Capitulo 12

479 45 3
                                    

  Me limite a ignorarlos a todos. No es lindo cuando la historia se confunde, resulta que ahora yo soy la mala de la película y la verdadera malvada es la buena. Seguro que todos están detrás de ella consolándola. Estúpida-Dije en un sollozo. En mis ojos colman las lágrimas, ya no puedo soportarlo. Entre a mi habitación y di un portazo. Sin dudarlo me lance sobre la cama y hundí mi cabeza en la almohada. ¿Por qué tenía que nombrarlos? ¿Por qué tenía que hacerlo frente a todos? Les muestra a todos una máscara, escondiendo su verdadero yo. Lo está haciendo, está comenzando su jugada. Yo lo sabía, sabía que no iba a quedarse de brazos cruzados sabiendo que no tendrá nada de la herencia si me caso. Esto será una verdadera lucha, y eso que solo llevo dos días.


-Zoe-Escuche a mi papa del otro lado de la puerta. –Hija ¿Puedo pasar?-Pregunto. Siempre respetando mi privacidad, siempre amare esa parte de él.

-Ahora no papá-Pude llegar a decir.

-¡ZOE!-Dijo mi mama que sin preguntar abrió la puerta y entro en mi habitación. Voltee para verla, no puedo creer que ni siquiera golpeara.

-Alicia-Objeto mi papa, todavía, afuera de mi habitación. –No puedes irrumpir en su habitación de esa forma-La reto.

-No vengas a sermonearme a mi Luis-Contesto mi mama desafiándolo.

-¡Pueden para ya!-Grite, ambos me miraron desconcertados. –Mamá no es un buen momento para discutir.

-Lo siento, es que...-Se sentó en la punta de mi cama. -¿Cómo pudiste decirle eso a Nicole? Ella no te hizo nada...

-Mama-La interrumpí. -¿A caso no escuchaste lo que ella...-Comencé y la observe por un instante. –Quiero estar sola mama-Finalice recostándome nuevamente, rindiéndome.

-Pero hija-Objetó.

-Pero nada, luego hablamos ¿si?- Observe por un momento como me ponía mala cara, pero finalmente se levanto y se marcho, desde la puerta pude ver como casi se lleva por delante a mi papa, que seguía petrificado junto a la puerta. Me dedico una mirada, conmovedora, de esas que solo los papas saben hacer. Se acerco y tomo el picaporte de la puerta, para cerrarla. -¿No vendrás a abrasarme?-Pregunte con voz de niña pequeña, una sonrisa ilumino su rostro. Cerró la puerta y vino directo hacia mí.

-Creí que querías estar sola-Dijo mientras me abrasaba.

-Sin mama- Un silencio nos invadió por un momento. Mis lágrimas habían cesado, pero el amargo recuerdo amenazaba con hacerme llorar un rato más.

-Hija-Dijo rompiendo el silencio, hice mala cara, seguro que viene un reproche. –No sé, si retarte...-Comenzó con la voz algo decepcionada. –O felicitarte- Levante la mirada y pude ver una enorme sonrisa en su rostro. Me senté en la cama sin entender, tengo los ojos húmedos, pero aun así sonreí. -¿Viste la cara que puso Nicole cuando hablaste de su peso?- Su emoción suena igual a la de un niño contando una travesura. Comencé a reír ante su reacción.

-Sabia que se enojaría-Admití entre risas.

-Aunque-Interrumpió mi risa, Hora del reproche-Pensé. –Eso no está bien Zo.

-Lo sé –Conteste. –Pero ella empezó.

-Lo sé-Dijo algo angustiado. Levanto la mirada y examino mi expresión, con un poco de tristeza, quizás amargura. –Por eso no te estoy retando, simplemente quiero que la próxima vez, ignores lo que diga-Tomo mi mano y comenzó a acariciarla con el pulgar.

-¿Estas asegurándome que habrá una vez más?-Pregunte con una media sonrisa.

-Tú sabes que habrá más de una-Dijo obvio, volví a sonreír, definitivamente tiene razón. El silencio nos invadió, mi papa tiene sus ojos clavados en mi mano, concentrado, pensativo. Con una mirada entristecida, con una pizca de amargura. Mis ojos se entornaron tristes cuando me paso por la mente las palabras de Nicole, creo que él está pensando en lo mismo. –No le des importancia-Finalizo al notar mi repentina tristeza –Ella no conoce ni la mitad de la historia.

-Lo sé-Dije tratando de fingir una sonrisa.

-¿Los extrañas?-Susurro. Deje mi mirada clavada en mis manos, que ahora están entrelazadas. Fruncí el ceño, notando que mis ojos volvían a llenarse de lágrimas.

-Todo el tiempo-Confesé con la voz apenas audible. Secó una lagrima de mi mejilla, no había notado que ya no estaban bajo mi control, sin pensarlo me desplome entre sus brazos, mi papa me abraso fuerte, siento que tengo nuevamente diez años, cuando estaba triste por tener a mis papas separados. Las lagrimas comenzaron a fluir, definitivamente no están bajo mi control. –Todo el tiempo-Volví a repetir. Me quebré completamente. Mientras mi papa acaricia mi cabello intento dejar de llorar. Es verdad, los extraño todo el tiempo, a Noa... A Ian, aunque no quiera. Lo extraño, y lo necesito mucho.

-Quédate tranquila hija, todo estará bien.



La briza veraniega choca contra mi rostro, definitivamente, el balcón es mi lugar favorito en toda la casa. Escucho el suave ruido de la naturaleza retumbando en mis oídos, es tan relajante. Luego de estar apoyada por un buen momento en el barandal del balcón, decido sentarme en el sillón, levanto mis piernas, acomodándome en el pequeño sillón.

Agradezco haber estado viviendo estos últimos ocho años con mi papa, sabe mucho de mí, y agradezco que sea total y completamente comprensivo conmigo. Durante este último tiempo ha hecho el papel de padre y madre, y agradezco que sea de esos que abrazan y simplemente callan cuando no saben que decir, a que sea de esos que dicen le romperé la cara o algo así por el estilo.


-Hola-Dijo en un susurro.

-Hola-Contesto sorprendida al notar que se trataba de Austin.

-Tu papa me dijo que estabas acá-Confeso apoyándose en el barandal del balcón.

-¿Mi papa?-Pregunte sorprendida con una media sonrisa.

-Si-Contesto sonriendo. –Creí que me estaba mintiendo-Soltó junto con una risa. Sonreí y me dedique a observar el paisaje. Incluyéndolo, el sol de la tarde le sienta muy bien. –Quería saber cómo estas – Solté un suspiro y casi con mala gana baje mis pies del sillón, asegurándome de poder alejarme rápido de él si se pone en preguntón.

-Si quieres hablar sobre lo que paso hoy al mediodía...

-No no-Se resguardo. –Nada de eso, solo esperaba un "Bien" para ser sincero-Su respuesta me hizo sonreír. –Dejare de insistir con eso-Murmuro. –En fin, me imagine que no querrías sentarte en la misma mesa que Nicole esta noche-Asentí. –Así que, quería preguntarte...-Dijo algo nervioso. –Si te gustaría cenar conmigo, nada cerio-Se apresuro a aclarar. Observo mi expresión y se sintió más a gusto al notar una chispa de entusiasmo en mí. –Esta noche hay una feria en el centro, no es la gran cosa, pero son divertidas-Comento con una sonrisa avergonzada, soltó un suspiro y volvió a hablar. -¿Qué te parece?

-Amo las ferias- Contesto con una sonrisa. Él soltó aire aliviado.

-Perfecto, ¿Paso por ti a las seis?-Pregunto.

-Claro, pero no llegues tarde-Dije sonriendo.

-Está bien-Sonrió. –Saldré antes, quizás me pierda-Bromeo, ambos comenzamos a reír. Recordé la noche que lo conocí, un simple desconocido que hizo que me olvidara de todo, haciéndome reír con las cosas más tontas. Solo que ahora ya no es más un desconocido, al menos, eso siento.   



-------------------------------------------------------

Buenas tardes :3 Gracias por sus comentarios en el capitulo anterior, y como decidieron este fin de semana terminare con algunos ajustes en la novela y subiré la maratón ¿Que les parece? ¿3 o 4 capítulos? Ustedes deciden . Gracias por seguir la novela :D

Mi Príncipe Azul [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora