Capitulo 3

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Aaron Sorensen

Ahora, en la fría luz de la mañana, de pie ante mi puerta cerrada con llave, sentí que mi corazón se enfriaba. Empecé a encender mi computadora y tratar de encontrar a alguien con quien hablar, pero yo sabía que no ayudaría. Esas personas tenían sus propias vidas, sus propios problemas. Esta era mi vida real la que se estaba desvaneciendo a gris.

La perilla de la puerta dándose vuelta y mi padre abrió la puerta para encontrarme de pie en medio del piso, una mirada de mucha confusión en mi cara.

-Tu madre y yo hemos discutido este problema. Si te arrepientes de este asunto perverso; juras que vas a trabajar para superarlo; te aconsejaron los lideres del templo hasta que te hayas corregido, seguiremos como antes-.

Una parte de mí quería llegar a un acuerdo. Una parte de mí quería estar de acuerdo con todo lo que dijeron, cualquier cosa, sólo para que esta pesadilla termine. Pero, sabía que no podía. Sabía que si yo dijera 'Sí' a esto es como si yo, estuviera diciendo 'No' al muchacho que yo quería amar. Yo pude decir 'Está bien' y volver a como estaba antes, pero yo sabría, y mis padres sabrían que nunca sería lo mismo. Por mucho que todos ellos trataran, si todos ellos trataran, mi 'diferencia' simplemente se quedaría allí bloqueando el camino. Mi firme convicción, mi confianza absoluta en mi mamá y en mi papá se habían ido. Yo sabía que yo les había fallado por no ser el muchacho perfecto, el muchacho normal, el muchacho que 'no causa ningún problema.' Yo había causado problemas. No hubo ninguna vuelta atrás.

-Me gustaría poder ser lo que tu quieres que sea, Mamita-El viejo nombre familiar escapó de mis labios. Vi a mi mamá estremecerse.-Pero yo no puedo-.

-¿Te rehúsas?-. preguntó mi padre.

-Creo que tengo que hacerlo-.

-Entonces, no tenemos opción. Prepárate para ir a un retiro. Empaca tus cosas y alístate en diez minutos. Tu no nos dejas otro opción-.

Mi mamá comenzó a entrar al cuarto, con los ojos hinchados por una larga noche de lágrimas, pero mi padre la detuvo con una mano en su brazo.

-No, el ha elegido este camino. Déjalo caminar a él solo-.

Me quedé atónito cuando la puerta se cerró en mi cara y el seguro de la cerradura hizo clic. ¿Un retiro? ¿Querían deshacerse de mí? ¿Simplemente entrégame, el problema, a la gente del retiro? ¡Carajos! Mi mente gritaba aun sabiendo que de todas formas tendría que irme.

Lentamente, tiré cualquier cosa en una bolsa de lona, sin importarme. De alguna manera yo sabía que no podía llevar mi MP3 o mi computadora portátil. Yo simplemente metí unos jeans y ropa interior, camisas y calcetines y luego me senté al borde de mi cama esperando hasta que la puerta se abriera.

***********************

El viaje fue interminable. El silencio era opresivo. De vez en cuando, mi mamá se sorbería las lágrimas, pero yo sólo miraba por la ventana el paisaje. Habíamos tomado esta carretera de dos carriles antes, cuando fuimos a visitar a mi tío y tía. El paisaje era hermoso, el abeto azul parado alto, lanzando sombras sobre la carretera, el cielo estaba azul claro como lo había sido siempre. Sólo la atmósfera en el interior del coche era diferente de todos los otros viajes felices que habíamos hecho como familia. Quería preguntar a dónde íbamos, pero las palabras sólo se atascaron en mi garganta.

Seis largas horas después, nos desviamos de la carretera principal en un camino de tierra. Sentí mi primera pequeña ola de miedo cuando mi papá detuvo la gran camioneta deportiva ante una cadena que se extendía cruzando la carretera. Un Jeep salía de las sombras de unas piceas altas y un hombre de cara seria vestido con pantalón negro sombrío y una camisa de manga larga blanca abotonada apretadamente hasta el cuello, salió a abrir el candado.

Mas allá de la TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora