Abrí los ojos lentamente, ya que la luz me molestaba. Cuando al fin pude aconstumbrarme, un terrible dolor de cabeza empezó a taladrarme. Y entonces empecé a recordar todo lo que pasó a noche. Edward, la borrachera, Will... ¡Will! Oh dios mío, ¿qué iba a pasar ahora? ¿tenía que actuar como si nada? Tenía miedo por lo que pasaría.
-Buenos días.
- ¡Ah!- Grité, ¡joder! ¡no me acordaba de que estaba Caleb aquí!
Él se empezó a reír.-¿Te he asustado?- Me preguntó.
-Sí, bueno... Ya ni me acordaba de que estabas aquí.- Le contesté.
Y empezó a sonar su móvil.
-Oh Caleb apaga eso, la cabeza me va a estallar.
-Ya voy, ya voy.- Y cogió el móvil.-Hola mamá, sí, sí, no, ahora bajaré a comer, ¿Olive? Mmm, no sé, no la veo desde anoche, ¿Mandar a Josh a su habitación? Vale, vale.- Yo puse cara de asustada mientras que escucha la conversación.- Sí, ahora bajamos a comer. Adiós.
Y en cuanto dijo adiós, llamaron a la puerta de la habitación.
Los dos nos miramos muy nerviosos. Me levanté corriendo de la cama y empecé a moverlo a él.-¿Olive?- Dijeron detrás de la puerta.
-Mm sí, un momento, que me estoy vistiendo.
Le señalé a Caleb para que corriese hacia el vestidor para esconderse. Y genial, me dí cuenta de que iba solo con la ropa interior. Pero ahora no era momento de pensar en esas cosas.-Ya voy.- Dije.- Hola.-Dije abriendo la puerta muy poquito, como para que solo se me viese la cara. No quería arriesgarme a que viesen a Caleb.
-Hola.- Dijo Josh. Y en ese momento salió Will por la puerta de su habitación, quién me sonrió, uh, ¿me había sonreído? ¿es que ahora todo iba a cambiar por el beso de ayer?
Yo le sonreí de vuelta, aunque no sabía ni por qué.-Buenos días.- Dijo Will, quien también se asomaba a la puerta.
-Buenos días.- Le contesté.
Josh nos miró a los dos y rodó los ojos.
-¿Por qué no abres la puerta algo más?- Dijo Josh.
-Es que... No estoy vestida.
-¿Pero no estabas haciendo eso mientras te esperaba?
-Mmmm, sí pero... No quería hacerte esperar mucho y solo me he puesto la camiseta...- Dije sin saber que contestar.
-Ahh.- Dijo Josh no muy convencido.- Bueno, me ha mandando mi madre a...
-¿Y esos pantalones?- Dijo Will interrumpiendo a Joshy y señalando a unos pantalones que había en el suelo. Genial. Ahí estaban los pantalones de Caleb.
-¿Eh? Esos pantalones... ¡Son míos!
-Pues parecen de hombre, y muy grandes como para ser tuyos.- Dijo Will cambiando la actitud de hace un momento.
-Bueno... Es que me gustan los pantalones así...- Al final me iban a descubrir.
-Claro... ¿Te los pondrías? Es que quiero ver como se te quedan.
-Oh no creo que haga falta Will. Porque... Bueno, que no me gustan, creía que me iban a quedar mejor, pero no.
-¿No decías que te gustaban así?
-Está bien, dejadme un momento...- ¿En serio? ¿Ahora me tenía que poner sus pantalones? Las mentiras tienen las patas muy cortas, y si encima la persona que las dice miente mal, ni te cuento...
Me puse los pantalones y me entró la risa, no se creerían eso ni en broma, se nota que no son míos. Pero aún así salí.-Bien, ya está, estos son.-Dije mientras me los sujetaba de la cintura, porque se me caían.
Josh empezó a reírse, pero en cambio, Will seguía con cara de pocos amigos.-¿En serio crees que me lo voy a creer? ¿De quién...- Pero un móvil empezó a sonar interrumpiendo a Will. Y como no, tenía que ser el móvil de Caleb.- ¿Ese es el móvil de Caleb?
-¿Qué?- Dije con voz aguda.- No, claro que no, es el mío...- Dije alargando la mentira, pero Will estaba entrando ya en la habitación.
- ¿Y a tí desde cuando te llama mi tía Anne?
-Pues desde que llegué aquí... Tú tía Anne es muy simpática y...¿No cuela verdad?- Dije abandonándolo todo. Y entonces salió Caleb del vestidor. Venga hombre... ¿Podía pasar algo peor?
-Mejor me voy de aquí.- Dijo Will saliendo de la habitación, hacia las escaleras.
-No, Will, espera, que te lo explico.- Dije saliendo detrás de Will, cogiendo los pantalones por la cintura. Esto era demasiado ridículo.- ¡Will espera!- Y en ese momento me caí al suelo dándome en la cabeza. Pues sí, si podía pasar algo peor.
-¿Olive? ¡Olive!- Oí gritar a Will, y después caí en un sueño.
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-Apartaros un poco, chicos.- Oí decir a una voz femenina.-¿Se está despertando?- Escuché a otra voz.
-Eso parece.
Y entonces empecé a recordar que me había pasado. Mi caída con los pantalones. Hay que ser tonta para caerse con unos pantalones, peor, hay que ser tonta para llevar unos pantalones de chico y correr con ellos por todo un pasillo. No quería hacerlos esperar más, y aunque me sentía fatal, empecé a abrir los ojos.
-¡Olive! ¿Cómo estás?- Me preguntó Will.
-Mareada y con un dolor de cabeza terrible.- Le contesté.
-Cariño te has dado un golpe, y te has desmayado. Pero ya está todo bien. Yo tengo que irme a trabajar ya, pero Will y Caleb te cuidarán. Si necesitas algo, no tienes más que pedirlo.
-Vale.- Le dije intentando sonreír, pero me dolía demasiado la cabeza, hasta para sonreír.
-Adiós hijos.- Dijo moviendo la mano y lanzando un beso.
Qué bien, pensé irónica, estaba en mi habitación con Will y Caleb, y con ellos iba a estar todo el día.
-Bueno, Caleb, ya te puedes ir. Yo cuidaré de ella.- Dijo Will. Lo que me hizo sonreír como una idiota. Aunque ni sé por qué, si posiblemente lo único que quería era explicaciones.
-¿Qué? Oh no, tú te vas, yo me quedo.- Dijo Caleb. Y yo estaba volviéndome loca.
-Bueno, pues vamos a echarlo a suertes. Quien pierda, le toca cocinar, y el otro, se queda aquí con Olive.
-Vale. Una, dos y tres...- Dijo Caleb.- Oh joder...
-¡Toma! Alá a la cocina chef Caleb.
No pude evitar reírme.-¿Al mejor de tres?- Dijo Caleb.
-Oh no, no. Yo me quedo, tú te vas.
-Está bien.- Y dicho esto se fue de la habitación.
Ahora llegaba lo malo. Me había quedado sola con Will, y me sentía mal por haber dormido con Caleb. Aún sin hacer nada y sin tener nada con Will.
-Bueno, bueno...Olive, tengo que hacerte algunas preguntas.- Dijo Will.
-Está bien...- Dije sonriendo incómoda.
Ahí empezaba mi pesadilla.
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Ahora es mi momento
Roman pour AdolescentsAl fin llegó el momento de salir de este horrible lugar en el que llevo encerrada ocho años. Encerrada por culpa de mi padre. Más bien, el que fue mi padre. El que me dejó atrás pensando solo en él mismo. Me abandonó para cambiar de vida después de...