La Boda (Part.2) (TVD) (delena) (luna Llena)

Capítulo 1: Bienvenida

ELENA

Estaba en el asiento de copiloto del auto de Damon, íbamos de regreso a Mystic Falls. Estábamos por llegar ya que los vuelos de España hacía aquí habían estado relajados y sin retraso alguno.

El auto de Damon se había quedado en el aeropuerto cuando tomamos el vuelo para España, por lo que ahora no tuvimos que batallar para ir de regreso a Virginia. La gira en busca de Stefan había terminado por fin y yo me encontraba tan exhausta que no me cabía en la cabeza el hecho de que hubiesen pasado dos meses.

El reflejo del sol en mi anillo, me dio en la cara y no pude evitar sonreír; dentro de todo el caos, Damon encontró la manera de sacarme siempre una sonrisa, pero la maravilla que había explotado en mi pecho cuando me dio el anillo de rodillas no se comparaba con nada.

—¿Por qué esa sonrisa?¿Ya notaste el mini letrero que dice "hecho en china"?—Su tono irónico me sacó una risa llena de burla. No sabía mucho de joyas, pero estaba completamente segura de que los diamantes de fantasía no brillaban como lo hacía mi anillo.

—No, tonto—Le sonreí y extendí mi mano hacía él, la tomó con delicadeza y depositó un beso en ella—Sí alguien te hubiera dicho hace unos cinco años que te casarías, ¿Cómo habrías reaccionado?¿Qué hubieras dicho?

Entrecerró sus ojos e hizo cara de que estaba pensando, después me sonrió.

—Con sinceridad, creo que me hubiera burlado en la cara de quién se hubiera atrevido a suponer eso. No era muy sentimental y tampoco me sentía con la capacidad de llegar a serlo de nuevo algún día; una boda, una familia o tan siquiera una amistad no formaban parte de mis planes.

—¿Y te arrepientes de ya no ser así?—Frunció el ceño con molestia y negó con la cabeza de inmediato.

—Por supuesto que no, era un hombre vacío, aburrido y sin rumbo. No deseo por nada del mundo volver a lo que era y mucho menos sí eso quiere decir que tengo que perderte.

—¿Y también te gusta saber que te haz vuelto un cursi? Recuerdo que un día me dijiste que eso no era tu estilo—Soltó una risa nostálgica.

—Me lo preguntaste cuando estaba casi muriéndome por la mordida de hombre lobo, eso no se vale, tramposa—Sonreí sin despegar mi vista de él, esperando una respuesta—Sí me gusta sí es contigo, no veo motivo para sacar mi turbio lado dulce con alguien más que no seas tú. ¿Pero que hay de ti?¿Tú que hubieras contestado sí alguien te hubiera dicho que al final te terminarías casando conmigo y no con Stefan?

—¿Yo soy la tramposa?—Sonrió con burla sin despegar su vista del camino, hizo un movimiento con la cabeza para que hablara—Pues, para ser sincera...No me habría gustado escuchar aquello, yo no te odiaba, pero tampoco eras mi persona favorita—Deje salir un pesado suspiro y después volví a sonreírle—. Sin embargo, ahora todo es muy diferente y sí me preguntan, no me arrepiento de nada de lo que ha pasado entre nosotros; soy muy feliz a tu lado y a veces siento que estoy soñando, me da miedo que un día despierte y tú no seas real, así de bien me siento contigo.

Sonrió y miró la ventana por unos segundos, alzó las cejas en un rápido movimiento mientras trataba de reprimir una sonrisa.

—Sigues sabiendo como dejarme sin palabras, no esperaba una respuesta tan emotiva—Lo abrace con fuerza y él hizo lo posible por tratar de corresponder al gesto sin descuidar el volante. Besó mi cabeza y sonreí mientras me acurrucaba contra él, su corazón latía con fuerza y podía sentir su respiración acelerada, lo había puesto nervioso—Yo también rezo cada día por no despertar...

Acaricie su pecho y deje que me apretara contra su cuerpo, sentía la calidez y veracidad de sus palabras en mi pecho. Sabía que no mentía y mi corazón saltaba ante el hecho de que después de tanto, al fin había encontrado la fuente de mi perpetua felicidad y lo mejor de todo, él correspondía a mis inesperados sentimientos.