Capitulo 4

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Esa noche Noa se quedo a dormir. La extrañe tanto que no pude permitir que se fuera temprano. Mi papa se alegro mucho cuando llego del trabajo y vio a Noa junto a mí. Ella prácticamente vivo en mi casa todos estos años, creo que mi papa la quiere igual que a una hija y siempre la sentí como una hermana en lugar de una amiga. Cenamos los tres juntos y mi papa no paraba de hacerle preguntas, creo que no probó un bocado en toda la noche. Más tarde subimos a mi habitación, me ausente solo un momento para ir al buscar una almohada y cuando volví Noa estaba completamente concentrada en mi celular.


-¿Qué haces?-Le pregunte mientras dejaba la almohada arriba de mi cama.

-No nada-Contesto. Me acerque a ella y tome mi celular sacándoselo de las manos, observe la pantalla y era un mensaje de Ian, los estaba leyendo, levante la mirada y la observe con decepción.

-Lo siento-Dijo agachando la mirada. –Es que... Ian jamás me deja leerlos.

-Creo que no deberías, es algo privado-La rete dejando el celular arriba de la mesa de luz.

-¿Cómo sabes si ni siquiera los abriste?-Pregunto Noa desafiante. Voltee a mirarla y no podía creer lo que acababa de decirme.

-Te dije que no quería hablar del tema-Reproche tratando de tranquilizar la situación. Me observo un momento y movió su cabeza de un lado a otro.

-¿No te das cuenta Zo? No eres la única que esta lastimada-Susurro poniéndose de pie. –Si te tomaras la molestia de leer estos mensajes te darías cuenta –Suspiro y calló por un momento. Suspire con fastidio, no quiero volver a discutir con ella. –Zo... ¿Tú crees que él está contento, que vive de fiesta o algo así por el estilo? Él está igual que tu, o quizás peor.

-Ya esta ¿Si? Ya entendí-Dije enojada. –Si quieres defenderlo hazlo, pero no me convencerás de hacer algo que no quiero ¿Si?

-Yo no quiero convencerte de nada Zo, solo quiero que te des cuenta de que las cosas no son como crees.

-No necesito que hagas eso, y deja de involucrarte o perderás a uno de los dos-Sentencie lo último en un susurro. No quería decirlo, pero es obvio que sucederá, además no quiero que ella este en el medio de una discusión en la que no tiene nada que ver.

-¿Eso es una amenaza Zo? ¿No serás mas mi amiga si sigo juntándome con él?-Pregunto con su rostro algo triste.

-No estoy diciendo eso, solo digo que no te metas en una discusión en la que no tienes nada que ver.

-Está bien, pero recuerda que los dos son mis amigos, y no los quiero ver mal-Y la discusión finalmente termino. Me senté junto a ella y frote mi rostro con las manos, es agotador tener que discutir una y otra vez por el mismo tema. Respire profundo y la observe, ya que su mirada estaba clavada en mí.

-¿Qué?-Pregunte sin entender.

-¿Por qué no los lees?- Pregunto en un tono tranquilizador y sereno. Observe por un momento cada fracción de su rostro ¿Por qué no los leo? Me pregunte. Los ojos se me llenaron de lágrimas.

-La única vez que leí uno de esos mensajes llore durante toda una semana-Confesé en un susurro sin mirarla a los ojos.


Las lagrimas estaban dificultando mi visión, parpadee y las lagrimas comenzaron a brotar, a continuación estaba entre los brazos de Noa sin poder parar de llorar, ella acaricia mi espalda de arriba hacia abajo tratando de tranquilizarme, aunque no lo logra. ¿Por qué no leo los mensajes? Se repetía esa pregunta una y otra vez en mi mente. No sé que duele más, extrañarlo o saber que el también me extraña. No sé si odiar cada estúpido minuto que estuve enamorada de él o cada estúpido minuto que estuve sin él. A veces no se qué hacer, si seguir tirada en la cama llorando o corre hacia él. Lo extraño demasiado, pero no puedo perdonarlo, aun sigue doliendo.


-Zo-Llamo Noa en un susurro para llamar mi atención. –La única manera de poder entender todo lo que paso es escuchándolo.

-No-Conteste casi de inmediato.

-Son solo unos minutos-Insistió Noa tratando de convencerme.

-No-Volví a decir. –Por ahora no quiero escucharlo, solo quiero que deje de doler ¿sí?-Dije entre sollozos.

-Zo no dejara de doler hasta que sepas la verdad-Continuo secando una lagrima que caía. –Y lo sabes.

-Por ahora quiero despejarme ¿Si? No quiero seguir pensando en él-Dije mirándola fijo a los ojos. Noa dejo de insistir, sabe perfectamente que soy igual de testaruda que ella, y solo haré lo que yo quiero cuando quiera.


Al otro día desperté con lágrimas en los ojos. Soñé con él. Soñé que volvía a estar en sus brazos, que nada de esto había sucedido y que nunca me había enojado con él. Fue tan real. Sentí sus manos acariciándome el rostro mientras que sus ojos brillaban con la luz del sol. Ambos estábamos solos bajo un árbol, y el silencio del lugar sigue retumbando en mis oídos.


Mire a mi alrededor, Noa dormía junto a mí y el silencio abundaba en mi habitación, la luz del sol entra por la ventana, es igual que en mi sueño, solamente falta Ian. Voltee e intente volver a conciliar el sueño, pero no logre sacar de mi mente cada fracción de su rostro. Lo extraño demasiado.


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Hoooooola de nuevo :3 Bueno hoy actualice las dos novelas así que tienen para entretenerse :3
AMO-LEER-SUS-COMENTARIOS. Me encanta realmente sus opiniones y la manera en que les gusta la novela :3 muchas gracias y en realidad soy yo la que tiene que agradecerles por seguir la novela de tal manera que estoy subiendo una segunda parte :3

Mi Príncipe Azul [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora