Prisioneros

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La noche pronto pasó, y con el amanecer de un nuevo día se veía tierra firme. Varus avisó a todos los tripulantes que en breve desembarcarían y éstos recogieron sus cosas para después salir a la cubierta. El dueño del barco peanecía en el timón con Gnar sobre sus hombros a cucurumillo, Yasuo y Riven se apoyaron en la valla del barco cogidos de la mano, y Yi estaba recostado al lado de una pared mirando que era el único que no tenía compañía.

-Necesito una novia- dijo Master suspirando con tristeza

-No te pongas así, Yi, ya encontrarás a alguien que te quiera- habló el castaño intentando animar a su amigo

-Para ti es fácil decirlo teniendo a una novia tan guapa como Riven

De repente, un ruido proveniente del almacén de la comida llamó la atención de los presentes. Yi y Yasuo se pusieron en guardia con sus espadas y con cautela se acercaron allí. El maestro fue decidido y entró de golpe en el almacén.

-¡¿Quién anda aquí?!- preguntó serio el hombre

-¡No me hagas daño, por favor, no soy una enemiga!- exclamó una femenina voz alzando la mano de detrás de los barriles caídos

-¡Sal de ahí!

Tras la orden de Yi, la chica salió de su escondite dejándose ver. Era morena de cabello, ojos dorados, sus ropajes eran blanco y rojo, su cabeza era adornada por un par de orejas de perro y poseía nueve colas. Master se quedó embobado al verla, sabía quién era, pero era muy hermosa.

-Tú... ¿Qué haces aquí, Arhi?- preguntó intentando mantener la calma, ya que empezaba a sentir calor por el hecho de que la falda de la zorrita estuviera un poco rasgada

-Yo visité Jonia tranquilamente...- explicó la morena, pero no pudo terminar de decir su frase

-Te pillaron robando, ¿no?

-Seducí a un noble y tras quedarse dormido quise robarle sus pertenencias, pero un soldado suyo me delató. Tuve que huir y al ver este barco me subí huyendo de los problemas

-Siempre te estás metiendo en líos, Arhi. Deberías dejarte esta vida y buscarte a un hombre fuerte, valiente, que te cuide y te mime como te mereces- dijo el hombre sonriendo pícaramente a la vez que se relamía

-¿A un hombre como tú?- sonrió ella coqueta cruzándose de brazos para enseñar aún más escote

-Por ejemplo

-Mmmm... Tal vez otro día

La mujer lanzó un beso al aire del cuál salió un hechizo que dio de lleno a Yi dejándolo hipnotizado de amor. Luego, ella aprovechó para correr, pero al salir del almacén se encontró con la hoja de la espada del imperdonable.

-¿Vas a alguna parte?- preguntó Yasuo mirándola serio

-Anda, Yasuo, qué sorpresa- dijo Arhi haciéndose la tonta

-No engañas a nadie, zorrita- exclamó la peliblanca algo celosa por el tono que usó la morena para hablarle a su novio

-También es un placer verte, Riven

-¡¿Qué me has hecho, estúpida zorra?!- gritó Master más que cabreado

-Sólo te he hechizado, tampoco es para tanto

-¡Chicos, dejad lo que esteis haciendo para luego y ayudarme a amarrar el barco al muelle!- ordenó Varus desde el timón

Todos obedecieron al capitán del barco y lo ayudaron a desembarcar, una vez atracado el navío bajaron a suelo firme y comenzó la disputa sobre el tema de Arhi. Riven no se fiaba de la morena, más que nada porque sabía la fama que tenía ella con los hombres y no quería arriesgarse a que sedujera a Yasuo después de todo lo que habían sufrido por estar juntos.

Amarga venganza Yasuo x RivenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora