Capítulo 9: Lo que quiero para mi vida

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ELENA

Las duras sábanas debajo de mí junto al aire infestado a desinfectante, me dejaron perfectamente claro en donde estaba. La máquina que estaba conectada a mi cuerpo resonaba con fuerza en mis oídos, mi pulso sonaba de maravilla y l única queja que tenía ahora mismo eran las pulsadas pequeñas que tenía en mi brazo. Abrí los ojos para dirigir mi atención a la zona y vi que se debía a la canalización que le permitía a las sondas llenarme de suero y esas cosas.

Las persianas de mi habitación se encontraban cerradas dejando una penumbra preocupante en la estancia. Mi corazón saltó alarmado al pensar que eso podía deberse a que estaba en transición; ya no tenía heridas ni dolor, no recordaba nada y eso sólo me dejaba con esa única conclusión.

Recorrí cada rincón del cuarto, a mi lado se encontraba Damon dormido en el sofá reclinable. Se veía bastante cansado, pero la incertidumbre me estaba matando y aunque no hubiera sido mi intención, el sonido de la maquina que marcaba mi pulso acelerándose lo despertaron. El ruido era terriblemente agudo debido al miedo que me hacía acelerar el corazón.

Abrió los ojos con miedo y me miró con sorpresa y preocupación.

—Elena...— El doctor entró a la habitación interrumpiendo lo que fuera a decirme. Se acercó hasta a mi como si lo tuviera ensayado, sin si quiera voltear a ver a Damon, estaba hipnotizado...—Me alegra tanto que hayas despertado al fin, estaba tan preocupado—Tomó mi mano y la beso con cariño, una sonrisa tierna se atravesó por mi rostro.

—Damon—Tomé su rostro entre mis manos sin poder creer que de verdad estuviera aquí conmigo—No puedo creer que salí viva de eso...que te tengo aquí ahora mismo—Lo abrace interrumpiendo al doctor, Damon exhalo profundamente y se separó lentamente de mí, dejando que el médico siguiera checándome—Porque estoy viva , ¿no?...o yo estoy en...—Trague saliva con fuerza sin atreverme a decirlo, él pareció confundido al principio, pero en cuanto entendió negó con rapidez.

—No, por supuesto que no. Sé lo mucho que hubieras detestado esa salida así que te traje aquí e hicimos de todo por no tener que recurrir a eso. Bonnie encontró la manera de revertir lo que Meredith te había puesto en el cuerpo y logramos darte sangre; sólo estás aquí porque no habías despertado y ya llevabas casi un día inconsciente...

—¿Y Meredith?¿Ella está...viva?—Tomó mi mano y la estrecho con fuerza suficiente para sentir el gesto reconfortante. Negó con la cabeza y media sonrisa.

—En cuanto llegue termine con ella, me dio algo de lucha, pero al final ni así pudo conmigo. Estaba tan enojado que perdí el control total de lo que hice...—Su rostro cambió rápidamente a uno que reflejaba culpa y preocupación— Stefan dijo que apenas deje nada para que tan siquiera pudieran reconocer su cuerpo, yo no recuerdo nada hasta que te encontré...y eso me preocupa demasiado, ¿Qué clase de cosas soy capaz de hacer? me aterra que algún día yo...yo te haga daño.

Tomé su mano y la entrelacé con la mía mientras le dedicaba una sonrisa llena de cariño. Negué con la cabeza mientras hacía círculos en su mano con mi pulgar.

—Estoy completamente segura de que no me harías nada que me hiciera daño, te conozco y confío en ti. Ahora mismo sólo puedo agradecerte porque eres la causa de que siga viva; te amo, Damon, y ya nada cambiará eso.

Me sonrió mientras su mirada se llenaba de nostalgia, él ni siquiera tuvo que decirme lo que pensaba, yo lo sabía. No estaba convencido de mis palabras y realmente había temido lo que hizo.

DAMON

Elena y yo platicábamos amenamente mientras comía su cena que le había metido de contrabando. Ella ya estaba completamente bien y le darían el alta en una hora, yo mismo sabía que no tenía nada, pero el tiempo aquí es lo único que disfrutaríamos a solas antes de que todos la bombardearan de cuidados y atenciones en cuánto llegáramos a casa. La idea de esperar un poco más aquí incluso era de ella.

La Boda (Part.2) (TVD) (delena) (luna Llena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora