El sábado, despierto por el ritmo de Bestrafe mich, la canción de Rammstein que he puesto como alarma. Son las ocho de la mañana y me doy el gusto de levantarme un poco más tarde tras una semana de intenso trabajo en el Signal. Aunque trato de mantenerme al margen de todo aquello que pueda desconcentrarme.
Hoy es el primer partido de la liga, y aunque aún no soy oficialmente fan de los pollitos, me siento expectante, claro porque es el primer partido de papá como entrenador de cabecera.Me estiro como gato sobre la enorme cama de mi habitación, sintiendo un poco de dolor de cabeza consecuencia del pequeño exceso de copas de anoche.¡Ufff que noche!. Desde que llegó Philipp a casa, estamos que no paramos. La música sigue sonando y yo me muevo sobre la cama al ritmo de ésta al mismo tiempo que empiezo a cantar con cierto volumen de voz.
„Bestrafe mich, bestrafe mich.
Du meinst ja, und ich denk NEIN!...
Deine Größe macht mich klein
Du darfst mein Bestrafer sein, Ja!Der Herrgott nimmt, der Herrgott gibt!"
—¡Baja el volumen...! – una gutural voz gruñe a mi lado, ¡que susto!. Me siento sobre la cama con una mano en el pecho y empiezo a desenvolver un gran bulto de sabanas y almohadones, descubriendo a Philipp, acurrucado como un niño y con la frente bastante ceñida por el reflejo de luz.
Tuerzo el gesto.
Le he advertido que en mi cama sólo duermo yo.—¿Por qué no apagas eso? – vuelve a gruñir con el acento más duro de su voz. Me levanto de la cama y le subo a la música.
—Por que debes levantarte. – hago una pausa para decir aquello y luego sigo cantando y cantando mientras bailo la parte más movida de la canción (aquella donde Flake hace su magia con un solo de teclado) ¡Si!—Pero que buen humor que tienes, Sofie. – dice Philipp con una voz de oso dormilón para morirse de risa. Ahora está sentado en la cama, con su pecho descubierto y restregando sus ojos.
—Bueno, con una noche como la de ayer cualquiera amanece de buenas, lindo. – brinco sobre la cama, frente a él y continúo mi baile.
—Si quieres repetimos... ¿Qué dices? –me guiña un ojo y yo estallo en risas.
—No, ahora ¡sal de mi cama!. Te he advertido que no durmieras aquí, así que, o sales de ahí, o yo misma te saco a golpes.
—Bien. – sale de la cama y camina al baño– Sólo explicame, ¿Por qué tienes música de Rammstein como despertador, y no de Frei.Wild? – asoma su cabeza desde el baño y sonríe como un niño. Me encanta cuando lo hace.—¿Para qué lo haría? Si en fin, estabas a mi lado y pudiste haberme cantado en vivo tú mismo. – levanto una ceja. Él niega con la cabeza y entra de nuevo al baño.
—¿Cuál deseas que te cante, entonces?
—Stück für Stück, si es mucho pedir.
—Bien. – grita desde la regadera y empieza a cantar una de mis canciones favoritas de Frei.Wild desde la ducha.Luego de que sale de la ducha, es mi turno y pongo el agua bien fría como a mi me gusta ¡rico!, al salir, me pongo una blusa de mangas largas verde oliva, un short crema de media pierna, sandalias romanas y me hago una trenza larga en el cabello, para luego ponerme luego un sombrero a juego con mi blusa. Tomo el bolso con los uniformes del equipo y salgo a la sala, donde me espera Philipp quien deja salir un silbido en cuanto me ve.
— Aaach wie schön! – se acerca a mi, me toma de la mano y me da una vuelta. Pongo mis ojos en blanco.
—Gracias Philipp.
—Así como estás linda te puedo comer a besos aquí mismo. – me agarra de la cintura y me pega a su cuerpo con fuerza. ¡Ufff! Ya va de nuevo a provocarme.
—¿Sólo a besos? . – le susurro en el oído haciéndolo reír por lo bajo.
—Por ahora si, viciosilla. – sonrío por sus palabras y de inmediato me toma el rostro y me besa, me besa y me besa, y como siempre, yo me dejo.
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Invierno (Marco Reus Fanfiction)
FanfictionSofía Tuchel, hija adoptiva del nuevo entrenador del club de fútbol alemán Borussia Dortmund, obtiene un puesto dentro del equipo técnico como fisioterapeuta auxiliar. Ahí conoce a Marco Reus, la estrella, uno de los jugadores predilectos de es...