nos acerco hacia nosotros con una pequeña libreta en su mano izquierda y un lápiz en su mano derecha.
-Bienvenidos a Divina Italia-nos sonrió a ambos-mi nombre es Mark y seré quien los atienda en lo que ustedes estén aquí, ¿puedo tomar su orden o aun no ven que pedir?.
Antes de que pudiera contestar, mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo, lo saque y en la pantalla brillaba el nombre de Amanda.
-Emma-ella me miro-ordena tu por favor, pide lo que quieras para ambos, tengo que atender esta llamada.
Ella me asintió sin problemas, me levante de mi silla y camine alejados de ellos para contestar la llamada.
-¿Que pasa?-pregunte por la linea.
-¿Donde estas?-me pregunto Amanda.
-En un restaurante italiano, estoy con Emma.
Me voltee para mirarla y la vi mirando el menú mientras el camarero le hablaba.
-¿Que restaurante?-pregunto.
-Se llama Divina Italia,esta a unas cuadras de la clínica.
-Esta bien,iré con Liam para allá.
-Bueno.
Algo dentro de mi se apago, realmente quería estar solo con Emma y poder conocerla mas, y hasta yo desconocía la razón del querer eso.
-Te veo allá,nos sentaremos alejados de ti para que no sospeche nada, ¿bueno?.
-Bueno, ahora te dejo, adiós.
-Adiós.
Corte la llamada y guarde mi celular nuevamente en mi bolsillo, respire profundamente antes de caminar nuevamente hacia Emma.
-¿Algún problema?-pregunto cuando me sente nuevamente frente a ella.
-No-le mentí-solo era mi padre.
-Ah-sonrió-Justin, este restaurante es muy caro, me apena que gastes tanto dinero, si quieres puedo ayudarte con la mitad.
Dios, que dulce es.
-Hey tranquila-tome su mano por la mesa-tu come tranquila, ya te dije que yo invitaba.
-Esta bien.