CAPÍTULO 21: "A LOVE LIKE WAR"

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  "Amar es destruir. Ser amado es ser destruido."

(Narra Frank)

Alex llega a casa cerrando la puerta principal de un golpe.
Frank:-Hola Alexz, también me alegro de verte...
Alexz:-No me fastidies, ¿sí? No hoy.
Frank:-¿Qué tienes?-Ella deja la mochila en el piso y se larga a llorar.
Alexz:-Los chicos son unos imbéciles.-Deja una breve pausa.-Y también lo soy yo.
Frank:-¿Qué pasó? Si algún chico se burló de ti, dime quien fue porque juro que cuando le ponga las manos encima...
Alexz:-No, no es eso.
Frank:-¿Entonces?
Alexz:-Nada, olvídalo.
Frank:-No, quiero saber qué es. ¿Apareces aquí llorando y quieres que simplemente lo ignore?
Alexz:-Cosas. Cosas que me pasan por tonta.
Frank:-¿Qué clase de cosas?-Ella suspira, secándose las lágrimas con los puños de su abrigo.
Alexz:-Que soy crédula. Que me encariñé con un chico que sólo jugaba conmigo, y que no siente más por mí que lástima. Que soy una ridícula y una puta barata. Y que soy una estúpida por pensar que alguien podría...-Su llanto se intensifica y la envuelvo entre mis brazos cuando esconde su rostro en mi pecho. Permanezco en silencio durante algunos segundos mientras se calma un poco.
Frank:-¿Entonces ese tal Ray no era "sólo un amigo", cierto?-Ella calla. -Entiendo. ¿Al menos podrías decirme qué pasó?-Baja la mirada y niega con la cabeza.-¿Se quiso pasar contigo?
Alexz:-No, ¡claro que no!
Frank:-No lo sé, yo no lo conozco, tenía que preguntar. Bueno, ¿pero quieres que hable con él?
Alexz:-No todo se resuelve a los golpes, Frank.-Se queja.
Frank:-No voy a pegarle, sólo quiero que esté al tanto de que hay alguien que cuida tu espalda, es todo. Aclararle las cosas.
Alexz:-No, déjalo así. Lo arreglaremos... O lo terminaremos de romper... Como sea.-Frunzo el labio inferior, bastante disconforme.
Frank:-¿Qué puedo hacer entonces? ¿Cómo puedo ayudar?
Alexz:-No hagas nada, estando ya me ayudas, ¿sí? Mantente al margen de esto, es una tontería. Estaré bien.
Frank:-¿Segura?
Alexz:-Segura.-Vuelvo a abrazarla y beso su cabeza, aún sin poder evitar sentirme impotente, furioso. No importa lo que pase conmigo, nunca importó. Pero Alexz... Ella es mi hermanita, ella es mi princesa. Nadie puede, nadie DEBE hacerla sufrir. ¿Y ahora simplemente aparece ese idiota y la desmerece? Bueno, estoy convencido de que va a volver por aquí en algún momento, y para entonces, estaré esperándole con una sorpresita...

(Narra Mikey)

Regreso tarde en la madrugada. Mamá duerme, Gerard está encerrado en su pieza. No hubo llamadas, ni preguntas, ni reclamos. No hubo preocupaciones de nadie, de ningún tipo. Creo que si hubiera pasado la noche fuera, siquiera se habrían enterado. Justo ahora recuerdo aquellas veces en que me quejaba porque mis padres siempre estaban fastidiando, queriendo saber dónde estaba, con quién, qué hacía, a qué hora regresaba, etc. Ahora, uno de ellos está muerto. Y el otro está aún mucho más lejos.
Si tuviera que describir con una analogía cómo me siento en este momento, diría que soy un pequeño barco a la deriva en medio de un océano calmo. No hay peligros, no hay miedos, no hay nada. Todo es quietud, silencio, soledad. ¿Y qué sentido tiene? ¿De qué sirve que la superficie esté quieta, si debajo aún hay remolinos? Que todos permanezcan en silencio no significa que no haya ruido. Que todos hagamos como si no ocurriera nada, no hará que efectivamente sea así. Pero, ¿qué puedo hacer? ¿Qué debo hacer? Subo las escaleras sin más y me acuesto a dormir, pero no pasan ni diez minutos cuando golpean a mi puerta. Es Gerard, y ha golpeado, lo cual ya es bastante extraño. Le digo que pase. Le veo con rostro interrogante. Él carraspea y tarda un momento en tomar la palabra.
Gerard:-Y bien, ¿cómo estuvo tu día?
Mikey:-Bien, supongo...-Asiente con la cabeza.
Gerard:-¿Sólo así, bien?
Mikey:-Sólo así. ¿Por?
Gerard:-No, por nada.
Mikey:-Ya, pero no venías a eso, ¿o sí?
Gerard:-No. El caso es que-el caso es que la doctora sabe que no has estado ingiriendo tus píldoras, así es que ahora nos ha mandado a darte inyectables.-Permanezco en silencio un momento y le miro directo a los ojos, apelando al amor que siente por mí.
Mikey:-Pero no vas a hacer eso... ¿cierto?
Gerard:-Sé cuánto odias las agujas, yo las odio más que tú, pero no hay de otra.
Mikey:-Por favor, no hagas eso. No te unas a ellos, no tú, no ahora. No después de todo lo que hemos vivido.
Gerard:-No me mires así, sabes que me matas. En verdad lo siento, pero no puedo. ¿Por qué no tomaste las píldoras? Me lo habías prometido, ¿recuerdas?-Su voz no suena a reclamo, más bien a decepción, tristeza. Deja una breve pausa, como para darme tiempo de transportarme a un momento que de todas formas recuerdo muy bien.-Me lo prometiste. Y yo creí en ti. Pero no lo hiciste. Ahora no hay opción.
Mikey:-Miente. Hazlo por mí. Sabes que nada va a pasarme. Sabes que estoy loco, pero no soy un psycho. Todavía hay autocontrol en mí, puedo lidiar con esto.-Baja la mirada y niega con la cabeza.
Gerard:-No lo sé, no puedo saberlo. Y no estoy dispuesto a correr ese riesgo.-Saca una jeringa cargada y se acerca a mí.-Será rápido, ¿sí? No lo hagas más difícil.
Mikey:-No, ni modo. Aleja esa cosa de mí.-Le espeto en tono autoritario retrocediendo algunos varios pasos.
Gerard:-Es sólo para evitar los ataques de pánico, no te hará nada.
Mikey:-No quiero que pongan eso en mi cuerpo, no quiero, no lo necesito. Estoy haciéndolo bien solo.
Gerard:-No, no es así. Pudiste haber muerto con lo de ayer, ¿entiendes? Pudiste haber muerto. Esto no es un juego, no podemos correr el riesgo.-¿Qué pasó ayer? ¿En realidad debería saberlo, o estaré mejor así? La duda me está matando lentamente. Necesito saberlo, necesito saber qué pasó.
Me arrincona y sostiene mi brazo con fuerza, y aunque me sacudo, logra colocar la aguja allí. El dolor no es mucho ciertamente, es algo mucho más psicológico, claro. Pero no quería. No quería drogas. No las quiero. No importa si duele, quiero tener el control. Quiero poder hacerlo por mi cuenta.
Gerard:-¿Lo ves? No era para tanto. Buenas noches.
Mikey:-Gerard...-Él voltea mientras me froto el brazo.-¿Cuánto tiempo tendremos que hacer esto?-Tarda un buen rato en responder.
Gerard:-El que los doctores determinen. Aún no han dicho nada.
Mikey:-¿Qué están esperando?
Gerard:-A que hables con un psicólogo... Y un psiquiatra.
Mikey:-No puede ser, ¿otra vez? ¿Después de tantos años?
Gerard:-No me mires a mí, fue tu ataque el que desembocó en esto. Ataque que probablemente no habrías tenido de estar ingiriendo las pastillas... Buenas noches.-Reitera, para dar por finalizada la conversación.
Mikey:-No crees que puedo hacerlo, ¿cierto? Controlarme, llevar una vida normal, como tú.
Gerard:-Calla Mikey, no sabes lo que dices, en serio, ya vete a la cama.
Mikey:-No, quiero que respondas. ¿Crees o no que algún día llegue a ser como tú?
Gerard:-Si lo creo, no lo sé. Pero no lo quiero. Sé como prefieras, pero nunca Mikey, nunca, seas como yo.-Responde en tono seco y se marcha sin más.¿Qué se supone que significa eso? Sé que mató a papá, lo tengo. Pero eso no le impide llevar una vida normal, y tampoco está loco. ¿Por qué decir eso, entonces? No termino de entenderlo...
-Te dije que iría corriendo a contárselo...-Volteo ya sin sobresaltarme al oír la voz de Harley.
Mikey:-Hasta que al fin te dignas a venir, ¿no? Creí que ya no lo harías.
Harley:-Te dije que nunca te abandonaría, pero tú insistes en pensar que lo haré. Dime, ¿acaso alguna vez te he mentido?-Niego.-Entonces créeme. Puede que me marche algún tiempo, pero siempre regreso.-Por un instante, me siento culpable de prejuzgarla de esa forma, pero luego vuelvo a sumirme en mis propios pensamientos.
Mikey:-¿Qué ha pasado?-Ella guarda una breve pausa y alza el entrecejo.
Harley:-¿No lo sabes?
Mikey:-No recuerdo nada desde que Gerard se enteró de que le di una bofetada a mamá. Hay muchas cosas en esta historia que no tienen sentido, necesito saberlo.
Harley:-No, no es así. Que quieras saberlo, no significa que lo necesites. ¿No te parece que si tu mente bloqueó esos recuerdos, fue por alguna razón? Créeme, a veces es mejor no saber.
Mikey:-No me vengas con esas mierdas, hablo en serio. Tengo que saber qué mierda pasó, y estoy seguro de que tú puedes decírmelo, así que habla de una puta vez.-Mi tono de voz se eleva casi sin que me dé cuenta y le sacudo un poco por los hombros. Al caer en la cuenta de ello, la suelto y permanezco viéndole, esperando, no sé qué, pero a sabiendas de que Harley odia la violencia. Me mira un instante, baja la vista y sus ojos lucen tremendamente tristes, como si fuese a llorar, mas no llora. Harley no llora. Nunca.
Harley:-Bien entonces. ¿Quieres saberlo? Lo sabrás. Tu hermano se puso como fiera y te apalizó como si fueras un animal, como si se tratara del ser que más desprecia sobre la faz de la Tierra. Primero arremetió contra tus cosas, y luego comenzó contigo. No importa lo que diga, te odia por haberle hecho daño a su madre. Y dijo cosas horrribles...-Se detiene un momento y mi mente se translada automáticamente a ese momento, recordando todo con una claridad espeluznante.-Pero creo que eso lo sabes mejor que yo, ¿no es así? Sus palabras... Las recuerdas, ¿cierto? Demente, egoísta, ridículo...-Niego con la cabeza varias veces, aún con la vista perdida cuando mis ojos se inundan de lágrimas.
Mikey:-Ya para Harley, para.
Harley:-Repugnante, penoso, engreído, golpeador...
Mikey:-¡Basta!-Esta vez, es ella quien me sostiene por los hombros y me hace verle al rostro, un rostro particularmente horrible, tenebroso, malévolo, monstruoso. O eso veo yo.
Harley:-No me busques Mikey. Yo también tengo caras horrendas, y no te conviene meterte con ellas.-A los segundos me suelta y esboza una sonrisita dulce, como si nada, pero no estoy en ello. Mi mente está siendo bombardeada de imágenes y sonidos y pensamientos y emociones. Los recuerdos me golpean duro, siento como si algo dentro de mí se rompiera. Pero hay uno de ellos que predomina sobre los demás: asco. Desprecio por mí mismo. Por lo que soy, por cómo luzco, por lo que siento. Por las cosas que digo y hago, y aquellas que desearía hacer, pero permanecen sólo en mi cabeza. Me odio por no hacerlas, me odio por pensar en ellas. Me odio por existir. Me odio por el daño que le hago a los demás, y por el que me hago a mí mismo. Me odio porque no puedo cambiar, aunque quiera. Hasta me odio por odiarme. Estoy furioso conmigo mismo. Quiero, deseo poder cambiar la historia. Me gustaría despertar un día y que todo fuera diferente. Que yo lo fuera. Me gustaría ser normal, ser como todos los chicos de mi edad. Me gustaría pasar desapercibido. Me gustaría no ser un problema.
Mikey:-¿Por qué hice algo como eso? ¿Por qué no pensé en las consecuencias que mis actos tendrían?-Harley responde sin alzar la vista, entretenida jugando con la falda de su vestido blanco.
Harley:-Porque estás loco.-Su tono no es despectivo, ni lleva lástima o burla, es simplemente un pensamiento en voz alta al que no le da demasiada importancia.-Aún duele, ¿no? Que te lo digan.-Permanezco en silencio y bajo la cabeza. ¿Si duele? ¡Claro que duele! No importa cuántas veces digas las mismas palabras hirientes a alguien, siempre le dolerán como la primera vez, aunque algunos nos empeñemos en hacer como que nos da igual. Lo cierto es que aunque estés completamente destrozado por dentro, siempre puedes romperte un poco más, y eso es algo que aún llevará unas encarnaciones más que la gente entienda.
Mikey:-Ella... Ella dijo cosas horribles cuando discutimos, tú la oíste...-Se queda en la misma posición, aún sin verme.-Me acusó, me insultó, se burló de mí. Fue injusta conmigo, como siempre. Fue perversa y retorcida...-Giro hacia ella, mas continúa inmóvil.-O lo imaginé...-Fuerzo mi mente, intentando distinguir sin éxito aunque sea con un poco de claridad la realidad de la fantasía.-Debo haberlo imaginado. Suelo hacerlo, ¿no? Mírate a ti...-Me siento lentamente en la cama.-Tal vez ella no hizo nada de eso, tal vez mi mente está jugando conmigo como siempre. ¿Cómo saberlo? No tengo ningún referente de la realidad, no puedo confiar en mis sentidos ni en mi lucidez.-Harley aún juega dulcemente con su vestido, mientras tararea una canción.-Estoy completamente loco.

Mama, we all go to HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora