1

767 26 0
                                        


—¡Tuti! Aufwachen tuti.  Una vocesita chillaba a lo lejos. Pronto sentí como algo suave me movía el hombro. Levanto mi cabeza y entre la maraña de cabello en mi rostro logró divisar a Emma, con una sonrisita maligna pues sabe como odio levantarme de la cama.
Hago mi mayor esfuerzo para levantar mi cuerpo de entre el mar de almohadas y peluches,  pero fracaso y estúpidamente caigo de nuevo. 
—Tuti,  papi dice que te levantes. - susurra — va a salir contigo.  La miro,  la miro y siseo molesta. —Dile a papá que no estoy.
La niña ríe y sale disparada de mi habitación nueva. Agradecida por que Emma salio de mis dominios  ruego no regrese con papá. Él sabe que desde que nos mudamos a Dortmund,  lo menos que quiero hacer es salir de mi habitación.

Minutos después, cuando ya lograba conciliar el sueño nuevamente,  la puerta se abre en pompa. Papá.

— ¿Morena?  Linda despierta,  es hora. Dice  cariñosamente y se sienta en la cama,   a mi lado. Levanto mi cabeza de la almohada y veo su cara  de susto total. Debo estar hecha un monstruo. Sonrío levemente y me dejo caer la almohada, pero aún viéndolo. Está tan contento por su traslado a Dortmund y tiene muchas esperanzas en el equipo... el Borusse... Borussia no se qué,  que tanto la esta volviendo loco.

—¿Donde vamos?.  Digo con voz ronca y somnolienta. — Quiero que me acompañes al estadio morena. Lo veo con los ojos achinados y digo —Papá...  Sabes que no estoy para esas cosas de fútbol y partidos.

Me mira,  sonríe y se levanta de la cama. —No hay partido alguno,  Schatz. Hoy es el  día de conocer personalmente a los directivos del equipo,  plantilla, cantera y demás. Explica alucinado por lo que le espera durante el día.  Por otro lado,  yo, con todo el sueño del mundo no comprendí nada.
—Vamos – insiste — tu madre cuidará a Kim que ha enfermado y no puede acompañarme. Lo miro y pienso.  Creo que no me vendrá mal salir a tomar aire fresco un rato y tal vez...  Tal vez me escape y tome algo por ahí. Así que asiento y me levanto al baño.
En efecto, parezco la niña de El Exorcista pero multiplicada por mil,  hasta me doy miedo a mi misma.  Tomo un baño rápido con  agua helada y salgo. Elijo una blusa de mangas largas negra, un Jeans azul oscuro y unas botas militares que me vuelven loca, las adoro. Y así,  salgo y encuentro que papá ya me estaba esperando.

Media hora para las ocho salimos de casa y tras atascarnos en un infernal tráfico,  llegamos al edificio. ¡Para que! ,  ¡tremendo lujazo se dan los de este equipo! , con  un estadio de estos hasta el más cabezón se enamora. Y aunque no soy para nada amante de los colorcitos alegrones como el amarillo,  trato de obviarlo y animarme al ver que lo combinan con el negro,  que me gusta mas.

Al salir del auto,  una bola de camarografos salta sobre nosotros y aunque se centran en mi papá, uno que otro lanza un flash hacia mi.  Sinceramente me da igual,  eso me ha pasado ya con Philipp. Es algo común. 
Miro a mi padre y con una sonrisa de oreja a oreja camina hacia mi,  y me dice que lo acompañe. A nosotros se une un hombre alto y de cabello entrecano que sin sonreír nos dirige hacia el interior del colosal edifico.

Caminamos por amplios pasillos,  decorados exclusivamente con los colores amarillo y negro. El hombre que iba junto a nosotros se presentó como Reinhard Hoffmann y nos hablaba las maravillas que habían pasado por entre esos pasillos.  Y pronto nos llevó a una salida que daba al campo de fútbol.

Wow

Es realmente impresionante.
Boquiabierta,  camino un poco adelante que mi papá y empiezo a bajar las escaleras y doy con el inicio de la tribuna.
Extasiada por la hermosa vista de él campo iluminado por el sol de la mañana,  sigo bajando las escaleras cuando me fijo que en el campo,  unos hombres vestidos de amarillo saltaban y se movían rápidamente.
Desde lo alto han de parecer una manada de pollitos alborotados, correteando de un lado a otro. Río ante mi pensamiento.

Invierno (Marco Reus Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora