Aaron Sorensen
Era 16 de diciembre y quería comprar algo especial para Billy en Navidad. Yo sólo tenía el dinero que había ganado en mi primer cheque de pago y no lo tendría hasta dentro de dos semanas. No tuve ninguna mesada, pero cuando me enteré de que Billy nunca había recibido una, no me quejé.
Todos los días, Billy se ponía la misma cachucha. La doblaba y la metía en el bolsillo trasero y luego la sacaría y se la pondría en la cabeza. Me gustó cómo se veía con esa visera arrugada que hacía sombra a sus ojos. Era una cachucha vieja, sudada y manchada, del Campamento Justin Boot. Le pregunté sobre esto un día y me dijo que su papá se la había dado a el. Era importante.
Yo lo había visto tocar con sus dedos los sombreros de vaquero de Stetson en la sección de ropa de la tienda de alimento para ganado. Había un sombrero al que regresaba una y otra vez a mirarlo. Era una gamuza café oscuro llamado Búfalo gran cuerno y cuando vi que se la colocó a escondidas en la cabeza y se miró en el espejo, ya sabía lo que quería comprarle para Navidad. La etiqueta del precio era de 160 dólares, pero yo pensé en ganar alrededor de $ 160 por mis treinta y una horas de trabajo. Pensé que apenas podía pagar.
El 22 de diciembre llegó y yo estaba con una sonrisa abierta de oreja a oreja cuando el Sr. Strickland me dio mi primer cheque de pago en mi vida. Mirando hacia abajo, no podía mantener el ceño fruncido de mi cara.
-Señor Strickland, perdón pero pensé que recibiría $ 5.15 dólares por hora, el salario mínimo-.
Billy hizo un ruido grosero con su lengua y luego se echó a reír. -Mira al otro lado del cheque, Aarón. El gobierno te quita mucho antes de que tengas algo-.
Efectivamente, yo había trabajado todas las horas y el impuesto de mi cheque fue de $ 24 dólares. Yo gané $ 160 dólares, pero sólo llevé a la casa $ 136 dólares. La expresión de mi cara debió haber sido algo para ver, porque los dos se burlaban de mí ligeramente.
El Sr. Strickland dijo.
-¿Ves por qué tienes que ir a la universidad, Aaron? No se puede vivir con solo $ 272 dólares al mes-.Señor, he sido muy ingenuo. Yo quería tener ese sombrero vaquero tanto, tanto. Pensé en pedirle a mi mamá, pero no quería volver a estar en deuda con ellos nunca más. Necesitaba veinticuatro dólares, más impuestos. Hice lo que cada muchacho haría cuando necesita dinero. . . . . volteé la casa y el automóvil, en busca de monedas sueltas para un total de $ 3.14 dólares. Necesitaba $ 20.86 dólares para obtener el sombrero. Decidí hablar con el Señor Strickland.
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Al día siguiente era el momento perfecto para preguntarle porque Billy tenía una cita con el dentista y llegaría tarde al trabajo.
-Señor-le dije tímidamente-Yo de veras quiero comprar ese sombrero Stetson que esta por allí para alguien en Navidad. Tengo $ 139.14 dólares. ¿Podría tal vez tomar el resto de mi próximo cheque de pago?-.Tenía tanto miedo de que él dijera que 'No.' Yo había perdido la fe en la bondad de la gente.
-Te diré algo, Aarón-sonrió-Como sé que es para Billy, porque se que le encanta ese sombrero, haré un trato contigo-.
-Sí, señor, lo que sea-.
-Carga ese alimento que está allí, llévalo al Rancho Lawson, y ayuda al señor Lawson a empacarlo en el establo y el sombrero es tuyo-.
Quería abrazarlo.
-Oh, muchas gracias, señor- grité mientras estrechaba fuertemente su mano-Haré un buen trabajo. Se lo prometo-.-Sé que lo harás, Aarón-.Él sonrió de nuevo, me entregó las llaves de la camioneta y regresó caminando a su oficina.
Cargué los sacos de alimentos, conseguí la factura del Sr. Strickland y me dirigí hacia la carretera 68. Fue una hora y 30 minutos viaje redondo, pero pensé que yo tendría suficiente tiempo. El Sr. Lawson se encontró conmigo en el establo y hablaba más de lo que ayudaba a descargar los sacos pesados de alimento. Él era un hombre solitario y viejo, cuya esposa había fallecido varios años atrás y sus hijos habían crecido y ya se habían ido. Él no aceptaría un "No" por respuesta cuando le dije que no tenía tiempo para tomar café.
Sé lo que es estar solo y necesitar hablar. Lo escuché cortésmente, dejé que me hablara de sus nietos y sus cultivos de la primavera. Ya era tarde cuando llegué a la tienda y Billy estaba hiendo y viniendo por todo el cargadero.
-Aarón, llegas tarde. Sube al camión que voy a dejarte a tu casa-.
Incluso con la ayuda de Billy, ya iban a ser las siete cuando llegué a la puerta de mi casa. Mi papá estaba de pie en la sala de estar, una mirada de enojo en su cara.
-Llegas tarde-.
Yo quería decir simplemente 'Obviooo!', pero no soy tan estúpido. Traté de responder con calma.
-Yo tenía que entregar algo de alimento al Sr. Lawson. Regresé tan pronto como pude-.-Vete a tu cuarto. Te quedas sin cenar-.
Como si me importara. Sentado en la mesa no era exactamente el punto culminante de mi día. Yo estaba muy hambriento, pero era un precio pequeño a pagar por los veinte dólares que yo había ganado. Salté hacia arriba por los escalones, dos escalones a la vez, una gran sonrisa abierta en mi cara. Tenía lo suficiente para comprarle a Billy ese sombrero.
Me acosté en mi cama, suspiré un suspiro de satisfacción y sabía que al menos una cosa en mi vida era buena. Mi amigo Billy tendría una feliz Navidad y yo había trabajado muy duro para lograrlo.
Me había dado cuenta algunas semanas antes de que el muchacho sin nombre de quien yo solía hablar siempre en mis oraciones, el muchacho de por ahí quien me querría y me apreciaría, el muchacho sin rostro que me abrazaría fuerte y me protegería cuando el mundo se cierra. . . Aquel muchacho ya tiene una cara. Ya tiene un nombre. Su nombre es Billy.
Sabía que mis sueños eran inútiles, y mi deseo era sólo eso. . . . un deseo. Él no podía amarme como a mi me gustaría que me quisiera. El era tan perfecto a mis ojos y eso significa que los muchachos perfectos no son gays. Yo nunca le diría cómo me sentía y él nunca tendría que sentirse culpable porque me había enamorado de él. Éramos los mejores amigos. Era suficiente. Mi mente lo sabía; sólo mi corazón lloraba.
Mi estómago se quejó y gruñó, me di la vuelta y me dejé caer sobre mi panza para tratar de conciliar el sueño. Oí un cascabeleo en mi ventana. Y allí, otra vez. Salté de la cama y me asomé a la nieve para ver una figura densamente vestida que rebotaba hacia arriba y hacia abajo.
Deslizando mi ventana para abrirla, saqué la cabeza entre las hojuelas de nieve que caían.
-¿Qué estás haciendo ahí afuera, ¿estás loco?-.Susurré en voz baja.
-Te traje de comer-dijo Billy con voz suave. Él me conocía tan bien. Tomó un rollo de cuerda sobre la nieve y los arrastró varias longitudes a través de sus manos-Atrapa la cuerda-.dijo.
Él dio vueltas al lazo de la cuerda por encima de su cabeza y lanzó el lazo hacia mi ventana. Inclinándome, la atrapé y la jalé sobre la repisa de la ventana. Él ató el otro extremo a la manija de una canasta y me hizo una señal para que yo la levantara hacia arriba. La levanté y la jalé para mi ventana.
-Gracias, Billy-. le dije.
-No hay problema. Nos vemos mañana. Buenas Noches, Aarón-.Se quedó allí durante un minuto, mirándome y yo habría jurado que quería decir algo más, pero luego se fue entre un remolino de hojuelas de nieve. Vi las luces traseras de su auto desaparecer en la oscuridad.
Puse la canasta en mi cama y abrí la parte de arriba cubierto con un trapo para encontrar un termo con chocolate caliente, una caja de pollo frito (Kentucky Fried Chicken), y un gran pedazo de pastel de manzana (apple pie). Había una nota pegada en la parte de arriba:
"Sonríe, Aaron.... eres el mejor amigo que un hombre desea tener."
Sentí una enorme sonrisa que cruzaba en mi cara y mientras me comía el pollo, mi estómago se llenaba, pensando en que sabía que tenía un amigo de lo mejor; solo mi corazón lloraba por más.
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Mas allá de la Tormenta
Teen FictionEsta es el relato de Billy Carmedy y Aaron Sorensen. Es lo suficientemente fuerte para ser un muchacho en una ciudad pequeña en la escuela preparatoria buscando el amor de su vida. Pero al menos tus posibles amores son todos al aire libre. Es much...