Dí vueltas y vueltas por la ciudad, disfrutando de mi bebesote y echando una que otra carrera en la autopista. Mi VW es la sensación y podría pasar horas dentro de él. Pero mientras conducía por cierta calle y canturreaba 'Ein Kompliment' de Sportfreunde Stiller, divisé un pequeño bar en una esquina y me decidí a entrar. Estacioné mi auto a un lado de la calle y guardé las llaves en mi bolsillo.
El sitio era más amplio de lo que parecía, más oscuro y un poco más concurrido de lo que me esperaba. Las personas se encontraban dispersas por todo el lugar, riendo, tomado y fumando a su gusto. Para mi suerte, la música era agradable, así que me dirigí a la barra tras acomodarme en un taburete, ordené ron. El hombre tras la barra me pasa un vaso con el importado Flor de Caña, y lo acepto gustosa.
Mientras disfrutaba mi bebida, la barra fue llenándose más y más de gente. De pronto, un hombre alto, de aspecto bastante fornido y vestido de traje formal con una corbata floja se sienta a mi lado y ordena su bebida, mientras ésta le es preparada, mira en mi dirección. Me observa por unos minutos como si no tuviera ya un vaso de tequila frente a él, ¿Y este que? . Sonríe, mientras lo miro con el rabillo del ojo, pero lo ignoro.
Cuando se percata de que no pienso devolverle la sonrisa, se mueve en su taburete y dice:
-¿Qué hace una chica tan linda en un lugar como este?.
-Divertirse. Digo con frialdad, no estoy dispuesta a bajar el nivel de antipatía que llevo hoy.
Por su parte, el hombre se aproxima más a mi y se lanza al ataque:
-¿Puedo invitarte a alguna cosa?.
-No gracias, yo puedo comprarme lo que me apetezca. ¡Ajá! Segurito se aleja de mi. Como una buena amiga me dijo una vez, soy una 'espanta hombres'.
Pero este pillo no se detiene y tras soltar una carcajada de los mil demonios dice :-Humm, difícil... Me gusta– Pongo los ojos en blanco, este se está buscando serios problemas.Me levanto de mi taburete y me alejo un poco, pero su fría mano me detiene, lo vuelvo a ver con los ojos achinados e intento soltarme, pero no me lo permite. Con la ira hasta la coronilla, saco fuerza y me suelto de él, y grito frente a su cara:-¡No te atrevas a tocarme otra vez, o... -¿O qué preciosa?– Me corta, y sin importarme su altura o su porte de luchador de la UFC , lo señalo con mi dedo índice e instintivamente mi acento se vuelve duro y digo a voz de mando:- O soy capaz de hacer que te arrepientas si vuelves a poner una sola mano sobre mi, Hürensohn!.
¡Vaya insulto! Si mis padres se enteran, me llevan a hacerle una visita al confesor para que me deje meses y meses de penitencia.
Pero me arriesgo.
El hombre cambia de inmediato su gesto de Todopoderoso, no le ha gustado nada lo que le he dicho. Estira su brazo y lo pone con fuerza en mi trasero para atraerme hacía él, pone su mano libre en mi cabeza, y frente a mi boca susurra:
-Te enseñaré a respetar, niña–. Me besa, o eso intenta, puesto que yo no doy mi brazo a torcer y aparto mi cara, pero su mano me controla, y con una fuerza increíble me aprieta a su cuerpo y siento su lengua buscar la mía. Me daba asco, tenía un aliento fatal. Yo lucho, pero sin resultado.
En su intento de entrar a mi boca, me muerde el labio inferior, mir reacción es alejarme de él, en ese instante, mi labio se razga y chillo de dolor. La sangre me resbala por el cuello. El dolor era inmenso. Intenté limpiar la sangre, pero no lo logré, parece un corte bastante grave. ¡Maldito sea!De pronto se aleja de mi, una mano sostiene su cuello y lo lleva directo a la barra, pegando su cabeza junto a esta. Mi salvador llevaba un sombrero, y no me fué posible ver su rostro, vestía una camiseta de mangas cortas, su brazo izquierdo casi completamente tatuado...
-¿No has entendido, pedazo de imbécil?. Gruñe el hombre del sombrero, con una voz increíblemente ronca, de alguna manera, me parecía familiar. Mientras, el luchador de UFC se encontraba de mil colores, se asfixiaba. Yo no me podía mover, mis pies se habían pegado al suelo de la impresión que me había dejado toda aquella escena. Pronto, saqué fuerzas de sabrá Dios donde, y caminé hasta donde el idiota, lo tomé con fuerza de las mejillas y le di un buen manotazo. Le hubiera dicho cuatro cositas, pero no me fué posible.
No era la primera vez que me intentaban forzar, pero siempre actué de inmediato en defensa propia. Muchos terminaron con un ojo morado o en el suelo, chillando por una patada mía donde más les duele... Pero esta vez, el manotazo no fué nada, el hombre del sombrero tenia una fuerza, una presencia que me intimidada, que me reducía.
ESTÁS LEYENDO
Invierno (Marco Reus Fanfiction)
ФанфикSofía Tuchel, hija adoptiva del nuevo entrenador del club de fútbol alemán Borussia Dortmund, obtiene un puesto dentro del equipo técnico como fisioterapeuta auxiliar. Ahí conoce a Marco Reus, la estrella, uno de los jugadores predilectos de es...