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Por la mañana,  me levanto de mi cama sintiendo que dormí solamente un par de horas, pero dando gracias que mi bomba de tiempo particular llamada Emma no ha venido a hacerme la visita. Es sábado, son las ocho de la mañana y debo salir a buscar al corredor de inmuebles que dice tener listo mi piso en un edificio de apartamentos,  para luego irme directo a Frankfurt.

Así, me dirigí al baño,  con la convicción de que lo sucedido ayer no fue más que un sueño, que aquel joven rubio no era más que producto de mi mente.
Pero cuando me reflejo en el espejo del neceser y veo mi labio inferior,  mi corazón  se detiene. Todo fue real...
Respiro profundo e intento borrar cualquier recuerdo de Marco de mi. Tomo un baño rápido, me pongo unos leggings negros, una blusa azul y unos tacones a juego.  Esta vez trato de maquillarme mucho más de la cuenta para ocultar la herida en mi labio. Alisto una pequeña maleta y corro escaleras abajo.

Guten Morgen schön.  Me saluda mi madre mientras pone un plato con su exquisito Currywurst en mi sitio sobre la mesa y tras besar mi frente dice:—¿Irás a ver tu apartamento?

—Si,  en una hora debo estar en el edificio. Digo tras hechale un vistazo a mi reloj de muñeca. —¿Donde está papá y las niñas?

—Han ido de paseo al zoológico. Thomas insiste en que Kim se recuperará si toma aire fresco. Vendrán para almorzar.  Asiento miemtras tomo un sorbo de mi zumo de naranja y observo como mi madre se sirve su desayuno y toma asiento frente a mi. Tras darle un mordisco a su bollo,  cuchichea:—¿Quien era ese galán que vino anoche contigo?.  Su pregunta me toma por sorpresa. ¿Me ha visto llegar?.  Boquiabierta, maldigo en mis adentros, puesto que sé que hará tantas preguntas como sean posibles hasta averiguar quien era el 'galán'. Y no quiero hablar de él,  me niego a hablar de él. Intento lo más posible de pensar que no es real.

—Un amigo. Miento,  sintiéndome un poco culpable por ello. Mi madre tuerce el gesto y clava sus bellísimos ojos azules en mi.
—Amigazo ha de ser. ¿Sales con el? Espero que si,  al menos no es como ese tipo con el cuerpo tatuado,  ese que sale en la televisión.
—Mamáááá. Me rio al saber que se refiere a Philipp y sus tatuajes. Nunca lo soportó,  y menos por el hecho de ser 10 años mayor que yo.
Lo considera una abominación solo por tener tatuajes en su cuerpo y por tener fama de meterse en uno que otro lio político junto con la banda. Si supiera que Marco está casi tan tatuado como Philipp.

—Mi niña,  ese hombre NO es para ti. ¡Ah!  Pero se que no vas a oírme –mira hacia arriba con enojo para luego añadir– ¿Aún te ves con él?
—Si
—¡Ay si tu padre supiera! –Niega con la cabeza y toma de su zumo– Te aseguro lo manda rapidito a freír espárragos, ya sabes como es.
Jaa ¡Y que lo sé! El señor Thomas es capaz de todo por alejar a sus hijas del peligro.

—Mamá –tomo su mano y la miro fijamente – aún nos vemos,  pero tranquila,  somos amigos y nada más.
Mi madre asiente.
—Eso espero. –frunce los labios antes de cuchichear de nuevo– Tu padre me ha dicho que te vio jugar fútbol ayer con un joven del equipo, ¿es el mismo que vino anoche?. Pregunta con interés y pongo mis ojos en blanco.  Aquí vamos otra vez. ¡Para madre la mía! 

Me levanto,  la tomo por la barbilla y le planto un beso en la mejilla que,  como siempre la hace reír. —No se haga ilusiones señora Tuchel, que ni yo me las hago.

Ella es mi amiga de toda la vida,  y como amiga,  quiere saber hasta lo que no debe.

—¿Vienes a almorzar?  Tengo pensado hacer una carne de ternero en salsa de esas que te gustan.
¡Ay!  Si solo oír el nombre ya se me hace agua la boca.  Mi mamá hace unas chuletas de ternero de muerte lenta.
Pero esta vez no podrá ser.Tengo planes de irme directo a Frankfurt para almorzar con Philipp.

Invierno (Marco Reus Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora