-Capítulo 1.

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—Capítulo 1.



Lunes por la mañana, amaba los lunes, la mayoría de la gente los odia, pero a mí me encantaban. Me preparaba para ir a trabajar, la verdad es que me gustaba mi trabajo, era algo tedioso, muchas horas, personas con las que no me llevaba muy bien que digamos, sueldo bueno, me bastaba. A veces me preguntaba seriamente que hacía en ese lugar, luego lo recordaba, necesitaba "experiencia". En fin, me vestía para ir a trabajar, por una parte era bueno, debíamos vestirnos todos de negro. Opte por un crop top de manga larga, una falda tipo lápiz a la cintura, unos botines de tacón corrido negros y accesorios rojos al igual que mis labios, mi cabello era largo hasta la cintura y ondulado por sí solo, decidí dejarlo al natural.

— ¡Jane, baja a desayunar! —Grito mi madre desde la cocina.

Baje lo más rápido que pude, mi hermana y mis padres estaban sentados desayunando.

—Buenos días. —Les dije. Me respondieron igual. —Má, quizá llego un poco tarde.

— ¿Y eso porque? —Pregunto sin mirarme.

—Saldré con Harry al cine.

—Bien. Lleva un suéter, dijeron que va a llover. —Me miro por arriba de sus gafas.

—Mamá, hacen como 25°, no va a llover. —Dije dando un bocado grande a mis cereales.

—Si llegas mojada no será mi problema. —Meneo la cabeza algo disgustada.

Seguí desayunando en silencio. — ¿Quieres que te lleve? —Me pregunto mi papá leyendo el periódico.

—Claro, iré a lavarme los dientes, ya bajo.

Corrí hasta al baño y me cepille rápidamente los dientes y luego baje corriendo.


(...)


Los lunes había un poco de movimiento en el trabajo, mucha gente con mucho dinero. Algunos que son tan groseros y otros tan amables. En Percy & Reed Salón siempre había trabajo.

—Jane, tienes una cita. -Me aviso Mike, el recepcionista.

—Gracias, M.

Camine hasta el tocador donde me tocaba trabajar. En la silla estaba sentado un moreno, sexy, espalda ancha, ojos preciosos, pestañas kilométricas y sonrisa que mata. Y era todo mío.

—Amor, ¿qué haces aquí? —Le pregunte a Zayn, mirándolo por el reflejo del espejo.

—Necesito un corte, bebé. —Nos sonreímos.

—Sabes que puedes ir a mi casa, no necesitas pagar un montón de dinero solo por venir aquí.

—Lo que pasa es que vine con tiempo justo porque sé que sales a comer a las dos, para que cuando termines mi corte, pueda llevarte a comer. —Me guiño un ojo y sonrió abiertamente.

Comencé a cortar su cabello, en cuarenta minutos estaba peinado y listo para irse.

—Iré por mi cartera, te veo en la recepción. —Le dije antes de dirigirme hacia el comedor para empleados. Tome mi cartera y camine firme hacia mi novio, quien hablaba animadamente con Mike. —Lista cariño.

—Nos vemos Mike.

—Hasta luego. —Nos sonrió, y salimos a las concurridas calles de Londres. — ¿Qué quiere comer mi princesa?

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