Capitulo 5

7K 513 21
                                    

Billy Carmedy

Él regresó.

Me acordé de la historia oficial la que sus padres dijeron a la escuela, que tuvo que irse al rancho de su tío, para ayudar después de que su tío tuvo un ataque cardiaco.

Yo había oído los rumores que flotaban arriba y abajo por los pasillos: que estaba en rehabilitación de drogas, que había huido a California para unirse a una banda de rock, que el se había cogido a una chica de otra escuela embarazándola y tuvo que casarse con ella. Todos estaban poco convincentes.

Nadie sabía a ciencia cierta por qué Aaron Sorensen se había ido todas estas semanas, pero cuando volvió el no era la misma persona. Había desaparecido el risueño muchacho feliz que yo había visto por debajo de mis pestañas. Dejó el equipo de béisbol, salio de los exploradores y lo único extracurricular que hizo parecía ser la iglesia, la iglesia y más iglesia. Fue como si hubiera sido secuestrado por extraterrestres, la mente probada, y su cerebro lobotomizado, y enviado de vuelta. Simplemente no había quedado mucho de aquel Aaron.

Yo siempre había querido conocer a Aaron otra vez, pero simplemente nunca trabajé hasta el descaro de hacer mucho más que decir "Que onda" en los pasillos. Habíamos trabajado en algunos comités juntos, pero nuestros amigos no eran amigos, por lo que nunca hemos andado por allí juntos. Él y yo no éramos semejantes de todos modos. Él era muy religioso, todo atrapado en "La Iglesia". Mis padres no habían sido criados en un ambiente estricto de la iglesia, y aunque ellos asistían en Navidad y Pascua, no ponían presión sobre mí o mi hermano pequeño. Creo en Dios y respeto el derecho de otras personas de su fe, pero tengo cosas mejores que hacer con mi tiempo que preocuparme por ellos. Necesito preocuparme por mí mismo.

Así que, cuando yo seguí viendo esa mirada perdida en los ojos de Aarón cuando pensaba que nadie estaba mirando, me encontré preocupándome por él y me preguntaba por qué. Me preguntaba lo que había pasado en esas semanas que causaron que esos ojos marrones atenuaran y un Aarón cerrado en torno a sí mismo.

Tuvimos una sola clase juntos y me senté en la parte de atrás, así que lo observaba. Él había regresado a la escuela aquel lunes con toda su cabeza afeitada y el uso de pantalones de mezclilla simples y camisas sencillas. Siempre el había tenido lo último en ropa malvada y largo cabello castaño rizado. Antes, se había sentado encorvado siempre en su escritorio como todos nosotros, haciendo garabatos y bostezando.

Ahora, él se sienta derecho y mira el reloj cada dos o tres minutos como si deseara que el tiempo fuera más rápido. Me gustaría saber lo que el estaba esperando. Algo se lo estaba carcomiendo, y estoy seguro esperando por que el puede tratar lo que sea.

Oí que él había terminado con Sissy Conklin y ella se había enfurecido mucho. Era como si nada pudiera penetrarle ahora. El era una persona totalmente diferente.

-Señor Carmedy, si pudiera tener su atención..........-.

La voz del profesor me echó hacia atrás en la clase de psicología y miré al frente del salón.

-¿Tal vez podría explicar por qué una persona se mantendría con un valor o una creencia que todo el mundo a su alrededor dice que es falso?-.

Ummm, murmuré, tratando de ganar tiempo.

-Yo creo que hay que ser fiel de lo que sabes en tu corazón es correcto-.


-Pero-el maestro me codeó-¿Qué pasa si tu creencia te duele, te hace diferente, te hace un marginado?-.

-¿Estamos hablando de religión o de cosas personales?-.Pregunté, sintiendo esta pregunta que llegó demasiado cerca de casa por comodidad.

-Personal-.

Por alguna razón, en mi actuación frenética y desesperada acerca de una respuesta que satisfaga al Sr. Cantor, miré a Aaron. Me miraba directamente a mis ojos como esperando mi respuesta.

-Creo que, si realmente sabes que algo está bien, no importa lo que piensen los demás. Tienes que ser sincero contigo mismo. Puedes estar solo en lo referente a lo que crees, pero hacer cualquier otra cosa está mal-.

La clase siguió y me deslicé hacia abajo en mi escritorio pensando en lo que yo había dicho. Realmente no sabía si yo podría hacer eso, quiero decir, atenerme a mis creencias y ser diferente. Tenía la esperanza de que pudiera. Un día pronto, yo tendría que probar mis palabras.

La campana sonó y todos empujándose hacia arriba con indiferencia al salir en desorden hasta el pasillo. Recogí mis cosas y me dirigí a mi casillero. Y allí yo estaba tirando mis libros en mi casillero y agarrando mi libro de trigonometría, cuando oí una voz suave detrás de mí.

-¿Billy, realmente quisiste decir lo que dijiste?-.

Giré mi cabeza para encontrar a Aarón cerca de mi codo. Tenía una mirada casi asustada en su cara.

-¿Quieres decir esa cosa en Psicología?. La acabo de inventar por el Maestro Cantor-.

-Oh-suspiró-Está bien, lo siento, por molestarte-.

Lo vi alejarse y dejé que caminara unos metros antes de llamarlo.

Mas allá de la TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora