Ya me voy, Reus. -digo al terminar de poner el ultimo par de bandas en uno de los bolsos. Me pongo de pie de inmediato y miro mi teléfono. Son las cero horas.
Marco, sentado sobre una mesa, me mira. O mejor dicho, me come con los ojos.
Durante el tiempo que estuvimos aqui, no le permiti tocarme más que para darme unos besos. Y claro que eso no se iba a negar. El resto del tiempo pasamos charlando de todo. A pesar de sus intentos por íntimar en mi vida, no se lo permití. Desvié la conversación a cualquier otra cosa hasta que se dio cuenta de mi negativa y se quedó callado, mirándome exactamente como me miraba el día que lo conocí. Con cara de tonto.
-¿Qué tanto miras, Reus? -suelto con brusquedad mientras ordemo las listas que había llevado. Lo vuelvo a ver y noto su sonrisa. Pongo los ojos en blanco.
-Te veo a ti -dice y se pone de pie lentamente y con una elegancia tremenda. -Aun no puedo creer que me haya robado tantos besos de esa boca tan linda...
Camina hacia mi. Lentamente y sin hacer ni el más mínimo ruido. Yo doy dos pesos atrás por impulso, pero me toma del codo y sin perder tiempo me atrae a su cuerpo y con una pasión avasalladora, me besa. Me colma de mil sensaciones mientras me mantiene inmóvil con sus fuertes brazos. Le respondo al beso con la misma o más pasión. Me aferró a su cuello y me lleva hacia atrás hasta pegarme contra la pared. Me separo de su boca, y siento en ese instante que me presiona, me atrapa entre su cuerpo y la pared haciéndome jadear. Tengo calor, ¡me quemooo!
-Me encantas. -me basa el cuello y me termino de derretir. Los besos en el cuello son mi debilidad. Pierdo la cordura y toda noción del tiempo. ¡Me matan!
-Sabes que me tienes loco, ¿porqué eres así conmigo?Con el deseo en carne viva, lo tomo de su rubio cabello y susurro en su oído con voz baja mientras me apego a él:
-Porque se me da la gana.
Sonríe y me da más mordiscos que me llevan al límite. Bajo mis manos por su fuertísima espalda y empiezo a levantar lentamente su camiseta, en busca de su piel.
En estos momentos me importa un pimiento estar en el Signal. Quiero a este hombre y ¡lo quiero ya! Cuando siento su manos tratando de sacar mi blusa, escucho un golpe en la puerta... Otro golpe..Una voz.
-Hallo! ¿Hay alguien ahí dentro?
¡Joder! ¡Joderrrr! Ahora si nos pillaron.
Abro los ojos como si saliera de un sueño pesado y profundo. Miro a Marco, quien me estudia el rostro sin inmutarse de lo que pasa afuera.
Paralizada y con tremendo rubio encima, intento hablar, pero me pone un dedo sobre la boca.
-No digas nada, cielo.-me pide con una voz casi inaudible. Yo lo miro con el ceño fruncido. No me gusta que me ordene.
En ese instante, se escucha que hacen una maniobra con la manija de la puerta. ¡Dios mio!Con cautela, Marco me toma las piernas con fuerza y me levanta del suelo. Quiero protestar, pero no me lo permite. Rápidamente, camina por la habitación, abre una puerta a un costado de la sala, me da un corto beso en los labios y me suelta ahí, para luego cerrar la puerta tras de si.
Me trago el orgullo y no rechisto. Sé que si hago el más mínimo ruido, me descubren.¿En qué estaba pensando al dejarme hacer tantas cosas? Desde afuera se escucha la voz de Marco, dando una excusa por estar aquí a estas horas. No sé exactamente qué dice, pero escucho al hombre, indicando que en un par de minutos cerrará todo.
Un segundo después, salgo del armario y choco de inmediato contra el pecho de Marco. Pone sus firmes manos sobre mi cintura y me une a su cuerpo. Con premura, lo tomo de las mejillas y lo beso.
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Invierno (Marco Reus Fanfiction)
FanficSofía Tuchel, hija adoptiva del nuevo entrenador del club de fútbol alemán Borussia Dortmund, obtiene un puesto dentro del equipo técnico como fisioterapeuta auxiliar. Ahí conoce a Marco Reus, la estrella, uno de los jugadores predilectos de es...