Reencuentro

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En lo alto de una colina, apoyado en un árbol yacía dormido un hombre fuerte, de cabello largo y castaño recogido en una coleta alta, vestido con unos pantalones azules bombachos sujetados por unas cuerdas trenzadas a modo de cinturón, unas espinilleras azuladas, unas sandalias de samurai, con el pecho al descubierto, tapado por un pañuelo azul al rededor del cuello que le cubría un hombro y la boca. También poseía su katana y un pequeño recipiente de bambú que usaba para guardar alcohol. Ante los primeros rayos del sol, Yasuo abrió los ojos, sintió el viento venir de frente y los volvió a cerrar para disfrutar de su caricia, a él ya no le quedaba nada, sólo tenía el viento con el que luchaba gracias a las técnicas que desarrolló en la escuela de Jonia. Suspiró y se puso de pie para seguir en su búsqueda por hacer justicia.

Al cabo de horas y horas caminando llegó a un pequeño pueblo, no había oído hablar de él nunca, pero no le dio importancia, ya que Runaterra es bastante grande y decidió ir para comprar algunas provisiones. Cuando terminó de comprar lo más necesario se dispuso a irse, pero se escuchó un enorme jaleo que le llamó la atención. El hombre estaba intrigado, aunque la mayoría de embrollos que se formaban era porque iban a capturarlo y decidió marcharse, pero de nuevo algo lo detuvo.

-¡Atrapad a Riven con vida!- gritó un hombre, parecía ser soldado de Noxus

Eso hizo que Yasuo dejara de andar, ¿era cierto que tenía a Riven detrás de él? Si era verdad cobraría su venganza, por lo que se acercó más al embrollo y fue cuando la vio: agarrando con manos firmes su espada rota en guardia, intentaba escapar de allí. El hombre sabía que la mujer era fuerte, pero un grupo de soldados noxianos de almenos 10 personas eran mucho para ella estando herida y cansada, la capturarían, por lo que decidió ayudarla, después de todo necesitaba llevarla viva a Jonia para demostrar su inocencia.

Yasuo se unió a la batalla comenzando a atacar a los hombres que tenían rodeada a la ex noxiana, y cuando se desicieron de todos el hombre cogió con firmeza de la muñeca a la peliblanca y se la llevó lo más lejos que pudo hasta estar a salvo en una colina llena de árboles. Después de la larga carrera la chica calló muy agotada de rodillas al suelo intentando recuperar el aliento, y al mirar hacia arriba vio al castaño apuntarla con la espada, levantó las manos en señal de rendición y soltó su espada rota.

Yasuo la miró fijamente con odio, después de tanto tiempo buscándola por fin la encontró, y a pesar de saber que tenía que llevarla viva a Jonia para hacer saber que era inocente se planteaba matarla, aquella mujer le arrebató todo lo que tenía, y quería hacérselo pagar. La chica lo miró muy asustada, pero no lo culpaba si la mataba, ya que los horribles recuerdos que tuvo sobre aquella cruel guerra la atormentaban día a día.

-¿Qué te pesa más, Riven, tu espada o tu pasado?- preguntó serio el de la coleta

-Mi pasado, ojalá pudiera cambiarlo- respondió la exiliada recordando aquellos terribles momentos

-Sí, claro, ahora voy y me lo creo

-No me enorgullezco de lo que hice, pero si vamos a discutir sobre lo que pasó más vale que me mates ya y así podré descansar tranquila

Yasuo gruñó entre dientes y alzó la espada preparado para matar a Riven, pero en el último momento se detuvo. La primera razón de por qué no la decapitó fue porque él no veia justo que ella estuviera herida e indefensa, aunque arruinara su vida merecía una oportunidad, y la segunda fue porque debía entregarla al ejército jonio y hacer justicia. Entonces el hombre envainó su katana y ayudó a la mujer a ponerse en pie, pero esta cayó de nuevo y la examinó detenidamente. Riven tenía la pierna destrozada por la batalla, pero había empeorado al forzarla para correr y ponerse a salvo, entonces el moreno sacó de su mochila unas vendas que usó para tapar la herida de la chica impidiendo que saliera más sangre y la montó sobre su espalda (a caballito, por si no me entendeis XD)

Amarga venganza Yasuo x RivenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora