Amarga venganza Yasuo x Riven

Aunque me cueste la vida

Riven estaba atada al postel con los ojos cerrados, esperando que el arquero acabara con su vida. Y Varus, tras cargar su flecha al máximo, también cerró sus ojos mientras soltaba lentamente la cuerda de su arco. La plaza se quedó en un completo silencio hasta que...

-¡Enfréntate al viento!- se escuchó un grito potente y apareció un muro de viento que absorvió la flecha

Todos exclamaron de sorpresa. Varus bajó su arco al ver al moreno mirándolo con ganas de asesinarlo, y Riven se quedó atónita. El de la coleta se giró en dirección a la peliblanca, la observó de arriba a abajo y suspiró aliviado de que estuviera bien, ya que le preocupaba no haber llegado a tiempo

-¡Yasuo! ¿Qué haces aquí?- preguntó la chica

-¿No es obvio? Venir a salvarte- respondió el nombrado con una sonrisa

-Pero te matarán

-No quiero vivir si no es contigo, así que te salvaré aunque me cueste la vida

-¡Guardias! ¡Matad a ese traidor para que podamos seguir con la ejecución!- dijo uno de los jueces e inmediatamente un montón de soldados rodearon al espadachín

-¡Eh, un momento! ¡El trato era que si yo me entregaba Yasuo quedaría libre!- se quejó la exiliada

-¿De verdad creías que el imperdonable iba a quedar libre así por las buenas? Lo siento, pero no negociamos con delincuentes, estúpida noxiana

Yasuo gruñió entre dientes mientras se preparaba para atacar y seis guardias se dispusieron a atacarlo, pero una lluvia de flechas les impidió acercarse al hombre. Todos miraron a la dirección de dónde habían venido las flechas y vieron al peliblanco con mirada

-¡Soldado Varus! ¡¿Qué está haciendo?! ¡Tienes órdenes de matar a la exiliada!- protestó el juez

-Esto es una injusticia. Si usted no sigue con el plan yo tampoco lo haré aunque me cueste la vida- respondió el arquero uniéndose a la causa de Yasuo, colocándose junto a él -Ya perdí a mis seres queridos por obedecer órdenes, y no pienso cometer el mismo error dos veces

-¿Puedo unirme a la rebelión?- dijo un espadachín cortando las cuerdas que apresaban a la chica y le dio su espada -Esto es tuyo, guapa

-¿Tú también, Yi?- preguntó Varus sonriendo al ver a su compañero

-Eh, eh. Es Maestro Yi, un respeto- dijo alzando el dedo índice -Y sí, me uno a vosotros. Por cierto, Yasuo, ¿por qué estás empapado?

-Es una larga historia

El juez volvió a dar la orden de atacar, pero un búmeran le dio en la cabeza a uno de los guardias, y tras girarse todos apareció Gnar dando sus característicos saltitos mientras cogía contento su arma, o más bien, juguete

-¡Gnar!- exclamó alegre Riven y el yordle se tiró a abrazarla

-¿Y esto?- preguntó Varus curioso

-También es una larga historia

"Flash Back:

Yasuo se tiró al lago, pensaba llegar a Jonia nadando y no había tiempo que perder, por lo que con rapidez comenzó a nadar. Mientras él nadaba Gnar iba sentado tranquilamente en su espalda, ya que el pequeño se había empeñado en ir con él. El de la coleta nadó hasta que se hicieron las 12 de la noche, pero ya no se movía con tanta fuerza, estaba muy cansado y el sueño empezaba a dominarlo, hasta que en un momento dado se quedó flotando boca abajo, dormido.

Gnar se dio cuenta y le cogió de la coleta para levantarle la cabeza. Se puso a gritarle al oído para que se despertara, pero no había manera. Así que se le ocurrió la idea de tirarle del pelo con una mano y con la otra del hombro derecho hacia atrás para poder ponerlo boca arriba, y tiró con todas sus fuerzas hasta que lo consiguió, pero se cayó al agua.