"Porque se está solo ahí,
porque en la locura y la muerte
se está solo,
porque hay un ojo fijo,
incambiado, que acecha sin sentido" (...)
(Narra Frank)
Hoy llueve. Igual que ayer o antes. Belleville se ha convertido en Londres. Odio la lluvia. Odio la nieve. En resumidas cuentas, odio los ambientes húmedos. Tal vez (posiblemente, o mejor dicho seguramente) es a causa de aquellas asquerosas vacaciones del 2008 en "la ciudad de la lluvia". ¡Puta Inglaterra! Nunca me gustó. Y aún así, mis padres insistieron en llevarme. Bah, más bien me obligaron, como suelen hacer. ¿Qué podría ser peor para un chaval de trece años que irse a vacacionar a un país asqueroso con sus padres, su hermana, sus dos odiosos primos y tíos, ¡y encima a una ciudad en la que llueve todo el condenado día!? El único consuelo era que podía llevar a mis amigos. Así que claro, invité a Daniel y a Jeff. Como sea, jamás hubiese imaginado todo lo que ocurriría en ese estúpido viaje, todo lo que nos marcaría, a los chicos y a mí... Pero, volviendo al caso, no soporto más la lluvia. Y, por lo que puedo ver, no va a detenerse al menos hasta mañana. ¡Qué mierda! De todas maneras tendré que ir al colegio, lo cual lo hace aún peor.
Sra. Iero:-¿Has desayunado?
Frank:-Por favor madre, ¿desde cuándo eso te importa? Ya me marcho.
Sra. Iero:-¿No quieres que te arrime? Está lloviendo fuerte...
Frank:-Ya te he dicho que no. Sólo es agua, no me voy a morir.
Sr. Iero:-Mejor cuida la forma en que le hablas a tu madre, o tendré que enseñarte a comportarte. Y te aseguro que no será placentero.
Genial. Ya se levantó el miserable de mi padre. Lo odio. Más que a la lluvia, la nieve o Londres. Mucho más aún que a Belleville. ¿Por qué? Porque es un hijo de puta. Ni más, ni menos.
Frank:-Lo siento.-Miento, por supuesto. Tomo mi mochila, me pongo la capucha y me marcho camino a un día de mierda en el colegio más maldito de todos, el "Holy Heart Of Jesus". ¡Cómo lo odio!(Narra Mikey)
Oficialmente, estamos en Belleville. Y me da igual. Nada ha cambiado. Me siento peor que ayer. Lloré toda la noche. Como si eso de alguna forma pudiese solucionar el problema que es mi vida. Me duele la cabeza, tengo unas horribles ojeras y estoy muy pálido. Hoy es el primer día de escuela. Bah, no en realidad. Pero sí para nosotros, que debemos ir a un colegio nuevo, y más que eso, un colegio católico. ¿Por qué mamá lo escogió? Sinceramente, no tengo la menor idea. Pero no tengo ganas de pensar al respecto de ello, ni de ninguna otra cosa. Hoy simplemente está prohibido pensar para mí. Y eso también significa actuar sin tener en cuenta las consecuencias de mis acciones. Estoy triste, dolido, molesto, enfadado. Con todo y todos. Pero especialmente con mamá. A veces parece que me odiara, que todo lo que hiciera fuese en función de perjudicarme. Primero la mudanza, sabiendo lo que me cuesta adaptarme. ¿¡Y ahora una escuela religiosa!? De verdad estoy muy enojado. Y me voy a encargar de que este pueblecito de mierda se entere...
(Narra Ray)
Acabo de llegar de la escuela. Mamá me dijo que Gerard llamó varias veces preguntando por mí. Pasé toda la tarde fuera, ni siquiera he almorzado todavía y ya son las cinco. Extrañamente, nadie ha hecho preguntas. Incluso cuando los hermanos Way se marcharon sin previo aviso, parece como si nadie notara su ausencia. Ni siquiera los profesores se extrañaron con su inasistencia. Eso por un lado me duele, pero por otro, viendo el vaso medio lleno, me evita tener que dar explicaciones. Hace un momento Gerard volvió a llamar y le pedí a mamá que le dijera que no estoy. Prometí que me contactaría con él lo antes posible para saber cómo iba todo, pero honestamente no quiero hablarle. No puedo. Cada vez que escucho su voz, la culpa me carcome por dentro. ¿Cómo puedo seguir haciendo el tonto? Esto no es una estupidez pasajera, ¡se trata de una muerte! Una de la que, queriéndolo o no, yo estaba al tanto hacía tiempo. Y no dije nada. Eso es lo peor. El sólo considerar la idea de que si no me hubiese callado, quizás su dolor hubiese sido menor de alguna manera, me está torturando. O el pensar en que no les he devuelto nada de la confianza y sinceridad que a lo largo de todos estos años me han brindado. Pero, ¿qué hacerle? Ya no puedo remediarlo.
Ninguno de mis padres me ha exigido explicaciones acerca de por qué llego a estas horas, qué me ha sucedido, cómo me siento, por qué no quiero hablarle a Gerard, dónde he estado o con quién. Supongo que ya se habrán dado cuenta de que no es demasiado apropiado ponerme bajo presión ahora. Sinceramente, ¡siento que estoy a punto de estallar!
Mi móvil está sonando. Obviamente, es Gerard. Lo observo vibrar en la mesita de noche de mi habitación y me debato entre responder o no. Lo tomo entre mis manos, pero no respondo. No tengo el coraje. Lo vuelvo a dejar en su sitio y me tiro en la cama. ¿Cuándo fue que me convertí en un hijo de puta? Niego con la cabeza y me muerdo el labio inferior. El celular vuelve a sonar. Es la notificación de un correo de voz. Mi pecho se comprime antes de escucharlo: "hola Ray, ¿cómo estás? He llamado a tu casa varias veces, tu madre me dijo que no estás, pero hay algo que me hace pensar lo contrario. Así que... ¿¡Qué carajos te ocurre!? ¿Estás molesto conmigo o Mikes por algo? Te necesitamos. Devuélveme las llamadas, estoy seguro de que las has recibido." La voz de Gee sonó muy molesta. Evidentemente, estaba irritado. Posiblemente las cosas no hayan salido muy bien en Belleville, y eso sumado a todo lo que pasó y a mi reciente "desaparición de la faz de la Tierra" deben traerlo como una fiera. De repente tengo un impulso, y por inercia o algo parecido decido seguirlo. Disco el número de Gerard y le llamo. Me atiende al segundo tono.
Gerard:-¡Mierda Ray! ¿En dónde diablos te has metido?-Me espeta furioso.
Ray:-Bueno, yo... Uhm...-No me da la oportunidad de responder y prosigue.
Gerard:-Estamos muriéndonos aquí, te lo juro. Y si no hubiese logrado dar contigo, posiblemente hubiese terminado suicidándome con una sobredosis o algo parecido.-Habla velozmente y en un tono algo violento, más que eso, nervioso.
Ray:-Bueno, cálmate y me cuentas. ¿Qué anda mal?-Suspira profundamente al otro lado del teléfono.
Gerard:-Todo.
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Mama, we all go to Hell
Fanfiction"Oh! dolor, este mío. Pero dejádmelo que de mí el se nutre y yo de él vivo". Mi nombre es Mikey Way y voy a contarte mi historia. Bah, no toda ella, eso sería imposible. Pero sí una parte, la que considero que más me marcó y quizás, la más dolorosa...