Capitulo 27

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  -No lo hare Ian-Camine unos pasos hacia atrás tomando mi rostro con las manos. De repente sentí un viento frio en mi rostro. Ian abrió la puerta y la cerro detrás de él. Lo observe atónita ¿Me escucho?

-Dímelo en la cara entonces-Dijo desafiante acercándose a mí. –Dime que lo amas, vamos, dímelo en la cara Zo- Me incito con el ceño fruncido, sus ojos están cristalizados, parece desesperado.

-¿Y tú? ¿Amas a Samantha?-Pregunte.

-Yo pregunte primero-Contesto, su rostro se suavizo solo un poco. Realmente no puedo ver del todo su expresión, la única luz que hay en mi habitación es la del velador que está en mi mesita de luz. Ambos no observamos sin decir nada. –No la amo y lo sabes-Dijo rompiendo el silencio. -¿Tu lo amas? Quiero que me lo digas en la cara.

-¿Para qué?-Pregunte, el estruendo de otro rayo retumbo en mi habitación.

-Es muy diferente esperar por una persona que sabes que te ama, a esperar a una persona que sabes que ama a otra-Confeso. Mis ojos se abrieron como platos, no puede estar hablando en serio.

-No tienes porque esperarme Ian, tu tranquilamente puedes hacer tu vida...

-No es verdad...

-Con Samantha...

-No quiero tener nada con ella-Finalizo. –Tú eres a la única que quiero-Declaro. El silencio volvió a la habitación, envolviéndonos a ambos.

–Ian tu... eres libre de hacer lo que quieras, Samantha puede hacerte feliz, si tú la quieres...

-No siento nada por ella- Susurro.

-No hagas las cosas más difíciles-Dije observando el piso completamente apenada. -¿No te das cuenta que esto nos está lastimando a ambos?-Susurre. Ian agacho la mirada y luego volvió a observarme, comenzó a acercarse a mí. .

-Si lo sé-Susurro. –No te imaginas, como me están matando los celos-Admitió mientras se acerca a mí. –Odio que te acaricie, detesto que te haga reír... y me enferma que te bese- Sus ojos están clavados en mí, no puedo evitar ver la furia que hay en ellos, pero al mismo tiempo no puedo creer que Ian me está confesando que esta celoso, jamás lo ha hecho, nunca quiso admitírmelo en su vida. Se detuvo frente a mí, muy cerca. –Sabes... lo difícil que es... estar tan cerca de ti y no poder acariciarte-Su voz comenzó a ser más lenta y grave. Levanto su mano y la apoyo en mi mejilla, dando sutiles caricias con su pulgar. –Verte todo el tiempo y no poder hacerte sonreír-Dijo dirigiendo su mirada de mis ojos a mis labios. –Lo difícil que es estar tan cerca de ti... y no poder besarte-Susurro, su pulgar recorrió mi labio inferior, haciéndome sentir cosquillas en mí estomago. –Quiero besarte-Confeso en un susurro. Comenzó a acercarse a mi lentamente, puedo sentir su respiración, mis ojos se cerraron involuntariamente, y sentí el suave contacto con sus cálidos labios, tomo mi rostro con ambas manos para evitar que me aleje, levante los brazos posicionando mis manos en sus hombros, estoy atrapada entre sus brazos, lentamente se apodera de mis labios, puedo sentir la necesidad y el deseo en sus labios, me falta el aliento, otra lagrima cae por mi mejilla y fue cuando simplemente reaccione. Extendí mis brazos alejándome de él. Paso todo muy rápido. Agache la mirada antes de que me plantara otro beso, en ese momento él me soltó, tomo mi barbilla para levantar mi rostro pero lo esquive, di un paso hacia atrás evitándolo.

-Zo no tienes por qué arrepentirte, lo dos sabemos lo que sentimos...

-Ian quiero que te vayas-Susurre. Otro estruendo se escucho. Él me observo por un momento.

-Pero Zo...

-Quiero que te vayas-Finalice señalando la puerta que da al pasillo. Él me observo con sus enternecedores ojos cafes. Mordió su labio inferior y observo la puerta.

Mi Príncipe Azul [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora