Media verdad.

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Se quedó plantada en la puerta sin querer entrar. Me miraba de manera rara, como si yo no fuese yo, como si estuviese ante un extraño, uno con muy mala pinta, como si fuera un moribundo. Era pena lo que había en su mirada. Salí y cerré la puerta tras de mí. Tragué saliba y tuve ganas de llorar solo de imaginar lo que le podía haber pasado, un acidente de coche o de avión, miles de cosas podían haberle pasado, todas las que imaginé fueron menos dolorosas. Clara me tendió una carpeta con lo que su padre le había dado. Lo que ví nunca salió en las noticias, pero no era ningún secreto. Si hubiera sido un titular de periódico, hubiera sido algo así: "Hombre desaparece sin dejar rastro, deja a su familia atrás, no se halló el cadáver". Tal vez algo largo para un periódico. No decía mucho más, su descripción física acompañada de su foto del DNI, era él, no cabía duda y mi madre tenía que saberlo. Su declaración estaba en la siguiente página, ella afirmaba no saber nada de eso, que llevaban ya varios años separados y que se habían mudado no hace mucho. Quise entrar y gritarle a mi madre, preguntarle por qué me había mentido, pero no lo hice. Me quedé allí quieto un tiempo, no sé cuanto, hasta que el documento desapareció de mi mano cuando Clara me lo arrancó. La miré y nos abrazamos. También quise decirle a ella que la quería, tampoco lo hice. En el documento figuraba la que había sido su vivienda.
-No está ocupada.-me dijo al verme leerla.
-Quiero ir.
Mentí a mi madre diciéndole que me iba de acampada con mis amigos. Clara y yo fuimos a mi antiguo pueblo. Conduje yo. Ella iba repasando los informes de la inspección que le hicieron a la casa de mi padre. Me resultó extraño que su padre le diese tanta información. Tiempo después me dijo que los había robado. Prácticas para su carrera de informática. Ella quería ser como los hackers justicieros -así los llamaba ella- que revelaban cuentas de bancos de famosos y políticos en paraísos fiscales y, en cuanto a trabajar dentro de la legalidad, quería infiltrarse en las páginas de las empresas para corregir los fallos y mejorar la seguridad informática. Yo iba a estudiar medicina, yo no quería ser como nadie, simplemente me gustaba la ciencia y me gustaba ayudar, además, quería especializarme en pediatría, me gustaban los niños. Pero volvamos al coche, Clara empezó a leer en voz alta el informe: no habían encontrado nada en su casa que indicase violencia o un secuestro. A medida que leía, la imagen de se casa surgía en mi cabeza, imaginé cuadros con la foto de mi hermana y yo en las paredes, el periódico sobre el sofá con el crucigrama a medio hacer... Por último, la fecha de la inspección. Y fin. Llagamos a la casa, respiré hondo y entramos.

La historia que nos une.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora