Capítulo 1; "Choque de miradas"

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           Bajé las escaleras con pequeños trotes hasta llegar a la puerta principal de casa. La abrí y salí directa hacia mi coche.

Coloqué bien el retrovisor y observé allí mi reflejo. Busqué entre mi bolso las gafas de sol y me las coloqué, después, hice lo mismo con mi pinta labios rojo.

Llegaba tarde y como no me diera prisa, no me dejarían participar. Apreté los labios, ahora de un color rojo, formando una fina línea. Tenía que irme.

Puse en marcha el coche y, en menos de un segundo, aceleré con un solo objetivo: Llegar a las carreras.

Por el camino no pude evitar sentir miedo por si la policía estaba cerca. Aunque llevara casi un año entero haciendo lo mismo, aquel temor seguía allí. Una parte del anterior yo que quise que desapareciera, estaba escondido.

Derrapé el coche, creando que aquel suelo hecho de tierra formara humo y llamara la atención de los de alrededor.

Encontré fácilmente a aquellos rizos que, durante este año, se habían estado estirando. Edward me sonrió y, junto a él, el chico de grandes ojos azules me dieron la bienvenida.

Los saludé y busqué el cigarrillo que echaba en falta en el día de hoy.

—¿Me das fuego? —pregunté a Edward, el cual asintió y me encendió el cigarro. —Gracias.

Dejé salir poco a poco el humo mientras mantenía la mirada fija en un punto recordando el por qué hacía todo esto.

El punto de partida de mi nueva vida fue el día en el que encarcelaron a Luke. De eso ya había pasado casi un año pero aún recordaba aquel momento con fuerza.

Mis padres decidieron hacer que los odiase en el momento en el que me dijeron que me prohibían visitar a Luke en prisión. Lo había intentado varias veces, ¡incluso me había llegado a disfrazar! Pero eso no importaba. Mis padres se habían encargado de todo, incluso de darles una foto mía a los policías para cuando entrara en misión de hacer visita. Me habían echado unas veinte veces de aquel lugar.

Desde entonces, desde que dejé de intentar colarme; mi actitud había cambiado. En la universidad me conocían como una chica fría y sin emociones pero ellos no tenían ni idea de lo que hablaban.

Me metí en el mundo de Luke porque quería vivir emociones, vivir al límite. Era la única manera de tenerlo a él cerca. Cada vez que apretaba al gas, cada vez que clavaba mis uñas en el volante; sentía que él estaba a mí lado.

Por otra parte, mi cuerpo ardía en busca de venganza. Nunca había experimentado algo así, puede que con el bullying muchas veces tuviera ganas de hacerles sentir lo que yo había sentido, pero en esos instantes a los que me enfrentaba, todo daba igual excepto él. Necesitaba encontrar a Tyler Franco por lo que, aunque no supiera muy bien qué hacer con él luego, estaba tras sus pistas.

Ninguno de los chicos -Edward, Logan, Calum, Mike y Ashton- sabían de mi plan... Aunque aún no existiera mucho de él. Pero había averiguado algo aunque fuera poco. Era un principio, un sitio por donde comenzar y eso ya me valía.

Tyler Franco nunca se quedaba mucho tiempo en un mismo lugar por lo que Bradford se tachaba de mi lista. Lo mejor de todo era que todas las pistas que había obtenido lo traían a aquí, a Sidney. Su nuevo ayudante residía aquí por lo que tenía que rebuscar entre las calurosas calles.

—Creo que ya puedes apuntarte, Nancy. —me avisó, Logan.

Lo miré por unos segundos, necesitaba volver al presente y ganar aquella carrera.

Caminé directa hacia Brad, el cual se encontraba donde siempre y le comenté sobre mi participación.

—Esa es mi chica —me guiñó el ojo y fijó su vista en la línea de meta. Allí se encontraban tres coches. —. ¿Ves a esos tres de allí? —asentí fijándome en cada uno de ellos. —Pues tienes que machacarles.

Ironic: Kamikaze » l.h PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora