"No puedes arrancarle un capítulo a tu vida. Entonces, ¿por qué no quemar todo el libro?.."
(Narra Ray)
Estoy cansado. Mis párpados pesan, me cuesta un esfuerzo sobrehumano mantener los ojos abiertos. Creo que no dormí una hora corrida por culpa de las malditas pesadillas. Bah, LA pesadilla, mejor dicho, ya que se trata de un sueño recurrente. Lo mismo de siempre, claro. Julliette Collingwood huyendo de un captor con un cicatriz en la mano del cual nunca puedo ver el rostro. Aunque esta última vez, hubo una variante: el sueño comienza temporalmente antes. La chica está en un lugar con decoración antigua con una especie de diario entre las manos, uno que abre y que está lleno de fotos de chicas de alrededor de su edad con anotaciones que no llego a leer. El captor abre la puerta de la habitación y la ve, cuando ella le grita: "haré que todos sepan lo que nos hiciste. El pueblo entero verá este diario, se los contaré todo y entones te pudrirás en prisión." Cuando él intenta detenerla, ella sale corriendo hacia el bosque, donde todo transcurre como siempre. Y él aún no la alcanza... Me siento totalmente agotado y abrumado. Soy incapaz de analizar las pistas con el malestar general que tengo. Es más, hoy no he ido a la escuela. Les dije a mis padres que tenía un fuerte dolor de cabeza y me dejaron quedarme. De todos modos, no he vuelto a intentar dormir, no quiero. No es porque la pesadilla me asuste, sino porque me produce una sensación horrible. Cuando despierto, no puedo moverme. Por más que les dé la orden a mis músculos, no obedecen. Durante varios segundos estoy así, inmóvil, y encima sintiendo que me ahogo, como si me hubiese atragantado con mi propio corazón, que late tan fuerte, que parece va a estallar en mi pecho como una bomba de tiempo. Luego, todo pasa, y solo estoy yo, sudando en una silenciosa habitación a oscuras. Siempre imaginé que así debía sentirse uno segundos antes a la muerte, pero esto es aún peor; porque nunca termina, porque la próxima vez que me duerma, pasará de nuevo, y de nuevo, y de nuevo...
Me sirvo la quinta taza de café de la tarde y tomo el diario con los apuntes de todos los datos que tengo relacionados con Juliette, desde los sueños hasta su aparición en el bosque, cuando alguien golpea a mi puerta. Me pongo de pie y la abro de mala gana. Abro los ojos enormes al encontrarme de frente con Gerard.
Ray:-¿Qué haces tú aquí?
Gerard:-Tu madre me dijo que habías faltado a clases, así que decidí venir a ver cómo estabas. Iba a avisarte, pero no respondiste mis mensajes ni cogiste ninguna de mis llamadas, así que...
Ray:-Exacto. ¿Y no se te ha ocurrido que tal vez es porque me importas una mierda? Si mal no recuerdo, tú fuiste el que dijo que quería verme, ni hablarme, y me echó de su casa.- Él cierra los ojos y baja la cabeza.
Gerard:-Okay, sí, tienes razón. Por eso estoy aquí. Déjame pasar y te explico.
Ray:-¿Por qué habría de hacer eso?
Gerard:-Porque eres mejor persona de lo que dije hace un par de días que eras.
Suspiro y me hago a un lado para dejarle ingresar a mi pieza, que está hecha un caos, claro. Él pasa. Cierro la puerta a mis espaldas y lo miro impaciente.
Ray:-¿Y bien?
Gerard:-Quiero que hablemos.(Narra Frank)
Se cumplen las cinco de la tarde en Belleville con lluvia, para variar. Y me siento terrible. Los últimos meses han sido una completa broma; nunca había llovido tanto en este pueblo de mierda, y justo ahora que mi vida se pone peor que de costumbre, los diluvios son cosa de todos los días. Claro que eso no me hace ninguna gracia. Sin embargo, hoy no estoy enfadado como la mayoría del tiempo. Simplemente, me siento triste. Tan triste, que me es imposible ponerlo en palabras, pero me duele en todo el cuerpo. ¿Por qué todo es un completo desastre? ¿Por qué estoy vivo? ¿Qué es lo que me depara el futuro? En primer lugar, ¿tengo uno? A veces simplemente me gustaría viajar en el tiempo hasta el momento en que fui concebido para golpear a quien algunos llaman "mi padre" en el rostro y obligarlo a ponerse un forro antes de follar con la puta barata de "mi madre". Porque ella siempre lo fue. Una puta, claro. ¿Cuántas veces la vi bajar de autos de extraños a la vuelta del trabajo o con obsequios costosísimos en los que su marido nunca gastaría el dinero que, obviamente, le sobra? Miles. He perdido la cuenta. Pero nunca dije nada. ¿Y por qué? Porque, a pesar de todo, la quería a la muy miserable. Porque no tenía ninguna intención de ver cómo su marido la estampaba contra la pared. Porque odiaba (odio) verla llorar. Y en especial, porque sabía que mi padre era un completo imbécil y creía que ella tenía derecho a ser feliz de cualquier modo. Por eso más que nada es que me duele tanto que se marchara. Porque ella y mi hermana son las dos únicas personas que en toda mi vida amé, y amé hasta que dolió, amé hasta casi enloquecer, amé hasta que dejó marcas en mi cuerpo por interponerme entre ellas y el monstruo con quien vivimos. Me duele porque me traicionó. Me duele porque fue mi razón en vida y muerte, y ella simplemente me arrojó a un lado como a cualquier objeto obsoleto, peor que eso; también lo hizo con Alexz.
Debí haberlo sabido. Querer a alguien no sirve de nada. El amor que sientes por los demás es siempre lo que termina matándote. ¿Quién tomaría en serio algo inmaterial, tan complejo y escurridizo como el amor? ¿Quién además de mí? Pero, ¿qué pasaría si ella solo tuviera una idea de lo importante que me es esa mierda? ¿Qué pasaría si supiera que creen en eso fue lo único que me mantuvo con vida a lo largo de estos diecisiete años? ¿Haría un esfuerzo por quererme entonces? ¿Por fingir, aunque sea? ¿Y mi padre? A veces me pregunto cómo debe sentirse ser amado. Bah, yo sé que mi hermanita me ama, me doy cuenta sin que diga nada. Pero me refiero a otra clase de amor. Me refiero al amor extremo, al amor que yo siento, al amor de una persona que puede y está dispuesta a defenderte y cuidarte con su vida, al que naturalmente sienten los padres por sus hijos. Y, en este momento, la pregunta cambia. No quiero saber qué se siente ser amado; quiero saber cómo se siente ser protegido, tener con quién contar cuando todo se desmorona. Quiero sabe qué se siente vivir sin miedo.
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Mama, we all go to Hell
Fanfic"Oh! dolor, este mío. Pero dejádmelo que de mí el se nutre y yo de él vivo". Mi nombre es Mikey Way y voy a contarte mi historia. Bah, no toda ella, eso sería imposible. Pero sí una parte, la que considero que más me marcó y quizás, la más dolorosa...