Capitulo 6

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Aarón Sorensen

Espero haber hecho lo correcto. No podía contenerlo todo dentro de mí por más tiempo. Cuando Billy Carmedy dijo lo que había dicho en clase, sentí que se rompía algo dentro de mí. Mi papá y mamá han estado actuando como si nada nunca hubiera pasado. Por lo que a ellos respecta, creo que estoy reparado. Me siento como lavadora. Hice un sonido horrible y chillón y llamaron al técnico. Ahora, pueden seguir 'lavando' y la vida regresa a la normalidad.

Sólo Dios sabe lo que está pasando por la cabeza de mis papás. Cuando mi mamá me mira, es con esa mirada asustada, pero no puede mantener contacto visual conmigo ni 10 segundos. Y mi papá, ni siquiera se fija en mí. Sé que si yo iba a ellos y prometía que ya no iba a ser gay, entonces sería su hijo otra vez, que me abrirían sus brazos. Le tomaría mas tiempo a mi papá hacerlo que a mi mamá, pero ellos quieren mucho que yo no sea gay. Pretenden que parezca como que si nunca hubiera ocurrido.

Yo siempre había querido hermanos y hermanas, y ahora más que nunca. Si hubiera habido más hijos en mi casa, tal vez yo no sería el centro de atención. Tal vez tendría un hermano que le hiciera a las drogas o una hermana promiscua. Cualquier cosa que me permita ocultarme. Pero, soy hijo único y por eso, todos mis movimientos se encontraban bajo el microscopio. Yo no podía culpar a nada o a nadie más. Todo siempre fue mi culpa.

Tengo muchas tareas escolares para reponer, pero tengo mucho tiempo desde que dejé el equipo de béisbol y abandone mi tropa de exploradores. Tenía reglas arriba de las reglas. Ellos tenían que saber con quién y a dónde yo iba a cada minuto del día. No es que tenga que ir a alguna parte. Fui a la escuela y volví a casa.

Mis amigos me habían recibido de nuevo, pero en la forma en la que me veía ahora, con la cabeza afeitada y mi ropa simple y mi silencio, los había hecho retroceder. Ya yo no era el mismo muchacho que había sido cuando me fui. Yo simplemente les dije que mi tiempo fuera realmente me cansó mucho y que no iba a salir por un tiempo. Estaba poco convincente, pero, con tristeza, me encontré con que a nadie realmente le importaba. Yo había estado ausente durante mucho tiempo y mis amigos más o menos habían avanzado sin mí. Fue entonces cuando me di cuenta que realmente no tengo amigos cercanos, amigos, en quien puedas confiar. No extrañé a ninguno de ellos, a excepción de los tiempos de la diversión que solíamos tener.

Dañé a Sissy. Ella es una chica muy dulce que había tratado y tratado de acercarse a mí. Todos sus amigos habían tenido relaciones sexuales y ella también quería, para poder ser parte de la charla. Me daba vergüenza por que yo había dejado que me la chupara y yo la acariciaba sexualmente pues solo para que nadie me hiciera preguntas. Todo eso ya terminó ahora. Yo había roto con ella, diciendo que yo había pensado mucho en ella cuando me había ido y me di cuenta que ella necesitaba más de lo que yo podía ofrecerle. Ella trató de discutirme pero fui firme. Yo no necesitaba una novia.

Mi papá se enojó cuando me preguntó que cómo estaba Sissy y le dije que todo había terminado. Él quería que las cosas volvieran a la normalidad. Normal era Aarón y una muchacha. Normal era su hijo tratando de entrar en las bragas de una chica. Cerró los ojos a su hijo queriendo entrar en los pantalones de otro chico. El nunca sería capaz de aceptar este pensamiento. Fue increíble para mí que mi papá usara a Dios y la religión como su razonamiento por lo que había hecho, pero aún quería que yo me cogiera a una muchacha en lugar de ser lo que realmente soy. Sus prioridades están totalmente al revés.

Pensé en lo que había hecho esta tarde, diciéndole a Billy Carmedy lo poco que tenía. Me sentía mejor en el interior por simplemente decir en voz alta que no había estado en el rancho de mi tío. Odiaba todas las mentiras, y ahora alguien sabía un poco de la verdad.

Billy y yo nunca habíamos sido amigos y ahora me preguntaba por qué era así. Era tan fácil hablar con él, muy fácil estar a su alrededor. Realicé algo hoy. . . . Después de haberle pedido ayuda, después de que le había ayudado a cargar los sacos de alimento, después de que el había prometido mantener mis secretos y yo le hablé de mi tío. . . . Después de todo esto, lo miré, realmente lo miré y yo le quería decir todo. Yo estaba muy asustado de que el se burlara o se echara para atrás o algo peor. ¿Que si el estaba asqueado y les decía a todos? He estado tan confundido después de esa noche, todas esas semanas que pasaron, cuando todavía yo confiaba en mis papas. En esos tiempos todo parecía más fácil. Ahora tuve que tomar mis propias decisiones, enfrentar lo que yo escogiera.

Así que, cuando Billy dijo lo referente a las diferencias en la clase, que aun si él estaba marginado, atendría a sus creencias, lo miré de forma diferente. Tal vez, hay personas que podrían escucharme. Tal vez, podría hablar con alguien. Tal vez, aun con Billy.

Yo sé que él se preguntaba por qué mis papás me habían enviado a ese lugar. No había sido capaz de decírselo. Me daba vergüenza. Avergonzado de mí mismo, avergonzado de mis padres. Yo había abierto la puerta, pero no sabía si yo iba a ser capas de pasar a través de ella. ¿De qué serviría decirle a Billy Carmedy que soy gay? Había muchas cosas que podrían salir mal.

Mi mamá me llamó para cenar. Se sentó en un extremo de la mesa, mi papá en el otro. Yo me senté en mi lugar habitual en un lado. Mamá puso el plato de ejotes sobre la mesa y movió su mano para tomar la mía y orar. Antes, siempre habíamos hecho un círculo tomándonos nuestras manos, dando gracias a Dios por nuestra comida. Tomé la mano de mi mamá y miré a mi papá. Mantuvo sus manos cruzadas sobre su plato. El no me había tocado desde la noche anterior que les dije. Mi papá ya ni siquiera podía tocarme nunca más.

Inclinó la cabeza y oró dando gracias por la comida en la mesa, la salud de su familia y amigos y la continua fortaleza del débil y confuso. Esta fue la única indicación de que él incluso recordaba lo que había sucedido. Comí mi cena y dije, "con permiso, debo trabajar en mi tarea."

De mi habitación habían quitado mi computadora, mi música, carteles de estrellas del deporte y libros. Ya no era un refugio, pero sólo era un espacio en blanco donde estaba solo. Me senté en mi escritorio, mirando por la ventana preguntando si mi chico estaba por ahí pensando en mí. Tuve que creer que él estaba allí. Mi calendario colgado en la pared al lado de mi escritorio ya tenía nueve X rojas marcando los días hasta que fui libre.

Terminé mi tarea y me dejé caer sobre mi cama. Mirando el techo, pensé en Sissy y en lo malo que había sido; y sobre el señor Edgars, la mirada fría de sus ojos con la que me derribó; y luego mis pensamientos regresaron con Billy Carmedy. A pesar de que sabía que estaba mal; a pesar de que había intentado de apagar mis sentimientos, me había fijado en él hoy.

Finalmente me permití pensar en cómo se veía. Me imaginé a sus largas piernas mientras caminaba hacia la granja y de regreso a la camioneta. . . la forma en que sus pantalones de mezclilla se aferraron a su trasero. Pensé en su risa y sus dientes blancos uniformes, con un pequeño hoyuelo llamando la atención en la esquina de su boca. Yo no quería tener estos pensamientos sobre Billy. Así fue como me metí en problemas en primer lugar. Yo necesitaba un amigo en este momento, no un sueño húmedo en la noche.

Yo no quería masturbarme al pensar alguna cosa de Billy. No estaba bien. Simplemente no lo estaba. . . . . Cerré los ojos y metí la mano en mis calzoncillos. No iba a pensar en cómo sus ojos marrones me miraban con bondad y cariño. No iba a recordar cómo su pecho había brillado por el sudor mientras levantaba los sacos de alimento. No lo haría. Fue un error. Seguí susurrando lo equivocado que estaba mientras mi mano se movía arriba y abajo, mientras tensaba mi cuerpo.

Mas allá de la TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora